Una propuesta de última hora de General Motors (GM) llevó al sindicato United Auto Workers (UAW) a no extender el paro con más empleados en otras sedes de los grandes fabricantes de automóviles. La empresa le propuso a los trabajadores ser incluidos en la fabricación de baterías eléctricas, una solicitud importante para los empleados que habían estado pidiendo “desde hace varios meses”.
Es la primera vez en tres semanas que la huelga no se ampliará, una decisión que se tomó solo 30 minutos antes de la transmisión semanal del presidente del sindicato, en la que habitualmente se han estado anunciando más puntos de paro y un número mayor de empleados que se suman a los piquetes.
Lo que hizo cambiar el panorama este viernes 6 de octubre fue el acuerdo al que los trabajadores pudieron llegar con General Motors, en el que, sin conocerse muchos detalles del documento escrito, se le prometió al sindicato ser incluido en la planta de baterías de vehículos eléctricos bajo el “acuerdo maestro”, lo que le da garantía a los empleados a no ser excluidos del gran plan de Estados Unidos de pasar de vehículos operados por combustibles al uso de automóviles eléctricos.
La semana pasada fue Stellantis quien evitó que la huelga se extendiera en sus plantas debido a que avanzó en el ajuste de costo de vida, seguridad laboral y los términos para la mano de obra calificada.
Pero esta semana, la decisión de no ampliar la huelga abarca a las tres empresas de Detroit, aunque Ford y Stellantis no han ofrecido propuestas sobre el panorama de las baterías.
Aunque la huelga no crece, continúa en cinco plantas de ensamblaje repartidas entre las tres empresas, así como en una red de centros de distribución de repuestos.
Fain: “esta amenaza nos dio una victoria transformadora”
De no haberse puesto de acuerdo, ya se conocía cuál sería el siguiente nivel de la huelga: parar las operaciones de la línea de ensamble de GM en Arlington, Texas, lugar donde se fabrica el Chevrolet Tahoe y el Suburban, el GMC Yukon y el Cadillac Escalade. Fain describió la planta de Arlington como “la mayor fuente de ingresos de GM”.
“La compañía sabía que sus empleados estaban listos para salir de ahí a las calles, y precisamente esa amenaza nos dio una victoria transformadora. General Motors ha acordado ahora por escrito incluir su fabricación de baterías eléctricas en nuestro acuerdo marco nacional. Durante meses nos han dicho que esto es imposible y ahora lo hemos conseguido”, dijo Fain en la transmisión.
Según Shawn Fain, el presidente del UAW, “fue la amenaza lo que trajo a GM a la mesa”, una idea que defendió en su discurso mientras portaba una camiseta que decía “Eat the rich” (cómete a los ricos, en español).
“Estamos ganando, estamos progresando y vamos en la dirección correcta, y lo que nos ha dado resultados es nuestra voluntad de actuar, de ser flexibles, de ser agresivos cuando sea necesario y ser estratégicos”, añadió.
La polémica por las baterías eléctricas
Los 126.000 empleados adscritos al sindicato han exigido condiciones claras y una “transición justa” en la fabricación de baterías eléctricas. Argumentan que el plan de las grandes empresas es reducir la fuerza laboral en las plantas de motores y reemplazar, en el futuro, estas fábricas por plantas operadas por compañías asiáticas con salarios más bajos.
GM, con su planta de baterías en Ohio, es el único fabricante de automóviles de Detroit con una planta de baterías de empresa conjunta en funcionamiento y sindicalizada en Estados Unidos.
Sin embargo, el gigante de automóviles prevé crear otras dos plantas de celdas de baterías en Estados Unidos en una alianza con LG Energy Solution y Samsung SDI.
De hecho, actualmente, los operadores de la única planta de baterías de vehículos eléctricos de GM, no forman parte del acuerdo laboral nacional del sindicato y se les paga aproximadamente un tercio menos de lo que reciben los miembros adscritos al acuerdo.
“Estamos haciendo progresos significativos. En solo tres semanas estamos llevando a estas empresas más lejos de lo que nadie creía posible. Nuestra huelga está funcionando. Pero aún no hemos llegado a ese punto”, dijo Fain sobre este asunto.
El costo de la huelga
Lejos de llegar a avances significativos, la huelga que comenzó el 15 de septiembre en solo tres estados ya se ha extendido a más de 20, superando los 25.000 empleados en paro.
A principios de esta semana, General Motors aseguró haber perdido más de 200 millones de dólares en las primeras dos semanas de la huelga y el pasado viernes Ford anunció que despediría a 495 empleados de su planta de motores de Cleveland, la planta de motores de Lima y su planta de ejes Sterling.
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Las exigencias del sindicato y las propuestas de los directivos todavía están lejos del punto medio. Mientras los trabajadores han pedido un aumento salarial de 36% en cuatro años, en su más reciente oferta Ford propuso 23% en cuatro años, y las otras dos empresas aumentos del 20%; sin embargo, todos estos son más del doble de su oferta inicial del 9%.
Por Juan Pablo Lucumí-France24 con AP y Reuters