El Gobierno evalúa que el ministerio sea absorbido por Interior y quede a cargo de Catalán. Los Menem agilizan gestiones para completar el máximo tribunal.
Con su victoria en las elecciones legislativas, el Gobierno intentará corregir errores del pasado y uno de los principales será la negociación en el Senado para completar la Corte Suprema, que tiene dos vacantes y sólo pueden cubrirse con dos terceras partes del recinto. Karina Milei quiere el control del Ministerio de Justicia para liderar esa negociación.
El viernes esa cartera había quedado acéfala por la renuncia de Mariano Cúneo Libarona. Finalmente, el abogado se mantuvo, pero se irá tarde o temprano y ya hay pelea por su reemplazante.
Una opción que se menciona en La Libertad Avanza (LLA) es que el cargo pase a ser parte del esquema de poder de la hermana del Presidente. Podría quedar absorbido por el Ministerio del Interior, liderado por Lisandro Catalán, uno de los confidentes de la secretaria general.
Catalán es cercano a los Menem, Lule y Martín, a quienes Karina quiere delegarle la intermediación con la Justicia, que en estos años tuvo Santiago Caputo, a través del actual viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. El asesor no exhibe buenos resultados: no logró negociar ni siquiera un juez con el Senado.
Además, Santiago Caputo convirtió a Javier Milei en el primer presidente de la historia al que le rechazan dos pliegos para la Corte Suprema: los de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. La dupla riojana tiene la misión de revertir esa historia.
Los planes de Karina Milei
El traspié de Santiago Caputo con los pliegos de la Corte es el antecedente que lleva a Karina a pedir otros interlocutores con el Senado y los Tribunales. En la cámara alta, LLA escalará hasta 20 miembros en diciembre y puede llegar al tercio del recinto (25) con aliados del PRO.
El número clave para nombrar un juez de la Corte son 48 votos, dos tercios del recinto. Para alcanzar esa mayoría, es necesario tocar la puerta de Unión por la Patria (UP), que con los resultados del domingo tendrá 28 integrantes.
En cualquier caso, para la nueva etapa el Gobierno estaría dispuesto a negociar a cara descubierta con el kirchnerismo, si fuera necesario, ofreciéndole un lugar en la Corte o una eventual ampliación, como pedía Cristina Fernández de Kirchner, quien sólo exige un cargo para aportar sus votos.
El resto del Senado se completa con partidos provinciales (agrupados en Provincias Unidas o en bloques autónomos) y nueve radicales, sin contabilizar a la vice de Chaco, Silvana Schneider, quien ganó su banca en la lista de LLA. Hay tres votos seguros para el gobierno: Mariana Juri, Rodolfo Suárez (Mendoza) y la santafesina Carolina Losada.
Los tres quieren sostener la unidad de la bancada, aunque deban convivir con sectores de PU u otros que fueron díscolos con el Gobierno.
Otros acuerdos
También está en negociación el cargo de procurador general, que necesita dos tercios y ocupa en forma interna Eduardo Casal, desde 2017. En la rosca aparecerá además la negociación por las vacantes en la Justicia Federal, que el año próximo sumarán casi la mitad de los cargos.
Ningún bloque querrá quedarse afuera de esa negociación si percibe que las demás fuerzas pueden sumar una mayoría especial sin convocarlos. Sobre todo porque los pliegos para juzgados inferiores incluyen sedes de cada rincón de Argentina. Hay tribunales subrogados hace una década.
Un nuevo Ministerio de Justicia, en el formato que sea, deberá agilizar estas negociaciones desde el 10 de diciembre. No hay mucho tiempo que perder.

Por Mauricio Cantando-Letra P

