El Presidente publicó un tuit donde propone establecer reglas para definir candidaturas. El kirchnerismo pide definir las políticas que se aplicarán para recuperar votantes.
Ya se oficializó: el Presidente convocará a la tan esperada –y reclamada– mesa política del Frente de Todos de cara a las elecciones de este año. La reunión se hará en el marco del PJ y tendrá el objetivo de “establecer las reglas de competencia que sostengan la unidad que nos lleve a la victoria”. Según supo Página/12, la cita sería el próximo fin de semana en Chapadmalal. Allí irán los referentes de las tres patas más importantes del Frente de Todos: Alberto Fernández, Sergio Massa y, por supuesto, estará representado el kirchnerismo, aún no se sabe si por su máxima referenta, Cristina Fernández de Kirchner. También habrá representantes de los gobernadores y de los intendentes –que deberán ser elegidos al interior de cada uno de esos espacios–. En un segundo momento, se ampliará la convocatoria a movimientos sociales, sindicatos y otros espacios que forman parte de la coalición.
Desde el kirchnerismo celebraron la iniciativa del mandatario, mientras evalúan cuál será la estrategia que propondrá Fernández. En general les pareció bien que, después de varios días de especulaciones, haya sido el propio Presidente el que oficializara la convocatoria. Sin embargo, ya se empiezan a vislumbrar las primeras diferencias. Mientras el mandatario dice que el espacio será conformado para diseñar las reglas electorales, y desde su entorno aclaran que convocó desde el PJ para discutir “solo las reglas y no la gestión ni las candidaturas”, desde el kirchnerismo responden que, además de la estrategia electoral y las candidaturas, será necesario discutir allí las políticas que se desarrollarán para conquistar a la mayoría electoral “que nos acompañó siempre y no nos acompañó en la última elección”.
Cada vez que los colaboradores de Fernández eran consultados por la demora en la conformación de la mesa política, solían afirmar que no estaban dispuestos a generar un espacio para auditar la gestión. De hecho, en su comunicado, el mandatario dijo que el objetivo de la reunión será simplemente “diseñar las reglas”.
En el kirchnerismo consideran que no hay estrategia electoral posible sin una estrategia de política de desarrollo cuando se es oficialismo y aclararon que querer discutir esas cuestiones no se trata bajo ningún concepto de una “auditoría del gobierno”, del que son parte. “Queremos una política expansiva, de desarrollo que vuelva a enamorar”, dicen. En esa línea, consideran que el objetivo de este año será lograr acciones concretas que mejoren la situación del bolsillo de los trabajadores y que eso pueda ser replicado desde la persona más importante del espacio hasta el último militante. La gente –afirman– “no votará al peronismo si no logran resolver la cuestión salarial”.
En el mundo K citan, como ejemplo de un buen funcionamiento de la coalición, el trabajo del ministro de Economía, Sergio Massa, y la política de Precios Justos que lleva adelante desde su cartera. Ese trabajo, aclaran, fue articulado con los distintos sectores y en conjunto entre todas las patas de la coalición. Por eso en la presentación de la segunda etapa del programa, que se hizo en el CCK, estuvieron presentes representantes de todos los sectores del oficialismo. “La palabra auditoría es otra cosa. Acá estamos pensando en el futuro“, aclararon. Para el FdT será clave que en esa mesa se pueda trazar una estrategia que defina un rumbo claro de cara a los meses que vienen.
El Presidente estuvo trabajando en la convocatoria durante todo el fin de semana en la Quinta de Olivos. El sábado a la noche, hasta última hora, intercambió mensajes con el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, y con la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, para ultimar los detalles del texto que finalmente se publicó el domingo a la mañana. Olmos venía teniendo reuniones sobre este tema con el ministro del Interior, Eduardo de Pedro —que a su vez ponía al tanto de todo a CFK– y con Massa. Todos los sectores estuvieron previamente avisados de que se haría el anuncio.
Cerca de Massa destacaron que el ministro está enfocado en la economía y que todos dentro del espacio valoran que él venga ordenando y estabilizando esa área porque eso será central para las elecciones. “La coalición ahora esta competitiva”, se vanaglorian en su entorno y consideran que esta mesa política servirá como un lugar donde los principales referentes de la coalición puedan trabajar para hacer competitivo al espacio.
Los gobernadores serán otros actores clave en este proceso. El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, indicó a este diario que la iniciativa de Fernández “es alentada por la Liga de gobernadores porque es necesario un espacio para establecer una estrategia política”. Para él es necesario que haya elecciones primarias, cree que fortalecerán el espacio. “Una PASO competitiva constituye un espaldarazo para las generales y es necesario hacer el esfuerzo de ganar en primera vuelta”, subrayó el chaqueño y dijo que “es necesario un plan de gobierno para fortalecer al FdT, equipos para ejecutarlo y liderazgo para conducirlo“.
En la CGT se mostraron más esquivos. “Esperamos que se concrete”, decían a Página/12 algunos miembros de la mesa chica desconfiados luego del anuncio del Presidente y aclaraban que para ellos “aún hay muchos desacoples que no se arreglan con una foto”. Por otro lado, explicaron que, de concretarse, seguramente la CGT estaría sentada en la mesa y sería para discutir, además de una estrategia electoral, ideas sobre las problemáticas que atraviesa el país.
Hugo Yasky, diputado nacional y secretario general de la CTA de los trabajadores, opinó que la mesa política, en un primer momento, debe estar conformada por un núcleo reducido para, en un segundo momento, abrir círculos concéntricos. Para el sindicalista la mesa puede correr dos peligros: que se convierta en una asamblea y se pierda el sentido que tiene que tener, o que una sobredosis de mesa política se convierta en una forma de hacer que la mesa política no exista. Yasky considera que deberían participar de ese espacio, además del presidente, la vice y Massa, el gobernador Axel Kicillof, Juan Manzur, como vicepresidente del PJ, y gobernadores que representen a cada región del país y que esa mesa ordene los pasos siguientes para convocar al resto de los actores.
En línea con el kirchnerismo, Yasky expresó a Página/12 que la idea es que en esa mesa también se puedan discutir políticas sin necesidad de “auditar la gestión”. “No hay nada que se haga estando en el gobierno de acá hasta la elección que no incida en el resultado de manera directa”, dijo y añadió que eso tiene que estar sobre la mesa, con el fuerte compromiso de todos los actores de que lo que se discute allí quedará puertas adentro.
Otros que serán llamados en una segunda instancia son los movimientos sociales. Gildo Onorato de Movimiento Evita celebró la convocatoria. Para ese sector es necesario tener mecanismos para trabajar los consensos y los matices. Creen que son necesarias las PASO para tener mayor representación. “Necesitamos tener un programa de gobierno para ser claros ante la sociedad y expresar a dónde queremos ir”, explicó a este diario.
Juan Grabois, dirigente del Patria Grande, aseguró que desde la economía popular tienen una posición clara: tiene que haber PASO en las presidenciales para que se exprese la diversidad del FdT. “Hay una subrepresentación de los sectores populares en la vida política argentina”, opinó y reforzó que él está dispuesto a ser candidato en la medida que no aparezca alguien de su generación que represente el programa político de su espacio.
En el hilo de tuits que Fernández compartió en la mañana de domingo, subrayó que no quiere que la Argentina vuelva a un pasado “de persecución de opositores, de endeudamiento, de fuga de sus capitales, de caída de los salarios y de desindustrialización como el que padecimos durante el Gobierno de Juntos por el Cambio”. Habrá que esperar para ver si la coalición oficialista logra ese objetivo. Este intentará ser el primer paso.
Por Melisa Molina- Página/12