El subsecretario de Políticas Universitarias militó en el PJ y en el gremio de profesores de la UBA. Prédica antiaborto, Milei diputado y motosierra.
En su primera paritaria, el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez -docente y hasta 2018 militante de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (Aduba)-, ofreció un 16% de aumento a sus colegas de las universidades y negó la existencia del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), que completa el salario en los colegios preuniversitarios.
La propuesta fue rechazada por la totalidad de los representantes gremiales de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), la Asociación Gremial de Docentes de la Universidad Tecnológica Nacional (Fagdut), la Unión Docentes Argentinos (UDA), la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) y la Conadu histórica en representación de quienes ejercen la docencia; y de la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (Fatun) por el personal no docente, quienes, al finalizar la reunión realizada en el Palacio Pizzurno, firmaron una declaración conjunta como Frente de Sindicatos de Universidades Nacionales.
Comunicado del frente gremial de las universidades nacionales.
Universidades al rojo vivo
Álvarez fue el encargado de plantear un 16% de actualización, con un 10% que correspondía a lo acordado en la paritaria anterior. Por eso, la novedad es el 6% ofrecido en un contexto con inflación acumulada de 51,3% desde diciembre.
Además, se trata de un sector cuyo poder adquisitivo del salario actual es casi un 50% inferior al de noviembre de 2015, según un estudio sobre evolución salarial, inflación y paritaria del Laboratorio del Salario de la Docencia Universitaria (LSDU). El mismo informe marca que este sector necesitaría un incremento del 69% en marzo para mantener el nivel de compra de noviembre de 2023.
Ante este escenario, el frente conformado en las últimas horas se volvió a reunir y difundió un nuevo comunicado en el que instó a la Secretaría de Educación, a cargo de Carlos Torrendell, dependiente del Ministerio de Capital Humano, comandado por Sandra Pettovello, a presentar una propuesta superadora. Anunció que volverá a reunirse el 4 de marzo y mientras tanto se declaró en estado de alerta y movilización para “avanzar en la más amplia unidad con toda la comunidad de las universidades nacionales”.
La Secretaría de Educación no puede dar precisiones sobre la fecha en la que volvería a convocar a los sindicatos y Álvarez no da declaraciones desde que fue designado en diciembre y oficializado en el cargo el 6 de febrero.
Alejandro Álvarez, fuera de foco atrás de su jefe, Carlos Torrendell. El subsecretario no habla.
Excompañero Alejandro Álvarez: de la UES a la prédica antiaborto
Álvarez tiene pedigrí y CV peronista.
Primero que nada, es hijo de Alejando “El Gallego” Álvarez, fundador de Guardia de Hierro, la organización peronista nacida en los 60.
En su tiempo de estudiante, militó en una agrupación llamada “Felipe Vallese” -homenaje al mítico delegado metalúrgico secuestrado y desaparecido por el gobierno de José María Guido en 1962, durante la proscripción peronista-, que luego se transformó en una nueva versión de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), mucho más light -es buena aliada del radicalismo universitario- que la también mítica agrupación juvenil que luchó por el boleto estudiantil en los 70.
El subsecretario estuvo afiliado y fue parte de la comisión directiva de Aduba hasta 2018, cuando su postura contraria al proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), debatido pero no aprobado ese año en el Congreso, lo llevó a desafiliarse del sindicato y comenzar un acercamiento a los espacios libertarios.
Esa es la explicación que presenta en su rol como funcionario sobre su ruptura con la identidad peronista y su acercamiento a La Libertad Avanza. Trabajó en el Senado como asesor de Guillermo Snopek, jujeño enfrentado últimamente a Cristina Fernández Kirchner, y desde el Congreso se fue acercando al entonces diputado Javier Milei. Ese tiempo de trabajo parlamentario lo llevó a ser designado subsecretario de Políticas Universitarias.
Por Emilia Racciatti-LP