Tres fiscales investigaron y consideran que falleció por sobredosis y de manera accidental. No hay imputados. Hubo más de 95 mil intentos de abrir su iPad
La Justicia tiene una convicción que, a esta altura, parece inquebrantable: Natacha Jaitt murió por sobredosis de cocaína, una muerte accidental, no un asesinato. No parece ser una conclusión antojadiza si se revisa el expediente. Hay varias pruebas que llevaron a los tres fiscales que investigaron el hecho a pensar de esta manera. La más importante es la junta médica en la que participaron 18 especialistas y donde se analizó minuciosamente la autopsia. Todos los médicos coincidieron en que el deteriorado cuerpo de Natacha no soportó la droga que ingirió, sin que nadie la instigue, la madrugada del 23 de febrero de 2019, hace exactamente cuatro años.
Infobae accedió al expediente completo de una causa que no tiene imputados y en la que los fiscales agotaron todas las medidas y no se encontró ningún crimen.
Entonces, ¿por qué todavía no se cierra?
Primero los hechos. Aquella noche, Jaitt asistió junto a un amigo, el productor Raúl de Jesús Velaztiqui Duarte, al salón de eventos Xanadú, ubicado dentro del partido de Tigre. El salón era propiedad del empresario Guillermo Gonzalo Rigoni, que estaba presente esa noche junto a dos de sus amigos, el empresario Gaspar Esteban Fonolla y el electricista Gustavo Andrés “Voltio” Bartolín. También era parte de esa reunión una joven de la zona llamada Luana.
En los testimonios posteriores, casi todos coincidieron en que se trataba de un encuentro laboral y que habían tomado alcohol hasta las primeras horas del día siguiente. Varios contaron que, además, se consumió cocaína.
El complejo en el que murio Natacha Jaitt
Según el expediente, a la 1:49 del 23 de febrero llegó al 911 un llamado proveniente del complejo de eventos avisando que en el interior había una persona “desvanecida”. Aclararon que estaba sobre la cama de una de las habitaciones. Cuando los efectivos llegaron al lugar se encontraron con Natacha desnuda y, para ese momento, ya sin vida.
Para investigar la causa, se conformó un equipo integrado por el fiscal adjunto Cosme Iribarren y los doctores Diego Callegari y Sebastián Fitipaldi. Rápidamente, se tomó testimonios de los presentes y el secuestro de las cámaras de seguridad. Ambos puntos fueron cruciales para el desarrollo posterior del expediente.
Las cámaras de seguridad mostraron varias secuencias como la llegada de la modelo al lugar, acompañada de Velaztiqui, lo que pasó en el interior y los momentos de desesperación una vez que los presentes encontraron a Natacha muerta.
Además, grabaron otra secuencia fundamental. Una de las cámaras apuntaba directamente al ventanal de la habitación en la que Natacha había subido para descansar. Como esa noche era tormentosa, y había relámpagos permanentemente que iluminaban fugazmente el lugar, se reflejaba lo que pasaba en el interior de ese ambiente. Por respeto a la memoria de la modelo, no se contará en esta nota el contenido de ese grabación, pero para los investigadores resulta una evidencia muy importante.
Natacha junto a su hermano Ulises (@ulisesjaitt)
Esas imágenes, también, sirvieron para detener a una persona. Raúl Velaztiqui, el amigo de la víctima, mintió en su declaración testimonial de esa noche. El hombre había dicho, bajo juramento, que el celular de Natacha estaba en el auto en el que los dos habían llegado al lugar. Sin embargo, en las imágenes de las cámaras se vio claramente que tomó el teléfono de la mesita de luz de la habitación en la que murió Jaitt y lo escondió en el vehículo luego de la muerte.
La detención duró apenas algunos días. Los investigadores creen que la mentira tuvo que ver simplemente con una torpeza. Por ese hecho, Velaztiqui firmó un juicio abreviado, aunque luego fue absuelto por una instancia superior debido a una nulidad en su testimonio inicial.
La investigación del hecho fue sumamente exhaustiva. Se tomaron declaraciones a decenas de personas, se levantaron rastros y se analizaron todas las cámaras de seguridad. Pero, fundamentalmente, se realizó la autopsia y eso, luego, fue analizado por una junta médica de la que participaron 18 médicos.
Parte de los resultados de la junta médica
En las fojas 536/540 del expediente “IPP 14-08-00378-19/00″ se puede leer esta frase: “Resulta verosímil, concluir que la muerte de Jaitt Natacha fue producto de un síndrome general asfíctico por edema agudo de pulmonar consecuencia de consumo de cocaína reciente”.
Además, agregan los médicos: “Natacha Jaitt presentó cocaína y/o metabolitos de la misma en fosas nasales, orina, sangre, contenido gástrico y pool de vísceras, lo que hace que resulte muy poco verosímil que el estupefaciente en cuestión haya sido colocado a la víctima durante un período de inconsciencia estando aún con vida o sin ella, ya que parte de la misma, se encontraba en repliegue de cornetes nasales y coanas nasales, lo que resulta indicativo que fue inhalada o esnifada por la propia víctima”.
El estudio está firmado por el jefe de la Dirección de Medicina Legal de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, el doctor Carlos Mauricio Casinelli, y los jefes de los cuerpos médicos de las jurisdicciones de San Isidro, San Martín, Campana y La Plata.
Este documento no deja dudas a los investigadores. No se encontró ningún rasgo de criminalidad en la muerte de Natacha Jaitt. Igualmente se siguió, y se sigue, investigando.
Guillermo Francisco Ruiz, el hombre detenido por vender la droga que consumió Natacha
Durante el transcurso de estos cuatro años, los investigadores investigaron todo lo que pudo tener relación con la muerte. Por ejemplo, se preguntaron, ¿Cómo llegó la droga a ese lugar? ¿Quién la proveyó? Encontraron respuestas y actuaron.
El 5 de abril de ese 2019 se detuvo a Guillermo Francisco Ruiz, alias “Pupi”, de 37 años de edad. El fue el encargado de vender la droga que tomó esa noche Natacha. Algunos meses después, el detenido firmó un juicio abreviado por 4 años y seis meses y aún permanece detenido por el delito de venta de estupefacientes.
Además, se formó otra causa en donde se investigó si en Xanadú se facilitaba la prostitución. Esa causa fue archivada por inexistencia de delito.
Uno de los pedidos del particular damnificado, encabezado por Ulises, hermano de Natacha, tuvo que ver con la apertura de dos dispositivos electrónicos que esa noche tenía encima la modelo. Lo primero a lo que se tuvo acceso fue al celular. “El aparato se abrió y no se encontró nada relevante”, explica un investigador. Luego se avanzó con respecto a un iPad. Allí las cosas se tornaron algo más complicadas.
Sobre la mesa, el Ipad que la justicia aún intenta desbloquear
Cómo la familia no logró aportar la clave de apertura del dispositivo y Apple no brinda esa información por más que lo requiera la Justicia, los fiscales le solicitaron a la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería Nacional que mediante el software llamado “UFED PREMIUM” intente desbloquearlo. Por el momento, parece casi imposible.
En un documento enviado a la fiscalía el 19 de agosto del año pasado, los especialistas enviaron una actualización del trabajo: “Al día de la fecha, el equipo electrónico tipo IPAD modelo “A1670″, registra un total de VEIUNTIÚN MIL TRESCIENTOS TREINTA Y CUATRO (21.334) horas de procesamiento, contabilizando NOVENTA Y SEIS MIL QUINIENTOS SESENTA Y CINCO (96565) intentos de desbloqueo, sin haberse obtenido resultados positivos”. A los 99 mil intentos, la pericia terminará sea cual sea el resultado.
Por este motivo, el próximo 7 de marzo, el fiscal Cosme Iribarren citó a declaración testimonial al jefe de los peritos de Gendarmería para que explique cuál es la situación y si vale la pena seguir intentando. En caso de que la respuesta sea negativa, se tomará una decisión. Muy probablemente, el archivo definitivo de la causa.
Por su parte, Ulises Jaitt, publicó un posteo hablando, entre otras cosas, del tema iPad: “La tablet que no desbloquean hace 4 años, no hubo nunca un antecedente en la historia penal que se tarde tanto”. Además, aseguró: “no me permitieron tener una copia de la totalidad de la causa para un análisis profundo”. Los investigadores, por su parte, aseguran que esa copia si se brindó.
Por Martín Candalaft-Infobae