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Miguel Pichetto: "Milei deberá negociar con la reforma laboral como lo hizo con la Ley Bases”

"El proyecto que manden no va a salir con todo lo que ellos quieren", afirmó Pichetto, quien reclamó diálogo con los sindicatos y el sector empresario.

“El gobierno no tiene hegemonía. Tampoco tiene mayoría”, dijo Miguel Ángel Pichetto, diputado nacional por Buenos Aires. “Está obligado a buscar diálogos, consensos. El gobierno tiene que aceptar que en esta etapa, a lo mejor, el proyecto que manda no sale con todo lo que ellos quieren”, agregó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). A su juicio, la experiencia con la Ley Bases, de 700 artículos reducidos finalmente a 230, es una lección de realismo político: “De nada le vale al gobierno repetir experiencias del pasado. Sacar por fórceps cualquier cosa de cualquier manera termina mal”.

Miguel Ángel Pichetto es abogado, político, actualmente se desempeña como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Fue senador de la Nación Argentina por la provincia de Río Negro desde el año 2001 hasta el 2019 por el Partido Justicialista. Ejerció el cargo de jefe de bloque durante 17 años.

La última revista Crisis te llama “el último de la política”, definición que comparto. Tenemos acá probablemente a quien tiene más experiencia en esto y ha visto tantas veces cómo personas son subidas al podio y poco después caen irremediablemente, o los que dan por muerto tienen larga vida. Me gustaría tu reflexión sobre la diferente perspectiva que había del gobierno el viernes previo a las elecciones de octubre, cuando se lo daba por terminado, y la del lunes posterior, en el que ya se lo daba por reelecto en 2027.

Ni una cosa ni la otra. Y también acá hay que analizar la mirada de los encuestadores. Si había algún dato uniforme de los encuestadores, cuando miraban la imagen del gobierno y la imagen del presidente, daba 40. Esa es la visión que tenía del gobierno antes del viernes, antes de las elecciones. Eso fue lo que reflejó después el resultado electoral. Eso nadie lo tuvo demasiado en cuenta. En realidad, las miradas eran todas negativas, habían cometido muchos errores. Hay un elemento para mí central, que es el mensaje del presidente Trump, que genera también temor y preocupación en la ciudadanía que tiene que votar y dice: “Bueno, cuidado, si no se mantiene el gobierno, no va a haber ayuda de Estados Unidos”. Eso me parece que es un punto muy fuerte, tiene mucha gravitación. A pesar de que Trump lo dijo con un estilo bastante, casi brutal, pero que impactó muy fuertemente.

Creo que la ciudadanía le dio una prórroga. Y además, para afrontar los dos años que vienen, donde tiene que recuperarse la actividad económica. Hoy la economía está paralizada. Hay algunos datos muy fuertes: la caída de la producción industrial en el acero, por ejemplo, 60% menos en las plantas industriales de acero en la Argentina; vamos a ver cómo se cierra la negociación con Estados Unidos: tienen un 50% de aranceles el acero y el aluminio. Y hay pérdida de empleo también en la actividad pyme. Irrumpe además un mundo nuevo, que pocos están mirando, que es el de las plataformas, en donde eso se lleva puesto al productor, al que fabrica, al fabricante de una pyme, fabricante textil, metalmecánico, de zapato, de lo que sea. Cualquier rubro abarcan las plataformas chinas, y entran de manera arrolladora: van directamente a tu casa y saltean al que fabrica y al comerciante. Es arrasador. Esto motivó un tema muy interesante esta semana. Yo no tengo problemas personales con nadie, lo que analizo son los hechos.

Vi que estabas ahí en una polémica con Galperin

No, no estaba en una. Galperin no se banca lo que dijo su presidente, el presidente de Mercado Libre de la Argentina. Porque él se corrió del cargo de presidente de Mercado Libre y tiene a un señor Lacerna, que habló en un evento de estos que hacen. ¿Viste que hay una costumbre hoy de hacer reuniones en los hoteles, y desde allí emiten posiciones públicas donde nos dicen cómo va la economía? Ahí hay hoy una declaración de un personaje que es funcionario intermedio de Economía, Vladimir Wernign, que habló sobre el proceso económico. Bueno, el señor De la Serna dijo: “Hay que regular estas plataformas chinas porque es muy arrollador y porque no podemos competir”. Lo dijo desde la presidencia de Mercado Libre. Y dije: “Bueno, vamos a trabajar en este tema, porque yo vengo planteándolo”. Tengo un proyecto de ley que lo vamos a presentar hoy, con la firma también de otros diputados. Porque además, Estados Unidos este tema ya lo abordó.

De hecho, creo que 800 dólares que estaban libres de cualquier trámite bajaron a 100.

Y además, le fijaron 16% de aranceles. En la Argentina, hasta 400 también podías ingresar cualquier cosa. Ahora, en Estados Unidos, es 100 para hacer un regalo, una vez al año, hasta 100 dólares y 16% como gravamen a los que trabajen por el sistema de courier de plataformas y de productos que no se fabrican en Estados Unidos. Bueno, tomo ese modelo. Es un modelo bastante razonable. Yo le pongo 30 al arancel. Seguramente el porcentaje va a ser materia de discusión, pero también va a tener que pagar Mercado Libre, porque Mercado Libre no solamente distribuye productos nacionales, sino también vende importados. O sea que no está exento. Ahora, me parece que es un dato de protección a las pymes, a la industria nacional, al empleo argentino. Porque esta política de las plataformas, mirando únicamente al consumidor en la Argentina ,que le sirve para tener en cuenta el control de la inflación al gobierno, es letal para la economía.

Te escucho y me retrotrae a una discusión en Estados Unidos. En los años 90, con Clinton presidente, la discusión era: “Mejor que entren todos los chinos porque beneficiamos al consumidor con productos más baratos”. Y un presidente demócrata, no republicano, progresista como Clinton planteaba eso, cuando creo que había notas que hacían relevamiento en los supermercados, que ocho de cada diez productos eran chinos. Hoy la tendencia es inversa. Ahora la discusión en Estados Unidos con Trump, veinte años después, es: “Bueno, no, esperen, el tema no es beneficiar al consumidor, si no nos quedamos sin consumidores, porque si no hay empleo, entonces nadie va a poder consumir”.

Exactamente. ¿Qué va a pasar con el consumidor argentino cuando pierda su trabajo? Está pasando de manera muy acelerada. Vos ves todos los días títulos de empresas medianas, chicas, que cierran y despiden trescientos trabajadores en distintos rubros. Si vos abrís la página de Shein o de Temu, te vas a encontrar con todo tipo de rubros y productos. Entonces, este tema hay que abordarlo, y hay que abordarlo además como un sistema de recaudación impositiva. Ahora que vamos a discutir la reforma impositiva. Y también va a haber que discutir el subsidio tecnológico.

Porque hablando de Mercado Libre, Mercado Libre en los últimos cinco años, información reciente del día de ayer, el Estado argentino le puso 350 millones de dólares entre exenciones del impuesto a las ganancias y el subsidio tecnológico, que fue concebido para pequeños emprendedores tecnológicos que están trabajando, que quieren un aliento del Estado. Ahora, una empresa consolidada, que tiene rentabilidad y que además estos números los declara en la CEP. Los pone dentro de su balance, no es que lo oculta Galperín. No tengo nada contra Galperín, ni estoy en un esquema persecutorio, creo en la burguesía nacional.

¿Cómo te imaginás las tres reformas en danza: la previsional, la tributaria y, supongo, la más conflictiva de todas, la laboral?

La previsional no la están mencionando, seguramente la plantearán más adelante. Están hablando hoy del presupuesto, que la Argentina tiene que tener un presupuesto. Y nosotros hemos hecho un dictamen de minoría donde hemos incluido las leyes que el Congreso sancionó con insistencia, llámese universidades, Garrahan, discapacidad. Esos temas tienen que estar incorporados en el presupuesto 2026. Hay un dictamen de mayoría que no pone los recursos para las universidades. Bueno, esto va a pasar para la segunda semana de diciembre, estimativamente. Esto me lo informó el presidente de la Cámara de Diputados. Martín Menem me dijo: “16, 18 vamos a discutir”. A lo mejor se reabre el dictamen. Hay un dictamen de mayoría, que es del oficialismo con el PRO, y hay un dictamen de minoría, que es el nuestro. Y hay un dictamen de rechazo total, de Fuerza Patria. Me parece fundamental que haya un presupuesto.

Pero hasta ahí me parece que todo indicaría que va a haber presupuesto.

Creo que sí. Creo que, además, también debe haber habido algún requerimiento en el marco de los acuerdos con Estados Unidos, de cierta lógica económica. Fíjate el debate que hubo con el Estado cerrado, que recién ayer o antes de ayer se destrabó. Para ellos no es un tema menor. Se bancaron tres semanas del Estado con todo parado, y con la discusión del presupuesto. Entonces, ojalá podamos avanzar en algo razonable. Que la Argentina cuente con un instrumento donde defina prioridades y establezca los recursos, los ingresos, los gastos, los impuestos, y que abra camino también a la reforma impositiva.

Impositiva y tributaria, son distintas formas de plantear lo que sería la reforma de la recaudación y la relación también con las provincias.

Y también, bajar las cargas impositivas para los sectores que producen y trabajan en el mundo privado en la Argentina. Ahí es donde me parece que tenés que empezar a mirar este tema.

Inclusive, cuando vos hablás con tributaristas, lo que te encontrás siempre es que se analiza que no hay forma de combatir el trabajo no registrado si no se realiza, además de una reforma o modernización laboral, si además no se realiza una reforma tributaria, porque obviamente, para pagar en negro hay que primero cobrar en negro.

El propio presidente se dio cuenta que la palabra maldita en la historia parlamentaria argentina es “reforma laboral”. Y en una reunión que dicen que tuvo con diputados, habló del concepto de modernización. Vamos a ver cuál es el contenido. Tiran títulos que son oprobiosos: “aumento de la jornada laboral a 14 horas”. Eso es para provocar.

Pero por tu olfato, ¿el gobierno tiene de acá a marzo su nueva luna de miel y tiene que apretar el acelerador para llegar al comienzo, ya no de extraordinarias, sino ordinarias, el primero de marzo del año próximo, con estas reformas aprobadas?

Ese va a ser el intento. Dicen que van a venir a partir de febrero-marzo. Hay debates que son más largos. El tema de la reforma laboral también requiere de una participación de los sindicatos. Vos tenés sentado al principal sindicalista hoy de un sindicato muy poderoso, que es la Construcción, que si bien ha tenido una mengua en sus trabajadores, Gerardo Martínez, un hombre que es lúcido, está sentado en la Mesa de Mayo. Y después tenés una nueva conducción de la CGT, que implica también una renovación generacional. Aparecen dirigentes jóvenes que están observando, ¿qué están mirando? Que los últimos dos años han tenido una política de salarios a la baja, con achatamiento salarial, tanto en el sector público pero también en el sector privado.

En donde se ha logrado el objetivo planteado desde el origen, que tenía que ver con la inflación, con el superávit fiscal y todo este tema, que tenía dos elementos muy fundamentales, que fueron iguales a la etapa de Martínez de Hoz: ajuste salarial, comprimir el salario del sector privado y despidos en el sector público. Esta etapa me parece que está concluida. Los sindicatos firmando convenios al uno y medio, en la etapa que viene, no los veo. ¿Por qué? Porque empiezan a ser corridos por los sectores de izquierda más duros en el debate de las conducciones sindicales.

¿Te imaginás conflictividad en 2026?

Si hay marco de razonabilidad, de discusión inteligente, tal vez no. Lo que yo veo es que tiene que haber una mejora en el esquema salarial, no solamente del sector activo de los trabajadores, sino también de los jubilados, que están viviendo un atraso realmente muy significativo. Lo único que hizo bien el gobierno es fortalecer la AUH. Ahí trabajó bien.

¿Vos imaginás, en ese contexto, que la economía va a ser un elemento problemático, central, para que el gobierno consiga esa reelección?

Si la economía no se reactiva, no se genera el empleo, no se mejora el poder adquisitivo de los trabajadores argentinos, me parece que no hay ningún proceso político que pueda acompañar. Una cosa es una elección de medio tiempo, donde la gente te puede volver a dar una oportunidad, y donde el problema no es solamente del oficialismo, sino también de la oposición. Si la oposición construye liderazgos que no son razonables y que no impliquen un cambio en la visión del pasado.

A lo mejor, aunque la economía no alcance a generar redistribución y mejora en la mayoría de los argentinos, si enfrente del gobierno no hay nadie, puede ser reelecto aun con una situación económica que no sea satisfactoria.

Pero vamos a analizar el peronismo, que es un tema que conozco y que nunca dejé de mirarlo, y que todavía además, históricamente soy un producto de ese partido, y nunca dejé de tener una visión social también. Por lo tanto, no he perdido la esencia de lo que he sido, independientemente de que en un punto y en un momento determinado de mi historia personal decidí acompañarlo a Macri. Yo creía que estaba agotada esa mirada, pero bueno... eso demuestra también que nada está muerto definitivamente en la Argentina.

Pero lo que digo es que el peronismo requiere de un proceso de algo parecido a la renovación, un recambio de ideas, una visión de un programa de cara al futuro y a la sociedad argentina que permita volver a considerarlo. No basta con decir “somos el límite de Milei”, “vamos a poner esta contención”, qué sé yo,todas esas cosas consignistas, así, que no sirven. Vos tenés que tener una propuesta. Una propuesta capitalista, productiva. ¿Dónde te insertás en la política exterior? ¿Qué hacés con China, que es nuestro principal comprador de los productos de la agroalimentación? Bueno, tenés que tener política.

A ver si te entiendo: vos lo que decís es que el antiperonismo encuentra un proyecto en Milei, mientras que el peronismo, como un antiantiperonismo no tiene un proyecto.

No hay un proyecto. A ver, yo tengo un gran respeto por Jorge Taiana, es un hombre de trayectoria, pero a veces hay cuestiones que vos tenés que analizar desde el punto de vista de lo que está ocurriendo en la realidad política. Dejá de lado tu visión dogmática, rígida e ideológica, y si te preguntan “¿qué opina sobre Venezuela?”, tenés que decir que es una dictadura infame, miserable, que tiene que terminarse. Entonces, vos estás ahí comprendiendo los fenómenos también internacionales, estás entendiendo que los procesos democráticos que vos defendés en el plano interno, las libertades que vos querés para tu modelo, el modelo liberal clásico que se consolida con la reforma del ’94, bueno, vale también para los demás países. No podés defender a Ortega, a Maduro. Es un error que además se paga en las urnas.

Vos percibiste en el 2015 que el peronismo, como venía, tenía una etapa agotada. Al mismo tiempo fuiste, en 2023, quien juntó todas las esquirlas de los que no estaban ni con el gobierno ni con el kirchnerismo. Condujiste el bloque que representaba ese espacio. Entonces, hablo con los gobernadores y veo una cantidad de gobernadores, el de Tucumán, por ejemplo. Uno podría seguir la lista de gobernadores peronistas que no están en lo más mínimo identificados con la conducción nacional que lleva adelante el kirchnerismo del peronismo.Y paralelamente tenés escisiones anteriores del peronismo, anteriores a la tuya, como el peronismo cordobés. Entonces, mi pregunta es: todo ese fenómeno de gobernadores que no son ni kirchneristas ni, obviamente, libertarios, de lo que fue el proyecto de Provincias Unidas, de lo que vos representaste en 2023 conduciendo un bloque que iba juntando estas esquirlas, ¿cómo sigue?

Hay un diálogo abierto. Probablemente la semana que viene muchos de los diputados que van a asumir el 10 de diciembre, que tienen esta afinidad con Provincias Unidas, que han sido elegidos y lo que ha quedado del bloque Encuentro Federal que yo presidí, bueno, seguramente va a haber un encuentro. Vamos a trabajar, vamos a ver si podemos confluir en ese espacio que tiene que tener también autonomía y pluralidad.

Originalmente hablaban de 20 diputados.

Podría ser, en la medida que haya voluntad también de agruparse. Porque, por ejemplo, el caso del gobernador de Salta tiene un bloque propio con diputados, junto con el de Misiones, que es Innovación Federal, que a veces interactuaba con nosotros, otras veces no. Entonces eso hay que analizarlo y verlo bien. Schiaretti, que es una figura importante, fue candidato a presidente, fue gobernador. Viene la vicegobernadora de Santa Fe. Hay que ver qué pasa con el radicalismo, que viene de una crisis política. Entra un hombre como Lousteau. Puede haber un interbloque, pero todas estas cosas las tendremos que conversar. Yo no me animo a definirlas por mí mismo, sino que requiere de un diálogo más complejo.

¿Y te imaginás, después de todo ese diálogo más complejo, que se genere un espacio intermedio entre los parlamentarios?

Sería importante construirlo, consolidarlo y darle un aporte de debate intelectual, de llevar el nivel también de la discusión en el Congreso. El Congreso no es lo que aparece a veces en algunas imágenes, que son poco recomendables verlas.

Me pregunto si finalmente cierto grado de hegemonía por parte del gobierno no construye una demanda de algo distinto.

Si analizas los números, el gobierno no tiene hegemonía. Tampoco tiene mayoría. Tampoco llega a los 129 votos ni a los 37 en el Senado. Está obligado a buscar diálogos, consensos. El gobierno tiene que aceptar que en esta etapa, a lo mejor, el proyecto que manda no sale con todo lo que ellos quieren. Algo parecido a lo que fue la Ley Bases. Mandaron un proyecto que era un megaproyecto, no tenía precedentes en la vida parlamentaria de la Argentina: 700 artículos. Era un disparate armado por Sturzenegger en horas de ocio, donde abarcaba todos los temas: la cultura, la educación, la vida de la gente, todo, todo. Salió un proyecto de 230 artículos. Le dieron instrumentos de gobernabilidad.

La reforma laboral requiere de un esquema de participación de los sectores sindicales, de la CGT y también del mundo empresario. Hay algunos que analizan cuestiones que se hicieron durante el gobierno de Macri, muy positivas, que implicaron modernización de normas laborales en dos sectores muy sensibles y muy importantes de la generación de empleo. Uno fue el sector petrolero, reforma que se hace con un gran sindicalista ya fallecido, que fue compañero mío en el Senado, el secretario general del gremio de Petróleo Privado, que modifica, digamos, la estructura del trabajo en pozo, las horas y los días, y hace un esquema más moderno, más flexible. No porque esta palabra sea mala, sino porque permite mayor ingreso de empleos.

El otro sindicato que tuvo una visión también moderna fue Pignanelli, con Smata, especialmente en el rubro fabricación de camionetas con las grandes empresas japonesas: Toyota, la propia Ford. Donde la especialidad de la producción de camionetas en Argentina es un elemento distintivo para el Mercosur. Los sectores de servicios. Es mucho más posible que puedan implementar sistemas de despido distintos a los de la Ley de Contrato de Trabajo, como el de la construcción. Vos tenés ahí una mayor rotación, eh, muchos bares, mucho trabajo de gastronomía, de comercio, por ahí pueden tomar temporada alta, pueden salir, entrar y salir. Bueno, ahí hay que analizar ese tema. El mundo pyme tenes veinte empleados, ¿podés tener el mismo convenio que tiene Techint? No.

¿Y ves por parte del sindicalismo predisposición?

Para hacer una cosa razonable, me parece que pueden participar y debatir, y estar, y tienen que ser escuchados. Han tenido una actitud realmente de apoyo, podría decir. De acompañamiento y de comprensión en función de cuidar el empleo a costa del salario. Esto hay que decirlo. No todos los representantes gremiales lograron ir incluso a la par de la inflación. Algunas paritarias que se discutían iban por debajo de la inflación.

¿Cómo imaginás que va a ser el cronograma legislativo?

Presupuesto, diciembre. Por ahí, a partir del 20 de enero pueden ingresar los temas. No hay que comprarse el libreto de estos periodistas que destruyen al Congreso. Hablan: “no, no trabajan”. Que hagan, tienen que trabajar en enero. Bueno, si entran en enero, trabajaremos en enero. Pero bueno, eso son decisiones de extraordinarias que tiene que fijar el Poder Ejecutivo. Y el plazo de las extraordinarias va desde el 30 de noviembre hasta el primero de marzo. Y ahí el gobierno puede empezar el debate y continuarlo incluso después, en el propio proceso ordinario, si no lo ha terminado. El Gobierno tiene que tener una visión Inteligente en materia parlamentaria. Hay un tema que inexcusablemente debe entrar por la Cámara de Diputados, que es el tema de la reforma tributaria. Origen siempre Cámara de Diputados, todo lo que tiene que ver con tema impuestos.

Y hay un tema que puede ser ingresado por cualquier cámara, que puede ser el marco de la modernización laboral. Si es que la quieren llevar adelante, puede ingresar por el Senado. Entonces, si vos repartís y equilibrás el trabajo de ambas cámaras, las complementás, y simultáneamente pueden tratarse los temas. Y bueno, tiene que haber un amplio debate, una comprensión de los temas para poder tener ciertos consensos. De nada le vale al gobierno repetir experiencias del pasado: sacar por force cualquier cosa de cualquier manera termina mal. Pero lo que me parece importante es que haya un marco de discusión y de debate inteligente. Las experiencias de la reforma laboral fueron negativas en Argentina, y además también determinaron un proceso de derrota para los gobiernos que llevaron adelante estas iniciativas. Si vos recordás la ley “Banelco”, mal llamada “Banelco”, pasó a la historia de esa manera. Terminaron además en un escándalo y en una ruptura también con el sector sindical. Entonces, hay temas que hay que analizar, también como la judicializaicón del mundo laboral.