El exjefe del Estado Mayor General del Ejército bajo la presidencia de Cristina Kirchner advirtió que debería existir un período de separación entre el mando operativo y la conducción política, aunque sostuvo: "Un militar puede efectivamente ocupar el cargo de ministro de Defensa".
Ante el nombramiento del actual jefe de Estado Mayor, Carlos Presti, como ministro de Defensa, César Milani explicó que en Estados Unidos un militar retirado debe esperar siete años para poder asumir como ese cargo y señaló que ese tipo de requisitos evitarían que un comandante en actividad pase de inmediato a conducir la cartera política. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el exmilitar dijo: "El presidente de la Nación no puede hacer que asuma como ministro de Defensa estando en actividad por cuestiones morales, éticas y hasta legales".
César Milani es un militar argentino retirado. Se desempeñó como jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino entre los años 2013 y 2015, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Actualmente se dedica a la docencia y a brindar conferencias sobre soberanía, defensa y el proyecto nacional en diversos ámbitos del peronismo y otras agrupaciones políticas.
Me gustaría que compartiera el disenso que usted tiene con otro de los importantes miembros de su campo político, Agustín Rossi, respecto de que no es un retroceso la designación como ministro de Defensa de un miembro de las Fuerzas Armadas.
Sí, yo creo que es totalmente falso. Creo que ese es un tema pendiente que lo debería haber solucionado el mismo peronismo mucho antes de esto. Un militar puede efectivamente ocupar el cargo de ministro de Defensa si tiene la idoneidad suficiente, al igual que cualquier civil. Tiene algunas cuestiones como, por ejemplo, haber pedido retiro, o no estar en actividad. En Estados Unidos, por ejemplo, se exigen siete años a partir del momento que se retira para poder ser nombrado ministro de Defensa y necesita una dispensa del Congreso. Se tendría que haber tomado alguna decisión de ese modo. Lamentablemente no lo tomó el peronismo. Tendría que haberlo tomado, a mi juicio, el peronismo, porque es un movimiento creado por un general, porque muchos militares han estado muy vinculados al Movimiento Nacional Justicialista y, aparte de eso, al movimiento en general han estado muy vinculados a la defensa, como Mosconi, Savio y tantos otros militares que han estado vinculados a la defensa.
Entonces, ¿qué mejor que hubiera sido, cierto, que el movimiento lo hubiera propuesto como una forma de tratar de cerrar heridas y tratar de, a su vez, integrar a las Fuerzas Armadas a un verdadero proyecto nacional. Creo que no se ha hecho esto y creo que lo que ha hecho el Gobierno, independientemente del signo político, estoy hablando si el militar retirado puede ser ministro de Defensa o no. Yo creo que sí. Creo que Rossi se equivoca totalmente. Creo que el campo progresista en el peronismo se está equivocando al tratar este tema porque es un tema casi ya ideológico. Es decir, el militar no puede ser ministro de Defensa porque es militar. Entonces, independientemente de que, por supuesto, yo no coincido en absoluto con los lineamientos de este gobierno y mucho menos voy a coincidir con los lineamientos del Ministerio de Defensa, pero son los lineamientos que le va a dejar el presidente de la Nación, sea civil o militar, el ministro de Defensa.
Usted menciona que en Estados Unidos hace falta una dispensa del Congreso y siete años desde que pasa a ser retirado. ¿Le parece que tendría que haber alguna limitación respecto de que alguien en actividad pase directamente de comandante en jefe del Ejército a ministro de Defensa?
Sí, totalmente. Ya le mandé a decir en reiteradas oportunidades, vía redes sociales, al actual jefe del Ejército. El presidente de la Nación no puede hacer que asuma ministro de Defensa estando en actividad por cuestiones morales, éticas y hasta legales.
Que pase a retiro inmediatamente...
Claro.
En Estados Unidos, más allá de si son siete, dos, cinco, ¿le parece bien que inmediatamente quien era comandante en jefe del Ejército pase como ministro?
Quizás, si la Constitución nuestra, que no lo prevé, lo hubiera previsto, podría haber puesto algún colchón que yo creo que sería conveniente. Hubiera sido conveniente que algún militar que va a ser nombrado ministro de Defensa tuviera un espacio de tiempo suficiente, pueden ser tres años, cuatro años, cinco años, respecto a los subalternos. Pero eso no está previsto.
En cualquier caso, no le parece mal que un militar sea ministro de Defensa. Lo que sí le parece mal es que inmediatamente de comandar pase inmediatamente.
Por supuesto.
¿Puede también afectar en algún sentido esta idea de retroceso? Si no entiendo mal, creo que el padre de Carlos Presti había tenido vinculación con denuncias de crímenes de lesa humanidad.
Sí, él fue jefe del Regimiento de Infantería 6 en La Plata. Tenía jurisdicción sobre tres campos de concentración clandestinos. Ahí ha habido cuarenta casos de crímenes de lesa humanidad. Él había sido imputado, procesado, y no llegó a la etapa de juicio porque falleció antes.
Es decir que, si no hubiera fallecido antes, el padre de Presti estaría preso...
Estaría preso seguramente. Seguramente estaría con perpetua, como lo están todos los jefes de regimiento, porque era coronel en su momento. Yo lo conocía a Presti, pero como tantos tenientes que como él había, tenía una diferencia muy grande con él en antigüedad, entonces no lo conocí personalmente mucho. Pero lo que yo sé es que nunca se ha manifestado ni reivindicando, ni ha mostrado arrepentimiento. Yo creo que, mientras no se manifieste de alguna manera, no hay que obligarlo a que tenga una actitud de arrepentimiento de lo que el padre hizo. El padre es el padre, el hijo es el hijo. Creo que han pasado cincuenta años y que él ha llegado a teniente general con acuerdo del Congreso, con acuerdo del Senado, con todas las condiciones para ser jefe del Ejército.
El tema de fondo es que nosotros tenemos la herida abierta de lo que pasó en los años 70. De hecho, usted mismo tuvo problemas y una condena también por ese tema.
Condena no, fui absuelto.
Pero inicialmente tuvo un procesamiento.
Procesamiento, sí.
Yo entrevisté aquí al autor intelectual de los juicios de la Cámara Federal, que era el jurista asesor de Carlos Nino. Comentaba que estaba muy orgulloso de cómo se llevaron adelante los juicios, pero que tenía que terminar en los comandantes y en aquellas personas que hubiesen cometido delitos aberrantes. Y él planteaba que incluso Nuremberg era un caso de abuso del derecho penal del enemigo. Contaba que tenía un familiar que había luchado con los aliados, se había hecho voluntario, le tocó la guerra del Pacífico, y que la orden que tenían los militares norteamericanos era: “No hay prisioneros”. Por más que sea una guerra, la Convención de Ginebra no autoriza ni a violar ni a matar. ¿Hay una cuestión de fondo aquí respecto de lo que es la obediencia debida, que lo viene a traer nuevamente a la actualidad el hecho de que el comandante en jefe del área sur, del hemisferio sur de la Marina, renunció a su cargo dos años antes de finalizado su mandato en desacuerdo con las órdenes que emana Trump, que no tienen la aprobación del Congreso? ¿No hay una cuestión de fondo muy difícil para los militares, que es la obediencia debida?
Yo creo que esa etapa ha sido superada. Creo que los militares, con toda la diferencia ideológica que yo tengo con el ala liberal de las Fuerzas Armadas, han aprendido un poco la lección sobre estas cuestiones. Yo pertenezco al ala nacionalista y esto está bien marcado hace muchísimos años. En principio, en una guerra hay códigos, hay leyes internacionales que tratan a los prisioneros de guerra. Es decir, acá no puede haber habido tortura, secuestro, desapariciones, vuelos de la muerte, robo de bebés, todas estas cuestiones que son contrarias a las leyes internacionales. Aunque hubiera habido una guerra, que eso tenemos que discutirlo.
Aunque hubiera habido una guerra, que no lo era, no se puede matar ni violar. ¿Usted cree que la mayoría de los militares en actividad, de alto rango, cuando evalúan lo que sucedió en la dictadura, creen que fueron mecanismos necesarios o no?
Yo le diría que dentro de los retirados sí hay un gran porcentaje que cree que fueron mecanismos necesarios.
Ahí va mi pregunta. La sospecha de que, así como usted dice que hoy existe una conciencia de que eso no se repetiría, paralelamente, mi sospecha es que un porcentaje importante cree que era lo que había que hacer, por lo menos las personas de más edad.
Eso sí. Ahora, creo que dentro del personal que está en actividad la cosa es muy distinta. Es decir, por eso es que hay reticencia importante en las Fuerzas Armadas a involucrarse en seguridad interior, involucrarse en el narcotráfico, involucrarse en lo que le llaman terrorismo, porque saben las consecuencias que puede traer esto. Yo creo que el personal que está en actividad ha aprendido la lección de que no se pueden pasar ciertos límites en lo que sería una represión, ni siquiera de la fuerza de seguridad, por supuesto. Pero creo que hay más conciencia en el personal militar en actividad que en los retirados. Por supuesto, no puedo afirmar que todo el personal que está en actividad piense de esta manera, pero yo creo que hay mayoría. Como hay mayoría en los retirados en pensar lo contrario.
¿Por qué esa diferencia generacional? ¿A qué se la atribuye?
Porque los retirados ya están fuera del canal legal.
¿Para autojustificarse?
Claro, aunque no hayan cometido ellos delitos de lesa humanidad, lo consideran una guerra. Entonces, como consideran que era una guerra, en la guerra estaban aceptadas ciertas cuestiones.
Una cosa es una guerra, y otra cosa es asesinar, torturar, ¿o no? ¿O en todas las guerras los militares norteamericanos mataban a todos los japoneses?
No. La guerra tiene un límite. El límite son los derechos humanos. Cuando termina el enfrentamiento y hay un detenido, un capturado…
En el caso de Estados Unidos con la guerra con los japoneses, nunca había detenidos.
Claro. Eran todos delitos de lesa humanidad.
O sea, todos los militares norteamericanos que participaron en la Segunda Guerra Mundial aceptaban la obediencia debida.
Por supuesto.
Y hoy no. Hoy el jefe del Comando Sur renunció. También hay un cambio generacional en las Fuerzas Armadas de todo el mundo.
Yo creo que sí. Hay un cambio generacional importante. Estados Unidos es el que menos la respeta, porque tiene ciertos casos como Guantánamo y otras cuestiones más. Lo que ha pasado en Irak, lo que ha pasado con grupos donde se han excedido demasiado. Pero hoy en día esos excesos, si salen a la luz pública, son juzgados. Es decir, que yo creo que hay una mayor conciencia en el mundo de lo que son los derechos humanos.
Excepto en Estados Unidos, que tampoco participa del tribunal de La Haya.
Por supuesto.
Mencionaba el caso de los prisioneros de guerra en Malvinas, tan distinto de los prisioneros de guerra en la Segunda Guerra Mundial del Pacífico. Me gustaría que compartiera con la audiencia su reflexión.
La reflexión es que yo estuve destinado en Comodoro Rivadavia con la Fuerza de Tarea Aerotransportada, para ejecutar una operación aerotransportada en Malvinas. Pero tengo la vivencia de todos mis camaradas que han estado en Malvinas. Hay consenso generalizado de que los ingleses aplicaron las leyes de guerra como corresponde con los prisioneros de guerra. Es decir, les pagaban salario, les daban bien de comer, les proporcionaban los elementos necesarios para que pudieran tener una prisión digna mientras eran prisioneros. Es decir, que cumplieron con las disposiciones de las leyes internacionales.
Esto es un ejemplo para nosotros, que no lo hicimos, si esto fue una guerra o no fue una guerra. Yo creo que no fue una guerra. Yo creo que era el Estado, por un lado, que tenía una obligación mayor a las organizaciones terroristas. Entonces ahí no hubo una guerra. Hubo una responsabilidad mayor del Estado, por más crímenes que hubieran cometido las organizaciones terroristas. Es decir, que no hubo una guerra.
Si la hubiera habido, tampoco autorizaba violar o matar.
Por supuesto
Hay una diferencia de tamaño entre un Estado y un grupo guerrillero como era en la Argentina. ¿Esa diferencia puede plantear que se llame guerra algo en lo cual Estados Unidos tiene todo el poder y un país pequeño no?
Yo creo que absolutamente no. Creo que, por eso, cuando me preguntan qué puede pasar en Venezuela, lo que está haciendo Trump y el poder militar en Estados Unidos es un efecto disuasorio, de disuasión, sobre el poder político en Venezuela.
Voy más para Irak. Estados Unidos y toda Europa y varios aliados contra Irak. ¿Eso es una guerra?
No, no fue una guerra. Fue una invasión donde no se respetaron los derechos humanos y sin la causa que los motivó. Porque decían que había armas químicas, no encontraban armas químicas; decían que había tantas cosas, no encontraban absolutamente nada. Esto tuvo un fin absolutamente económico. Y por supuesto que lo acompañó la OTAN y demás.Por eso yo creo que ha cambiado el mundo a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. Vivimos 80 años en un mundo unilateral, unipolar, donde Estados Unidos era el regente y el gendarme del mundo. Creo que ahora, a partir de la invasión de Rusia a Ucrania, la conformación de los BRICS, las asociaciones en el Pacífico, las asociaciones con China, con Rusia, con la India… creo que hemos pasado a otra etapa en el mundo donde hay evidentemente un mundo multipolar, multilateral, en donde ya Estados Unidos no puede hacer lo que quiere.
Entrevistamos aquí al que está al frente del área atómica de las Naciones Unidas y candidato a ser el secretario general de las Naciones Unidas, Rafael Grossi, quien nos decía que el riesgo de guerra nuclear es más alto que nunca. ¿Comparte esa hipótesis? ¿Cree que va a haber una guerra?
Yo creo que sí. Porque por eso es por lo que es peligroso un personaje como Trump, donde no mide los límites ni las consecuencias. Ya lo hemos visto en muchas acciones de él. Con esto no estoy diciendo que soy partidario de los demócratas ni nada por el estilo. Estoy diciendo que este personaje en particular tiene, digamos, problemas de límites. Y cuando se pasan ciertos límites, hay países como Rusia, que tienen una capacidad nuclear tan importante como Estados Unidos. Y a mí no me cabe la más mínima duda de que Putin va a poner sobre la mesa los intereses de Rusia por sobre los intereses, digamos, de otros países, o si se ve atacada Rusia. Por eso los líderes norteamericanos militares saben bien que ahí no pueden hacer lo que quieran. Ni con ellos, ni con China, ni con India, ni con países importantes. Ya no pueden hacer lo que quieren.
¿Qué edad tenía en la dictadura? ¿Qué hacía?
Yo era subteniente y tenía 21 años. Las causas por las cuales me procesaron son causas absolutamente armadas, pero absolutamente armadas. Una persona dice que lo fui a detenerla a la noche. Ni siquiera se probó eso, pero después no tengo acusaciones de secuestro ni de tortura ni de nada. Pero por eso estuve tres años detenido.
Pero ¿cómo era su vida en la dictadura? ¿Paso de subteniente a qué en esos ocho años?
Pasé primero, segundo y tercer año de subteniente en los años 76, 77, 78. Después pasé a ser teniente en 78. 79, 80, 81 y 82 fui teniente, y a partir de 82, teniente primero y demás.
Aun así, bien joven, ¿sabía lo que pasaba?
No teníamos conocimiento los oficiales subalternos de que existían campos de concentración. A tal punto de que, en La Rioja, en lugares donde yo estuve, había un instituto, una cárcel común, donde iban los presos comunes. Se llamaba Instituto de Rehabilitación Social. Bueno, yo me enteré después, cuando me procesaron.
Se debe haber enterado en el 78, 79. Ahí sí se tuvo que haber enterado.
Claro.
Con la misión de la OEA, ahí sí se tuvo que haber enterado.
Bueno, ahí posiblemente, sí. En esa fecha saltó que hubo un campo de concentración, o un lugar de detención clandestino adentro de la cárcel. Ninguno de los oficiales subalternos teníamos ni acceso ni sabíamos absolutamente nada. Eso lo manejaba el área de inteligencia con oficiales superiores. Estoy hablando de oficiales jefes, de capitán para arriba.
Para ponerlo en términos concretos para la audiencia: los campos de concentración desaparecen a comienzos del 79. Usted tenía 24 años…
Yo tenía 25 años. Quisiera marcar una diferencia importante en lo que yo creo que debe entender el campo nacional, el peronismo, el progresismo, los derechos humanos. Deben entender la diferencia que hay entre los militares de hace 50 años y los militares de ahora. Deben entender que en la Fuerza Armada hay dos alas muy marcadas: el ala liberal y el ala nacionalista. En este caso particular, lamentablemente, tenemos un gobierno de tinte totalmente liberal, que ha designado un ministro de Defensa que está en el área liberal absolutamente dentro de las Fuerzas Armadas, y que por supuesto va a responder a todas las directrices que marque el poder político, como lo hacen los civiles, exactamente como lo hacen los civiles. Lo que hizo Petri dos años lo va a hacer Presti otros dos años más. Es decir, hay que diferenciar y que hay que insertar a los militares de una vez por todas en la vida política del país. No se los puede tener en una isla aislados, diciendo que “estos no son bienvenidos a la política”.

