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El dólar mayorista tocó el techo de la banda y el BCRA salió a mostrar su poder de fuego

El dólar mayorista tocó el techo de la banda y en la City aseguran que el BCRA salió a mostrar su poder de fuego

La caída de las reservas y el uso de dólares del FMI elevan el riesgo de una escalada del dólar y un quiebre del esquema cambiario

Amitad de la semana, el dólar oficial del Banco Nación cerró en $1.485, mientras que en el mercado mayorista el tipo de cambio se negociaba a $1.474,5, superando el techo de la banda cambiaria en $1.474,3. En el segmento bursátil, el contado con liquidación avanza 0,5% y alcanza los $1.486, mientras que el dólar MEP gana 0,8% hasta los $1.479. En el circuito informal, el dólar blue se vende con una suba de veinticinco pesos a $1.490.

El dólar oficial volvió a quedar en el centro de la escena al acercarse al nivel de intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA), lo que encendió las alertas en la City.

El operador de cambios Gustavo Quintana señaló en su cuenta de X que el BCRA habría efectuado sus primeras ventas por u$s10 millones a un tipo de cambio de $1.474,50, lo que fue interpretado inicialmente como una señal de que la autoridad monetaria había comenzado a desprenderse de divisas para contener la cotización.

Sin embargo, posteriormente aclaró que algunas fuentes del mercado sostienen que no hubo intervención oficial en ese valor y que el precio fijado para intervenir hoy sería de $1.475,23, por lo que la operación registrada a $1.474,50 podría haber sido una transacción entre entidades privadas.

No obstante, Quintana aclara que fuentes oficiales indicaron que el nivel de intervención del BCRA para esta jornada se ubicaría en torno a los $1.474,40, lo que refuerza la idea de que la operación detectada no habría implicado ventas oficiales.

Problemas en el frente cambiario

El frente cambiario argentino atraviesa un momento crítico marcado por reservas netas limitadas, compromisos crecientes en moneda extranjera y una fuerte dependencia de los flujos financieros para sostener la estabilidad. La falta de acumulación de divisas redujo el margen de maniobra del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y debilitó la credibilidad del esquema cambiario, que cada vez depende más de fondos externos para contener las presiones sobre el peso.

En este escenario, el mercado se mantiene en alerta ante la posibilidad de un quiebre del esquema actual, mientras crece el temor a una escalada del dólar en medio de la incertidumbre política y electoral. Las tensiones se potencian con cada venta de reservas, que erosiona el escaso respaldo del BCRA y alimenta la percepción de vulnerabilidad entre los inversores.

Los analistas advirtieron que, de persistir esta dinámica, el sistema podría entrar en un círculo vicioso: la caída de reservas incrementa la desconfianza, y esa desconfianza acelera la demanda de cobertura en dólares, forzando nuevas intervenciones oficiales que siguen drenando divisas.

Reservas netas en mínimos y sin margen de maniobra

Los expertos de 1816 señalaron que las reservas netas del BCRA rondan los u$s6.880 millones, un nivel extremadamente bajo frente a los compromisos inmediatos. Aunque las reservas brutas superan los USD 40.000 millones, una parte sustancial está compuesta por yuanes y oro, activos que no resultan plenamente líquidos para intervenir en el mercado cambiario.

Desde la consultora advirtieron que este reducido colchón limita severamente la capacidad de respuesta ante eventuales shocks de demanda de divisas. La falta de dólares líquidos implica que, ante presiones sobre el tipo de cambio, la autoridad monetaria tendría escaso margen para evitar una escalada.

En paralelo, los analistas de C-P destacaron que los incumplimientos del gobierno respecto a la meta de acumulación de reservas pactada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dañaron el esquema vigente. Explicaron que el BCRA debería intervenir para defender el techo de la banda cambiaria, pero la ausencia de reservas genuinas vuelve inviable esa estrategia.

Ambas consultoras coincidieron en que esta situación debilitó la credibilidad del régimen cambiario y elevó la vulnerabilidad del peso, incentivando la dolarización de carteras y presionando sobre los distintos tipos de cambio.

El riesgo de usar los dólares del FMI

Para 1816, el uso de dólares del FMI para contener el tipo de cambio erosiona el ya escaso stock de reservas y genera dudas sobre la sostenibilidad del esquema. Los analistas calcularon que, entre septiembre y diciembre, el Tesoro y el BCRA enfrentan vencimientos en moneda extranjera por unos u$s4.000 millones, cifra que escala a más de u$s44.000 millones hasta 2027. Si no hay renovación (rollover) de estos compromisos, el drenaje de divisas sería crítico.

Los especialistas de C-P coincidieron en advertir que emplear los dólares del FMI para sostener al peso es problemático tanto en la relación con el organismo como en la percepción del mercado. Señalaron que esta práctica deteriora la capacidad de pago de la deuda externa y podría incluso colocar a la Argentina en infracción con el Artículo VI del estatuto del FMI, que prohíbe usar préstamos para frenar salidas de capital.

Este tipo de intervención, remarcaron, envía una señal negativa que alimenta la percepción de riesgo, incrementa el costo del financiamiento y refuerza la presión sobre los activos argentinos. En la práctica, implicaría hipotecar recursos futuros para evitar una corrección que el mercado ya comienza a descontar.

Para ambas consultoras, recurrir a estos fondos no resuelve el problema de fondo: la falta de generación genuina de divisas. Al contrario, agrava el deterioro de las reservas y multiplica los riesgos de una crisis cambiaria.

Un mercado en tensión y sin anclas sólidas

Desde 1816 indicaron que el mercado monitorea de cerca la evolución de las reservas netas como termómetro de la sostenibilidad del esquema. Advirtieron que, durante septiembre, la posición neta osciló en torno a los USD 7.000 millones, sin señales de recomposición. En este contexto, el mercado comienza a descontar un ajuste cambiario más temprano que tarde.

Los especialistas de C-P alertaron que el gobierno enfrenta un bimestre especialmente complejo en el frente cambiario, marcado por la ausencia de ingresos del sector agroexportador y la elevada incertidumbre electoral. Este doble factor deja al esquema excesivamente dependiente de flujos financieros de corto plazo, que podrían revertirse ante cualquier shock.

Ambas consultoras coincidieron en que esta fragilidad genera un terreno propicio para episodios de volatilidad. Ante cualquier deterioro del clima financiero, la demanda de cobertura en dólares podría dispararse, forzando nuevas intervenciones del BCRA que seguirían drenando reservas.

Además, remarcaron que la venta de reservas en un contexto de alta incertidumbre puede ser contraproducente: lejos de calmar al mercado, refuerza la percepción de que el esquema es insostenible y acelera la dolarización de carteras.

El riesgo de un círculo vicioso que rompa el esquema

Los analistas de C-P advirtieron que la estrategia oficial podría entrar en un círculo vicioso: cada venta de reservas para contener al dólar reduce el respaldo del esquema y eleva la percepción de riesgo, lo que a su vez incrementa la presión sobre las cotizaciones financieras y paralelas.

Para 1816, este deterioro de expectativas también se refleja en los precios de los bonos soberanos. Estimaron que, bajo el flujo de pagos previsto hasta 2027, la paridad implícita de los bonos globales convergería a niveles de entre 48% y 53%, por debajo de los precios actuales, lo que sugiere que el mercado aún descuenta algún grado de refinanciamiento.

Si ese financiamiento no llega, advirtieron, podría producirse un salto del riesgo país y un cierre del acceso al crédito externo, dejando al BCRA sin recursos para sostener el tipo de cambio. En ese caso, el dólar podría acelerarse de forma abrupta.

El esquema cambiario argentino se encuentra en una posición extremadamente frágil, con reservas en mínimos, vencimientos exigentes y creciente desconfianza del mercado. La dependencia de dólares del FMI para contener las presiones sobre el peso agrava la vulnerabilidad, mientras el mercado anticipa que la actual estrategia difícilmente sea sostenible.

Los especialistas sostienen que, sin un ingreso genuino de divisas, la venta de reservas no hará más que acelerar el agotamiento de los recursos y alimentar la percepción de riesgo. Este círculo de desconfianza amenaza con detonar un salto del dólar y romper el frágil equilibrio cambiario antes de las elecciones.

Por Marcos Phillip-IProfesional