La última reunión del PRO el miércoles, donde se reunió su cúpula en la sede partidaria de la calle Balcarce al 412, en el barrio de San Telmo, dejó un tendal de conclusiones para Mauricio Macri. El objetivo fue claro: definir su estrategia de cara a una nueva etapa política en la que el partido afirma que “ya no podemos ser satélite” de La Libertad Avanza y que debe reafirmar su identidad frente al fenómeno liberal que agita la escena nacional.
Es más: intentar frenar la sangría de dirigentes, que comenzó hace 15 días con siete diputados nacionales que responden a Patricia Bullrich, a los que se sumaron la senadora Carmen Álvarez Rivero y la diputada Belén Avico, ambas de Córdoba, que se pasaron a LLA a pesar de haber entrado por el PRO.
En este marco, el expresidente fue muy taxativo: quiere sostener la “identidad” amarilla, pretende que en 2027 haya un candidato a jefe de Estado del partido y aspira a que no haya más fugas, acaso por ello se sostendrán los bloques parlamentarios en el Senado, en Diputados y en las legislaturas provinciales.
Ese tono se da luego de una mala cena con el presidente Javier Milei que dejó una gran “decepción” de parte de Macri, quien marcó diferencias con los libertarios en su alocución.
“La nitidez que yo recomiendo es una visión liberal completa. Ser liberal en la libertad de expresión, en respetar las instituciones. Nunca hemos creído en personalismos”, arrancó, sin mencionar a Milei. “Una visión liberal acompañada en un fortalecimiento institucional. No perdamos que somos un partido de gestión y creemos en el detalle”, agregó.
A modo de resumen, en el Consejo Nacional, el PRO dejó claro varios elementos nodales de su hoja de ruta:
1. Mantener la identidad partidaria sin avanzar en nuevos acuerdos electorales con LLA. Según fuentes del encuentro, se descartó cualquier integración de bloque interparlamentario con LLA, ya sea en el Senado, en Diputados o en bloques legislativos provinciales: “En todos habrá bloque PRO”, se planteó.
2. Mantener autonomía de los libertarios en todas las provincias. Esa fue una línea roja que el PRO reafirmó para evitar más fugas de dirigentes y afirmarse como actor por fuera del oficialismo.
3. En materia legislativa, el partido acompañará las reformas laboral y tributaria propuestas por el Gobierno, pero “observando la letra chica”. E incluso proponiendo modificaciones.
4. Frente al Presupuesto 2026, el PRO expresó que lo acompañará, aunque exigió que se planteen en la ley los fondos para la coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires. Esa demanda forma parte de su estrategia de posicionamiento territorial y de reivindicación de competencia local.
5. De cara a 2027, el partido activó la búsqueda de un candidato a nivel nacional y estableció la meta de construir “una alternativa liberal” en todos los distritos. No se trata solo de ser una opción al Gobierno, sino de recuperar protagonismo electoral a mediano plazo.
Por su lado, Soledad Martínez, vicepresidenta del PRO e intendenta de Vicente López, fue una de las principales impulsoras para que el PRO mantenga su bloques propios. Su objetivo es preservar la identidad del partido y permitirle volver a ser una alternativa nacional, según explicaron fuentes partidarias a PERFIL.
El PRO parece haber tomado conciencia de que la dispersión de legisladores hacia LLA es un peligro para su relieve institucional, por lo que ratificaron la continuidad de Cristian Ritondo al frente del bloque de Diputados. Allí estaba, justamente, Ritondo sentado en la cabecera de una larga mesa.
Entre quienes estuvieron, se lo vio de buen semblante al jefe de Gobierno, Jorge Macri; a María Eugenia Vidal (fue una de las voceras del encuentro); el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y tanto Martínez como Ritondo. A ellos se sumó el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, quien es cercano a Bullrich, pero siempre reivindicó su afiliación al PRO.
Se sumaron también tres exministros de Macri: Andrés Ibarra (Modernización y luego vicejefe de Gabinete), Guillermo Dietrich (Transporte) y Gustavo Lopetegui (Energía).
Entre quienes no estuvieron, era dable de pensar que el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, no participe. Es parte del Consejo nacional, pero en su nuevo rol hubiera sido una afrenta a Milei.

Por Ezequiel Spillman-Perfil

