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Hernán Letcher: "En el país del trigo estamos importando fideos"

El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advirtió que el esquema económico del gobierno de Javier Milei apunta a una Argentina con "ganadores y perdedores" y afirmó que la apuesta por la minería y la energía "no derrama" sobre el conjunto de la sociedad.

Hernán Letcher, economista y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), sostuvo que el país atraviesa un proceso de reconfiguración económica que excluye a amplios sectores sociales y afirmó: "En el país del trigo estamos importando fideos".

En este sentido, cuestionó que el Gobierno impulse un esquema en el que la industria, el comercio y la construcción “quedan fuera de la cancha”, mientras sectores concentrados avanzan sin generar empleo. "Ni siquiera esta versión libertaria cree que la Argentina puede ser el supermercado del mundo", dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190)

Hernán Letcher es un contador público egresado de la Universidad de Buenos Aires, magíster en Economía Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, se desempeña como profesor universitario y dirige el Centro de Economía Política Argentina. En la gestión pública mantuvo roles dentro del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la provincia de Buenos Aires. En el año 2020 fue designado presidente de la Comisión Nacional de Comercio Exterior.

Me gustaría conocer tu balance de estos dos años del gobierno de Javier Milei desde el punto de vista económico. ¿El remedio finalmente está produciendo el efecto curativo o simplemente produce el efecto secundario negativo sin el curativo?

A mí me parece que, bajo el argumento de las correcciones macroeconómicas -porque cualquiera aspira a tener una economía lo más sana posible en todos los aspectos de la macroeconomía- se esconden intereses de construir una Argentina con ganadores y perdedores que, para la amplia mayoría de los argentinos, no es beneficiosa. Esa es, a dos años vista de la asunción de Milei, la crítica más significativa. El PIB cayó, después se recuperó y está levemente por encima del periodo promedio del año 2023, estancado desde principios de este año. Ahora, cuando vos ves las actividades que les fue bien, encontrás minería, intermediación financiera en particular y el sector agropecuario, en parte influenciado por la mala cosecha de 2023. Y en contraposición, en los sectores que les fue mal están industria, comercio y construcción. Son sectores más bien mano de obra intensivos y que, en términos de la década de los 90, ese esquema no derrama.

Es decir, a la minería le puede ir muy bien. Pongo un asterisco porque hablo con muchos mineros y me dicen: “Ojo, porque cuando se habla de minería, a la parte metalífera o litio le va muy bien, pero a la escayola le va muy mal. Las que están vinculadas al sector de la construcción les está yendo mal”. Pero en términos globales, a la minería le puede ir muy bien, pero genera muy pocos puestos de trabajo. Pisa salarios altos en ese segmento, pero no tiene efecto sobre el resto de la producción, sobre el resto del conjunto de los argentinos. Así que, cuando uno mira los indicadores, ve que el salario no solo no recuperó, sino que se encuentra por debajo del promedio, en niveles históricos realmente muy bajos.

Algo parecido pasa con las jubilaciones, con toda la discusión del bono en el medio, pero finalmente el bono es parte de la jubilación, así que cuando tomás el bono el escenario es muy magro, y un escenario en términos productivos muy traumático para mi forma de ver. Quizás la dimensión más traumática de esta etapa, en términos macroeconómicos, es lo que le pasa a la producción hoy en la Argentina.

Uno podría decir que el planteo es que el trabajo se genere por servicios, con un modelo más a la chilena, sin industria, donde los dólares de los minerales y de la energía y de Vaca Muerta generen la suficiente cantidad de dólares como para que podamos importar los productos que antes fabricábamos, y que los puestos de trabajo se generen en los servicios. ¿Le asignás algún porcentaje de mínima razón y de éxito a eso, o considerás que podría lograrlo con una Argentina donde desapareciese gran parte de la clase media, un modelo más parecido a lo que sería el éxito de Chile?

Pienso que efectivamente el Gobierno tiene como vocación construir una Argentina con menos argentinos, por decirlo de algún modo, incluidos dentro de un nivel de ingreso, de consumo razonable. Van hacia ese camino, lo dicen abiertamente, no es que lo ocultan. Plantean abiertamente que aquel que produce y hoy no es competitivo tiene que dejar de existir, ya no importa qué. Hoy estamos importando fideos o pan en el país del trigo. Ni siquiera esta versión libertaria cree que la Argentina puede ser el supermercado del mundo. Ni siquiera eso.

Como creía Macri...

Exactamente, como creían algunas otras versiones. Pero la versión libertaria es una versión que ni siquiera cree que tenés que producir eso. Esta última semana uno de los supermercados más importantes de la Argentina, que hace dos años compraba los fideos y le ponía su marca, ahora los trae de Italia y le pone su marca. Algo parecido pasa con el pan. Y son ejemplos paradigmáticos para nuestro país, porque nosotros podemos discutir los teléfonos y parece razonable discutir. Ahora, el pan o los fideos, me parece que no.

Entonces, yo lo que veo es que si uno se pregunta si le puede ir bien al conjunto de los argentinos, la respuesta es claramente no. Ahí no soy ni siquiera ambiguo. ¿Puede funcionar la macro? Tal vez. Si el común de la gente no reclama y se acostumbra o le parece razonable, sí podría funcionar en un esquema, porque la discusión es difícil que funcione. Yo creo que el escenario cambiario es la piedra que le aprieta el zapato a la política económica. ¿En qué sentido? Se lo dice Carlos Melconian, se lo dice Domingo Cavallo y se lo dice Hernán Letcher. Es decir, hay algo común en esa mirada, que es que cuando vos mirás la cuenta corriente cambiaria da negativo. Entonces, no es suficiente que vos no tengas déficit para resolver el frente externo.

Hay mucho hincapié en que no gastes más pesos de los que te ingresan, pero no hay el mismo ahínco en el frente dólares o en el mundo dólar. Es llamativo. Entonces, ese formato tiene fecha de vencimiento. Para lograr que eso se salde se tiene que desarrollar el sector minero y energético, en plazos que no son el 2026 o 2027. La Argentina va a tener una inyección importante de dólares entre el 2030 y el 2035. Ahora, mi duda es si llegamos o cómo llegamos a ese escenario.

Noruega creó ese fondo cuando descubrió petróleo frente a sus costas en los años 70, y el gran boom de Noruega es lo que le agregó a esa economía esa enorme cantidad de petróleo que descubrió en los años 70. Vaca Muerta es cuatro veces eso. Si Trump le presta la plata para que llegue hasta que es reelecto, ¿existiría la posibilidad de una Argentina como Chile, en la que no haya industria y haya suficiente cantidad de exportaciones que permitieran importar? ¿Es posible transformar un país que tenía una cultura de clase media en eso?

Espero que no. Nosotros estamos viendo indicios de algo parecido a eso cuando vemos el consumo abierto en algunas variables. Por ejemplo, hay un incremento del consumo de motos o autos, del orden del 20%, y una caída del consumo de productos de consumo masivo del orden del 10%. Hay dos velocidades, hay dos Argentinas. Hay una Argentina que no llega a consumir como para vivir la diaria más o menos razonable. Nadie en su sano juicio va a comprar menos alimentos, salvo que no tenga plata. La cuestión es que hay una parte de los argentinos que puede comprarse o cambiar el auto, o quizás tomarse vacaciones afuera. Lo digo sin juicio de valor; lo que digo es la dinámica o la construcción de la sociedad a la que aspira el gobierno de Milei es esa: una sociedad parecida a la de Perú, lo repiten en el equipo económico. Dicen que Perú tiene el 70% del empleo no registrado, pero entonces es una sociedad donde hay una parte importante cuya capacidad de consumo, de jubilarse el día de mañana, de vivir más o menos dignamente, está claramente excluida de toda posibilidad. Un esquema donde los sectores que te motorizan son sectores altamente concentrados y que, de nuevo, no tienen necesariamente efecto sobre el resto de los sectores. Termina convirtiéndose en eso. ¿Cuántos puestos de trabajo genera energía y minería juntos? Menos del 2% del empleo registrado privado. Nada. Con lo cual es muy difícil que eso tenga efectos positivos sobre el resto de la sociedad.

Hubo un debate el año pasado, porque no tenía nada que ver puesto en ese momento, que es lo que se llama enfermedad holandesa. ¿Qué es esto? Tengo muchos dólares. Y el debate en ese momento era: ¿me convierto en Noruega o me convierto en Nigeria? Es decir, los dos extremos de estas dos cuestiones. Es muy importante eso porque si vos no hacés nada, vas camino a convertirte en Nigeria. Es decir, un país donde la mayoría está excluida, donde no tiene capacidad de consumo y sectores muy dinámicos tienen niveles de salarios muy elevados para una partecita muy chiquitita de la sociedad y niveles de rentabilidad muy altos. Ahora, podés hacer lo otro, que hizo Noruega. Noruega utilizó alguna herramienta para, de alguna manera, tratar de distribuir el beneficio de la rentabilidad generada por esos recursos naturales.

Cuando vos mirás el volumen de Vaca Muerta respecto del PIB argentino, el potencial exportador sobre el PIB no es tan elevado. Eso no significa que no te permita resolver la histórica restricción externa. Yo creo que sí. Si hacés las cosas más o menos bien, deberías resolverlo. Ahora, eso te abre paso a la definición de qué país querés tener. Y esto es una cosa que a mí me parece muy interesante debatir. Ayer bajaron las retenciones, entonces discutimos eso, pero a la par hay que discutir qué país querés ser. Yo quiero un país con industria. Un país con industria no puede tirar por la ventana la industria y convertirse solo en servicios. Cuando te hablan de país con servicios, te hablan de Chile y, en general y antes te emulaban a Australia. Australia financió su proceso de reconversión de la industria de los servicios. Si eso está, lo discuto, pero Estados Unidos no te va a financiar eso. El acuerdo con Estados Unidos no es eso. Es exactamente lo contrario. La Commonwealth financió ese proceso.

El mejor ejemplo: industria automotriz. Australia decidió, después de muchos años, no fabricar más autos.

Yo te discuto en otros sectores. En la industria automotriz creo que eso es un error para la Argentina por una cuestión muy puntual.

Yo no lo estoy elogiando. Estoy describiendo lo que hizo Australia.

Pero se convirtió a otra cuestión, muy concentrada en los recursos naturales, pero con un nivel de distribución mucho más elevado que el de la Argentina. La Argentina es el único país latinoamericano que tiene terminales automotrices y litio. Terminales automotrices de México para abajo tienen México, Argentina y Brasil. No me refiero a Chile y Bolivia no tiene terminales. Argentina es el único país que tiene las dos cosas. Argentina debería procesar el carbonato de litio, de mínima, en formato material activo y, de última, exportarlo en formato material activo. Es tres a uno el precio. Y además, para el mercado local y probablemente para el mercado sudamericano, ir hasta las baterías. Pero no porque me cae bien. Porque si vos le preguntás al titular de una terminal automotriz en la Argentina cuál es su temor, es la terminal en Brasil.

Lula da Silva puso un montón de plata para financiar las plantas de baterías al lado de las terminales brasileñas. Las financió con políticas fiscales, básicamente. Con lo cual lo que va a pasar es que el litio argentino se va a Brasil y vuelve en forma de batería. Todavía no ha sucedido, sencillamente porque nuestro plantel de autos eléctricos o híbridos no es tan significativo. El 60% del precio del auto es la batería. Así que imaginate el costo de lo que significa.

De hecho, la mayoría de las fábricas chinas que se están instalando en Sudamérica de fabricación de autos eléctricos se están instalando en Brasil. Por eso te ponía el ejemplo de la industria automotriz. Vamos a pensar que hay buenas intenciones, que esas personas que diseñan ese país creen que conseguirían el beneficio para la mayoría y que la mayoría sería no ser Nigeria, sino ser Noruega. ¿Se podría construir, para un país de 50 millones de habitantes, un sistema de redistribución a lo Noruega en 2035? ¿Es posible, con la cantidad de recursos naturales que tenemos, financiar un modelo a lo Australia o a lo Noruega?

Si pensás un país para todos los argentinos, tenés que hacerlo, pero Milei no lo va a hacer. Supongamos que en 2035 sea todavía presidente.

No podría hacerlo. Sería reelecto en el mejor de los casos en 2031.

Supongamos que es Federico Sturzenegger, no importa. No va a crear ese fondo porque creen en un modelo de no distribución y en la práctica eso se concreta a través de consumos en sectores minoritarios muy elevados, casi diría que no tienen nada que ver con la Argentina. Melconián tiene esta lucidez de poner frases, de la metáfora. Él dice que "los dólares de Vaca Muerta se los están gastando en Cancún”. Vos podés usar esos dólares para financiar la mejora en la industria. Yo dedicaría una parte a eso, quizás otra parte a un fondo y después tenés que tener políticas que te permitan la redistribución interna de esos recursos. Quizás es prematuro pensarlo, pero deberías tenerlo. Noruega es finalmente eso, porque un fondo que mejora las jubilaciones es eso. Si vos tenés petróleo o gas en cantidad, ¿es razonable que pagues los servicios como los paga cualquier país que no tiene? Si en definitiva lo que vos querés es que la gente viva mejor, ese es otro mecanismo, que es subsidiar.

Pero el planteo de ellos es que eso generaría que la gente no gaste de más. "Mejor le aumentamos el fondo con la plata de Vaca Muerta y aumentamos las jubilaciones y que cada uno use los recursos. Le damos dinero en lugar de abaratarle el servicio", pueden pensar. La problemática central es si alcanza con Vaca Muerta y la minería para un país de 50 millones de habitantes, para lo de Noruega. Es grande, ¿pero cuán grande?

Zohran Mamdani acaba de ganar subsidiando el boleto.

Sí, gratis. Pero nadie puede viajar tanto en el colectivo, mientras que en energía vos podés dejar prendido el aire acondicionado, por ejemplo.

Probablemente no sea razonable para todos y demás. Me refiero a que son mecanismos que te permiten niveles de vida. Porque lo que en definitiva estamos discutiendo es si la gente puede vivir mejor o no. Y el fondo de Noruega es eso. Este Gobierno no tiene ninguna vocación de recorrer ese camino.

Si viene otro gobierno después, ¿con esos recursos en 2030 podría construir modelo?

Primero, vos estás altamente endeudado en dólares, algo que para la economía argentina es un problema. Lo primero que pienso cuando pienso en Vaca Muerta y litio es que me permitan sacarme el pie de la cabeza de lo que es la deuda, pagándola o lo que sea, pero sacándome la presión. Porque el problema es que hoy tengo un desequilibrio entre oferta y demanda de dólares que hace que la deuda en dólares sea un gran problema en ese desequilibrio. Entonces, si yo tengo un excedente de dólares, me organiza esa cuestión.

Supongo que ellos piensan que el riesgo país baja a 100, como lo tiene Perú, que usa la deuda sin ningún problema porque se renueva todo el tiempo. Y que las tasas de interés van a bajar y que, dentro de 5 años, con una Argentina con enorme cantidad de exportaciones, la tasa de interés va a ser 4% por año y no va a haber ningún problema. En la medida en que la tasa de interés es más baja que tu tasa de crecimiento no aumenta tu endeudamiento; lo podés mantener constante. ¿Hay alguna posibilidad de que eso sea así?

En términos teóricos, sí. El problema es qué significa socialmente, cuál es el correlato de eso. Porque si eso es con una cuenta corriente no deficitaria y que permite al común de la gente comprarse un paquete de fideos, yo no tengo drama. Ahora, si el problema es básicamente financiar la cuenta corriente deficitaria o que solo un segmento de la población tenga niveles de consumo elevados, sí. Porque cuando discutimos industria estamos discutiendo que los salarios más altos están en la industria. Los servicios están en algún sector muy minoritario.

La Argentina tiene en Vaca Muerta enterrados abajo de la tierra 120 años para gas y petroleo. El litio hay que ver cómo madura, cómo es el proceso de la electromovilidad y demás, pero tenés recursos importantes para destinar. La cuestión es que tenés que hacer cosas en el medio. Acá se dice cualquier estupidez y repiten que el problema de la Argentina del no desarrollo de la minería son los costos de producción. Es falso. Los costos de producción en el litio son más baratos que los de Chile. Todos los papers, dicen lo mismo.

¿Cuál es el problema en realidad? El problema es la ley de inversiones mineras en la Argentina que ha hecho que se genere un negocio inmobiliario en nuestro país. Yo me quedo con una montaña durante 30 años y, sin saber qué tiene, te digo: “Te ofrezco esta montaña”. Entonces voy al mejor postor a ver qué negocio puedo hacer. Eso no es un negocio de producción, es un negocio inmobiliario que impide el desarrollo minero. ¿Esos dos enclaves pueden permitirle a la Argentina resolver su restricción externa en el mediano plazo? Sí se hacen las cosas bien, sí. ¿Puede permitirle un fondo o algún esquema de distribución para que los argentinos vivan mejor? Sí. ¿Milei va a hacer eso? No. De todas esas cuestiones no tengo ninguna duda.

Lo interesante en estos dos años de Milei es ver si la estructura económica de la Argentina, a partir del descubrimiento de Vaca Muerta y el cambio de actitud respecto de la minería, permite imaginar un modelo económico distinto. Dudo respecto de la posibilidad de que esa cantidad de recursos alcancen para todo esto.

Yo creo que los recursos que tiene la Argentina alcanzarían. Podríamos no tenerlos. ¿Te imaginás si no los tenemos? No estaríamos discutiendo ninguna salida. Esos recursos te dan muchísimo oxígeno. Yo creo que sí te permitirían construir una Argentina distinta. No eternamente, pero sí distinta. En la historia de los últimos 50, 60 o 70 años, el problema del desequilibrio de dólares, la tensión de cuando te faltaban dólares y cómo corregiste eso, fue algo que se repitió constantemente y no tenés mucha forma para resolverlo. Terminás haciendo un salto del tipo de cambio y cualquier cosa que le pega al nivel de vida del común de la gente, salvo que tengas dólares.

A mí me parece que tenemos una oportunidad en litio, en Vaca Muerta y en la minería para resolver de una manera distinta algo que la Argentina nunca pudo saldar. Hasta ahora, para desarrollar la industria yo tenía que usar los dólares del sector agropecuario. Entonces, había una confrontación inevitable entre estos dos sectores. Hoy incorporo dos sectores más en ese esquema y, si me corrés, te agrego un cuarto. Yo trabajaría para que los sectores que hoy exportan exporten con mayor agregado de valor. Entre esas cuatro cosas vos podrías conformar una estructura económica en la Argentina muy distinta.

Para mi forma de ver, eso debería ir acompañado de un proceso donde promuevas determinados sectores industriales que sí puedan ser competitivos a nivel global o relativamente competitivos, porque a esta altura del partido ya empezamos a ver que Shein o Temu te lleva puesto lo que sea. Por ahora te mandan textiles y algunas cositas más, pero en 15 minutos te mandan cualquier cosa. Hay una discusión en el mundo a nivel global ya no solo de ganar en competitividad y listo. Se empieza a dar una discusión donde quizás tenés que pagar una cosa un poquitito más cara, en niveles razonables, pero para sostener algún nivel de producción local, porque si no te lleva puesto directamente el nivel de productividad que tiene China en particular.

Ese esquema ha funcionado sin un país industrial claro en sus políticas económicas o productivas. Desde el Estado se ha financiado la producción porque el balance te daba margen para prestarle plata. Si para producir una mesa el que hace las patas tiene la capacidad de producción de 100, y el que hace esta tabla tiene una capacidad de producción de 500, financiá al de 100 para ir a un esquema de sistema industrial donde aproveches mejor el capital. En la Argentina no se ha discutido demasiado esto. Entiendo que el Gobierno quiere hacer una matriz de insumo-producto, lo cual me parece interesante. No sé bien para qué, porque, con un esquema donde no le interesa la industria, no sé bien para qué lo quiere.

La semana pasada Milei dijo que no importa que se cierren industrias porque el dinero de las personas que pasan a comprar productos más baratos, porque esa industria no era eficiente y importamos esos productos se asigna a otras cosas que son eficientes y, finalmente, los empleos que se pierden de un lado van al otro. El planteo de ellos es que, en lugar de subvencionar industrias que no funcionen, debemos tener la división internacional del trabajo. Con los recursos que vamos a generar en eso, importamos todo eso y el excedente que nos queda, en lugar de utilizarlo para subsidiar industria, lo hacemos a la noruega. Me genera la duda de si alcanza.

Vos sabés que no es ese el esquema que tienen en su cabeza. Falta la última parte.

Pero pensá que viene uno después. ¿Llega a estar esa cantidad de recursos? Porque el que venga después tiene que crear la industria.

Digo que no van en ese camino porque el esquema que han promovido no dice eso. No solo es por la estructura impositiva a la que vamos camino o por las características de la reforma laboral. Lo planteo estrictamente en términos macro. El RIGI establece libre disponibilidad de divisas. Eso es un talón de Aquiles para esto que estamos hablando. Quizás los dólares ni siquiera quedan acá. Y eso está escrito y promovido por una ley que impulsó el propio Milei, con lo cual evidentemente no tiene en la cabeza eso. Y puede ser un riesgo importante eso, porque la minería, la energía tienen estabilidad fiscal, y después no se pueden modificar porque tienen libre disponibilidad. Eso significa que los dólares no los liquidan acá, no pasan por el Banco Central. A mí me preocupa que, en el recorrido, cuando vos llegues a tener esa Argentina ordenada en términos macro, te hayas llevado puesto todo. Te llevaste puesta la industria, tenés que arrancar de cero. No tenés las divisas porque las concediste. La gente vive horrible y no hay vocación de redistribuir. No es tan sencillo este esquema de destrucción creativa.

Jujuy y Salta y Catamarca, las tres provincias litíferas, perdieron 12.000 puestos de trabajo desde que asumió Milei hasta acá. El RIGI va a generar en el futuro, con 20 proyectos, 3.557 puestos de trabajo. ¿Cuál fue el negocio? No se entiende. La destrucción creativa, en este esquema, es una cuenta pendient. Además, cuando uno mira el proceso histórico argentino, también se da cuenta que esta película ya la vimos. Si queremos emular Australia, hagamos lo que hizo Australia. Sí yo creo que el sector textil no va, junto a los textiles les digo: “Chicos, no va más esto. Yo los voy a financiar para que ustedes se reconviertan a esto otro. Definamos qué voy a producir". Si no hago eso, lo único que hago es dejarlo fuera de la cancha.

El ejemplo paradigmático de Perú. Lo reitero porque Santiago Bausili, reivindicó el ejemplo de Perú en el programa de Alejandro Fantino. Dijo: “Tiene una macro ordenada". El presidente del Banco Central del Perú está hace 19 años y acaba de elogiar a la política económica de Argentina. En ese periodo pasaron un presidente cada año y medio. Evidentemente el poder no está en la Casa de Gobierno, sino que está en otro lugar, pero ni siquiera discuto eso. Lo que digo es que el problema es que ese país tiene la virtud, entre comillas, de tener el 70% del empleo no registrado. ¿Por qué tiene la virtud? Porque rota.

La síntesis es que los peruanos siguen viniendo a vivir acá, pero los argentinos no van a vivir a Perú.

Fuente: Perfil