La transición energética es uno de los mayores desafíos para la política y la sociedad en Alemania. El país tiene el propósito de obtener el 80 % de su energía a partir del viento, el agua, el sol y la biomasa en tan solo unos años. ¿Lo logrará?
Alemania está decidida a cambiar: quiere dejar atrás las plantas de carbón, gas y energía nuclear para pasar por completo a las energías renovables. ¿Existe el riesgo de un enorme apagón? Poco a poco se revelan dónde radican los problemas de la transición energética; por ejemplo, en la seguridad de la red. Y es que es más fácil garantizar el servicio con una red eléctrica formada por unas cuantas grandes centrales que con una red descentralizada con muchos pequeños generadores de energía, como placas solares o turbinas eólicas. “Ahora es habitual realizar varias intervenciones diarias para garantizar la seguridad de la red”, dice el portavoz de una gran compañía proveedora. Si no se puede garantizar, el riesgo de un apagón generalizado es real. Otro problema es que, dado que el sol y el viento no son constantes, podría haber escasez de electricidad en ciertos momentos del día y del año. En esos casos existe incluso el riesgo de que los cortes de energía no puedan controlarse. Una posible solución es almacenar energía. Hay una gran cantidad de ideas de almacenamiento seguro para cubrir esos momentos de escasez de electricidad: centrales de bombeo, almacenamiento de hidrógeno, baterías gigantes. El problema es que todas estas tecnologías solo existen a pequeña escala, si es que existen: “Hoy en Alemania tenemos una capacidad de almacenamiento de 40 gigavatios/hora. Con esos 40 gigavatios/hora se podría abastecer a Alemania entre 30 y 60 minutos”. ¿Y si no hubiera viento ni sol? ¿Hay un plan político para dotar a Alemania de almacenamiento suficiente para evitar un posible apagón? Este documental aborda estas cuestiones.