Pymes alertaron que los productos asiáticos dejaron de ser una amenaza futura para convertirse en el precio de referencia. El establishment debate con pudor cómo pedir protección estatal sin contradecir el relato de libertad económica.
“Queremos la macroeconomía estable, pero con la política sectorial de antes”, definió ante PERFIL un representante del sector autopartista. La frase resume un escenario que se repitió en las charlas de pasillo del ProPymes 2025, el evento organizado por Grupo Techint en el que reúne a todos sus proveedores de la cadena de valor local. Una industria que atraviesa un proceso de reconversión traumático, con caídas e importaciones que sustituyen procesos frente a la presencia de China, que dejó de ser una amenaza para ser una referencia de precio. Mientras las empresas que tienen contacto con el Gobierno se encolumnan detrás del pedido de Paolo Rocca, de una intervención activa del Estado ante la competencia internacional, por lo bajo afirman: nadie quiere ser señalado como el que pide algún cerrojo para la economía.
El entramado pyme está en medio de un proceso de reconversión que entre empresarios, estiman, en 2026 continuará. Por un lado, una apertura comercial rápida y un dólar que se mantiene apreciado para contener la inflación; por el otro, una carga impositiva que no cede y costos internos en dólares que se dispararon. Entre vasos de café y medialunas en el Centro de Convenciones de Buenos Aires, el optimismo financiero del Gobierno chocó de frente con un mantra entre los industriales: "Con China no hay competencia".
El precio "China" como base de referencia
“El precio de referencia hoy es el del producto chino. De ahí se negocia”, aseguró a PERFIL un fabricante de maquinarias para petroleras. Un año atrás, en el mismo evento, la noticia era que estaban ingresando galpones enteros de origen asiático. Producto terminado a gran escala. Ahora, la presencia de productos e insumos de ese país es una realidad instalada.
La dinámica entre las grandes firmas y las pymes que les proveen insumos es que la empresa mediana o pequeña debe competir con el "precio China" o también con importaciones de otros países, pero produciendo con el costo argentino. Sin crédito accesible para financiar la tecnología que les exigen para ser competitivos, y con facturas de luz y tasas municipales, la adaptación se dificulta.
“La cadena de valor también tiene que empezar a mejorar en tecnología para ser más competitiva”, dijo a este medio un importante referente del sector siderúrgico. Las pymes que no se adaptan son reemplazadas en el proceso productivo por una importación.
El pudor del círculo rojo y la voz de Rocca
En el escenario, Rocca y los distintos directivos de la T que se pararon frente a 1.180 proveedores celebraron la estabilización de macroeconomía y apuntaron a la oportunidad que tiene Argentina para insertarse en el mundo con commodities en expansión. La cuestión de China fue central y, en los pasillos del evento, ejecutivos de grandes firmas coincidieron con el gigante del acero. Pero no existe un consenso respecto a qué herramienta debería aplicar el Estado para mejorar las condiciones frente a la potencia asiática. “China juega otro partido, pero no le vamos a pedir al Estado subsidio. Hay que ser estratégicos con qué medidas se toman, porque nosotros también le vendemos productos”, planteó el CEO de un importante think tank empresario.
El dueño de Techint planteó que Argentina debería alinearse al plan de acción de Estados Unidos. "El año pasado dije que había que nivelar la cancha. Hoy, como demostró Trump, hay que contrarrestar fuertemente a China", disparó el empresario. Rocca habló de "actitud predatoria" y de "comercio desleal", blanqueando que la competencia no es entre privados, sino contra el Estado chino.

Por Eugenia Muzio-Perfil

