“A diferencia de Juntos por el Cambio, la Renovación defiende a los productores yerbateros”, contestó el ministro de Hacienda de Misiones
Días atrás, el primer candidato a diputado provincial por Juntos por el Cambio, Pedro Puerta, se manifestó en contra de la actualización de la Tasa de Inspección y Fiscalización que deben pagar los molinos por la yerba envasada, un tributo que con los nuevos valores representa el 1% del precio del producto, cuando por ley podría ser de hasta el 5%. Textualmente afirmó: “La ecuación es clara: si suben los impuestos, sube el precio, se vende menos y esto afecta a toda la familia yerbatera y a cada uno de los eslabones de la producción que trabajan en armonía desde hace muchísimos años”.
Este tipo de argumentos, que sostienen que la presión impositiva es inversamente proporcional al nivel de actividad económica o que las economías desreguladas y con menor carga impositiva crecen más, no resiste ningún tipo de comprobación empírica. Se trata de una idea que sobrevive en el debate incluso después de la aventura macrista entre 2015 y 2019, e incluso tras el fracaso estrepitoso de la experiencia neoliberal en la región, en donde se ven a menudo países que crecen a costa de altísimos índices de pobreza.
En la década del noventa, en Misiones, para citar una muestra de las consecuencias desastrosas de este tipo de políticas económicas conlleva, con la desregulación del mercado de la yerba mate a través de la disolución de la CRYM en el año 1991, el sector entró en una profunda crisis que derivó en la creación del INYM en 2002.
Por aquellos años, entre 1991 y 2001, desregulación mediante, la sobreoferta de hoja verde provocó una gran caída en el precio de la materia prima: la hoja verde cayó de u$s 0.21 (hoy cerca de $90) a u$s 0.07 (hoy $35); algo que contrasta rotundamente con los $107 actuales que gestionó y defendió el Gobernador y toda la Renovación.
Durante los noventa, los pequeños productores, tareferos y otros sectores ligados a la producción, ante la falta de rentabilidad se vieron expulsados de sus propias chacras y pueblos, alterando sustancialmente la composición demográfica de Misiones. En diez años, entre 1991 y 2001, la participación porcentual de Posadas y el Departamento Capital sobre la población total de Misiones aumentó de 27,72% a 29,44%. Los trabajadores yerbateros de la provincia, ante la falta de oportunidades en sus ciudades y pueblos de pertenencia, se vieron obligados a emigrar hacia la ciudad buscando perspectivas de crecimiento.
A pesar de esta crisis generada en la década del 90, durante el Gobierno de Macri, en 2018, se intentó que Misiones desregule nuevamente el mercado yerbatero. Mientras la Renovación defiende a los productores y a los tareferos, que son el eslabón más débil de la cadena productiva, jamás hubo un laudo del gobierno de Juntos por el Cambio en defensa de un precio justo para el productor.
Sobran ejemplos, actuales y pasados, de la región y del mundo, en donde ciertas economías cuentan con altos niveles de recaudación impositiva y crecen ampliando derechos; mientras que otras economías, con poca presión impositiva, son recesivas y no logran dinamizar la iniciativa privada. No es necesario ir muy lejos para poder comparar ambos modelos, basta con analizar el caso de Misiones y su contraste con Corrientes, que es el modelo de provincia que Juntos x el Cambio quiere implantar en Misiones y en el país.
La política fiscal misionera, que tantas críticas recibe, analizando el desempeño económico de la provincia en comparación con Corrientes, no sería justamente un obstáculo para el desarrollo, sino que al contrario constituye una de las herramientas que componen un modelo provincialista que garantiza el contexto apropiado para el despliegue de las iniciativas privadas.
Además hay que remarcar que esta impronta también es una respuesta estratégica, articulada de manera coherente, para compensar la injusta asignación de fondos coparticipables que recibe Misiones por parte del Gobierno nacional, mecanismo de reparto que no refleja ni se corresponde con el nivel de actividad económica de Misiones y su crecimiento demográfico durante los últimos años.
El modelo de gestión provincial inaugurado por Carlos Rovira y el Frente Renovador de la Concordia a partir de 2002 ofrece resultados concretos en cuanto a crecimiento económico, desarrollo tecnológico y ampliación de derechos, una fórmula que, comparada con el modelo correntino, verdaderamente fortalece y promueve la actividad privada, siendo el Estado provincial un articulador que propicia un escenario productivo. Quienes defienden el modelo correntino omiten estos datos y continúan predicando sus viejas recetas recesivas.
El modelo provincialista misionero, con una identidad propia forjada en la racionalidad y una visión estratégica que supera virtuosamente cualquier tipo de grieta, puede mostrar resultados concretos de un crecimiento que se traducen en más y mejores oportunidades de desarrollo, ampliación constante de derechos en cuanto salud, justicia y educación; y también la incubación de un proyecto innovador que se adapta constantemente a una visión de futuro.
El próximo 7 de mayo, cuando los misioneros vayamos nuevamente a las urnas a respaldar con nuestro voto un modelo de gestión provincial, tenemos que recordar con mucha humildad y justicia todos los logros y metas cumplidas y lo que significa que hoy seamos la provincia que más crece en el NEA y una de las que más crece a nivel nacional.