El armado político le aburre. Solo le preocupa la macroeconomía. El crecimiento con o sin dinero. Por Jorge Asís
Ambiciones presidenciales
“La Generala” de Emilia Delfino es la entretenida biografía «no autorizada» de Victoria Villarruel, La Cayetana (por Álvarez de Toledo). Enigmática vicepresidenta que atormenta al presidente Javier Milei, El Panelista de Intratables, y a la señora Karina, Hermana Protectora.
Con acierto, Delfino indaga en la militancia de la derecha nacionalista católica que mantiene un anclaje global.
Categórica defensora de las “víctimas del terrorismo”, Victoria estuvo siempre culturalmente vinculada al ámbito militar.
El padre fue un comando que combatió el foco guerrillero de Tucumán.
Fue segundo de Aldo Rico en el trágico desperdicio de Malvinas.
Tampoco triunfó en la batalla administrativa por la condecoración negada.
La legitimidad del texto se complementa con datos nutridos relativamente útiles. O con detalles de la interna política e institucional de la militante humanista que mantiene ambiciones lícitamente presidenciales que contrastan con la capacidad natural para organizar equipos.
Delfino describe a Victoria en tránsito.
La Generala procura encontrar su propio camino.
“Baño de sangre” en la Tercera
Con extraña denuncia anónima arranca la campaña en La Bonaerense por la Tercera.
El Frente de La Libertad Avanza abdujo al exterminado PRO.
Sorprende con postular como primer diputado al comisario Maximiliano Bondarenko. Ya tiene Comisario el pueblo.
Garantía que Milei se carga la epopeya al hombro para enfocarse en la inseguridad que identifica el “baño de sangre” con la Provincia del Pecado.
La denuncia provocó la inmediata purificación ambiental de 24 canas relativamente relacionados con la Policía Ecológica que durante seis meses cobrarán la mitad del salario.
La sanción perturba al Comisario Mayor Ignacio Ortiz Valenzuela.
Genera prematuros desbordes emocionales en la señora Oficial Principal Nadia Carrizo.
La guillotina del tiro de decreto
Se vienen las elecciones trascendentes para los protagonistas que viven desde y para la política.
Para el error de la apatía, distan de provocar interés en la sociedad.
El Panelista pifia al creer que lo importante para su gobierno es obtener el 7 de septiembre un triunfo resonante en la Provincia del Pecado. Antes debe prioritariamente resolver la relación conflictiva con la vicepresidente.
Infortunadamente La Cayetana no se encuentra sometida a la guillotina del “tiro de decreto”.
Recurso burocrático eficaz que permitió el rodaje fácil de las cabezas de Posse, El Premier Breve, de la señora Mondino, La Malquerida o del eminente Procurador, doctor Barra, Barrita.
Ya tiene Comisario el pueblo
Nadie sensatamente sabe si La Cayetana se encuentra en condiciones ideológicas de acompañar la transgresiva postulación policial de Bondarenko. Pero con la disrupción se logró al tercer día el estallido de las tensiones de la Tercera.
La fábula del “baño de sangre” sirve para vencer activamente a la vicegobernadora testimonial Verónica Magario, La Vero Evita.
Fue mini gobernadora de La Matanza, territorio multitudinario que supera varias provincias y está encuadrado en el objetivo presidencial de Axel, El Gótico, frontal impugnador -como La Doctora- del modelo motosierra/serrucho del Panelista.
La Nueva Biblia
Milei impuso fábulas conmovedoras.
“El armado político lo aburre”. Imbatible.
Lo suyo es la macroeconomía.
Especialista en “crecimiento con o sin dinero”.
Macanas, todas, para la gilada.
Con la presunta indiferencia, el estadista revoluciona lo que le interesa para convertirse en Fenómeno.
La conservación del poder que supo conquistar, con la sagacidad de elaborados alaridos desde la televisión.
Para conservar el poder político es necesario tener nociones, en principio, de conducción política.
Milei se reserva el vértice principal del Triángulo de Hierro (fundido) de la geometría del poder.
Pero conserva la absoluta propiedad de los otros dos vértices que, en apariencia, delega.
El vértice de Karina, que lo protege desde que era niño, cuando el progenitor del colectivo lo castigaba con crueldad.
El vértice de Santiago Caputo, El Neo Giacomini, fundamental para el Gobierno de Consultores que proponía el postulado del Outsider, desde la Consultora histórica que subastaba candidaturas.
El Neo Giacomini tuvo suerte. Le tocó Milei y ganó.
La fábula del desinterés está tan sólidamente plantada que hasta la creyeron los troleros patriotas de inteligente audacia.
Pero es más grave aún, celebran la fábula.
La difunden y pregonan como si fuera, en efecto, la Nueva Biblia.
Tobillera como advertencia
A pesar de todo, el peronismo resignificado representa hoy la única alternativa.
Pese, aún, al propio peronismo.
La resignificación permanente del movimiento eterno se encuentra todavía en condiciones de polarizar la próxima elección legislativa con el libertarismo que misteriosamente abdujo al macrismo.
En realidad es más trascendente para la sociedad que para la fábula de los protagonistas (que viven desde y para la política).
Acierta entonces el poder político y económico -o directamente “la casta”-, al entregar a La Doctora en la hoguera selectiva de la justicia.
Y clausurar con la humillación intolerable de la tobillera.
Aunque Milei debe tomar la tobillera de La Doctora como advertencia.
Como si la condenable casta le dijera:
“Cuídese de caer en otro error como la Cripto”.
O en todo caso: “mire, presidente, su Cripto puede parecerse a la Vialidad de la señora”.
O con la extraversión del cinismo:
“Aproveche si puede para enriquecerse, pero hágalo bien”.
Final por Dios y por la Patria
El contexto invita al Panelista a mantener la relación preferiblemente óptima con la apartada compañera de fórmula que se encuentra protegida de la guillotina del tiro de decreto.
Mejor que Victoria, La Generala, mantenga tranquila las ambiciones ilusoriamente presidenciales.
Le basta a La Cayetana con demostrar que hace lo distinto de lo que hace el Panelista al equivocarse repetidamente. Al negarle el saludo. Al calificarla precipitadamente de «Traidora».
Para la biógrafa, La Cayetana no se encuentra capacitada para armar buenos equipos.
Pero puede aprender. La Generala está lo suficientemente predispuesta para jurar, mañana mismo, por Dios y por la Patria, aunque no transcurra ningún indeseable riesgo de estampido violentamente simbólico, algo mucho más cruel que la advertencia.