México está a las puertas de unas elecciones presidenciales de las que podría surgir la primera presidenta de su historia. ¿Qué papel han tenido y tienen las mujeres en el poder en América Latina? Un panorama.
Para un país históricamente liderado por hombres, como México, las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio podrían marcar el inicio de una nueva era. Las candidatas Claudia Sheinbaum, del partido gobernante de izquierda Morena y alcaldesa de Ciudad de México, y Xóchitl Gálvez, de la coalición opositora de centroderecha Fuerza y Corazón por México, se disputan el poder. Según sondeos, es altamente probable que México elija a Claudia Sheinbaum como su primera presidenta este 2024.
En la historia reciente de Latinoamérica, hasta la fecha, solo 16 mujeres han sido jefas de Estado /o Gobierno. La nicaragüense Violeta Chamorro fue la primera presidenta electa de América Latina. Cristina Fernández de Kirchner en Argentina (dos mandatos consecutivos entre 2007 y 2015) y Michelle Bachelet en Chile (2006-2010 y 2014-2018) , son las que más años han estado al mando de sus países.
A nivel global, al 1 de enero de 2023 solo había jefas de Estado y/o de Gobierno en 31 países del mundo, según ONU Mujeres. Las mujeres son minoría como mandatarias y están subrepresentadas en los ministerios. Suponen el 26,5 por ciento de los escaños parlamentarios, un dato importante, ya que si las mujeres ocupan bancadas de forma equitativa, eso impulsa la toma de decisiones igualitaria en el sistema democrático.
La igualdad de género en el gabinete solo existe en 13 países del mundo, la mayoría europeos. Con un 63,6 por ciento de mujeres en el consejo de ministros, España ocupa el tercer lugar, luego de Albania y Finlandia. En América Latina y el Caribe, hay un 30,1 por ciento de mujeres en gabinetes.
La historia de la participación de las mujeres latinoamericanas en la política reciente se extiende más de 30 años. “Desde la década de los 90, las mujeres ya incursionan con más fuerza como representantes electas en casi todo el continente”, dice a DW Daniela Osorio Michel, politóloga e investigadora del Instituto GIGA, de Hamburgo. Ese avance se debe también a las cuotas de género, agrega. “Latinoamérica es la región donde comienza el bum de las legislaciones especiales para incrementar la presencia de las mujeres en puestos representativos”.
Y continúa: “En México, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina las cuotas aseguran una mayor paridad y alternancia en cargos de poder, y Chile, Argentina y Brasil son los que tienen una historia más larga de mujeres en puestos ejecutivos. Ahora estamos ante la posibilidad de ver a la primera presidenta electa en México”, subraya la experta boliviana en género y política.
Nueve gobernadoras en México
“En México hemos avanzado mucho en Congresos. Todos son paritarios o hay una sobrerrepresentación de mujeres”, explica, desde Ciudad de México Adriana del Rosario Báez Carlos, cientista política de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en entrevista con DW. Pero solo el 30 por ciento de presidencias municipales de los ayuntamientos están encabezadas por mujeres, es decir, hay aún un déficit del 20 por ciento a nivel municipal, aclara.
“En cuanto a las gubernaturas, la paridad se amplió en 2019 a todos los cargos públicos, pero, por tratarse de una federación, aún no se logra una legislación al respecto en todas las entidades federativas. Sin embargo, actualmente hay nueve mujeres gobernadoras en México. Claudia Sheinbaum, quien era la décima gobernadora en 2023, dejó el cargo para postularse a la Presidencia de la República”, indica Báez Carlos.
¿Un México menos machista con Sheinbaum o Gálvez?
¿Qué podría cambiar en México en lo que respecta a equidad de género si ganase Sheinbaum o Gálvez? “Hay una visión no demasiado optimista, porque se cree que las mujeres que llegan a estos cargos no siempre defienden la agenda de género”, dice Báez Carlos. “En lo cargos se cruzan intereses partidistas, y, lamentablemente, los liderazgos de los partidos políticos en México siguen siendo masculinos. Lo que pasa en México es que las mujeres están en los puestos, pero no tienen el poder político”. Aunque en la agenda de género se ha avanzado mucho en las decisiones públicas, la agenda general del país está al mando de los líderes partidarios, señala.
En América Latina, las presidencias ejercidas por mujeres han tenido y tienen matices distintos. Algunas han estado predominantemente marcadas por la lucha por los derechos de género. Para Daniela Osorio Michel, el hecho de que haya mujeres que ocupen puestos de poder no significa necesariamente que todas quieran llevar adelante una agenda de género: “Eso depende de los partidos de los que provengan”, apunta.
Luego de gobiernos como el de Fernández de Kirchner en Argentina, Bachelet en Chile, o Roussef en Brasil, se ha producido un giro hacia una derecha masculinizada en Argentina y Brasil, con Jair Bolsonaro y Javier Milei, incluso a una derecha extrema, indica Osorio Michel: “Es como si hubiera un descontento hacia la política ejercida por una mujer”. El resultado de ese viraje hacia la derecha también afecta el desarrollo de una sociedad más igualitaria, pues conduce a una menor presencia de mujeres en puestos de decisión.
El caso de Angela Merkel en Alemania
Angela Merkel, que gobernó Alemania durante 16 años, “llegó al poder no por ser mujer, sino a pesar de serlo. Nunca se encasilló en cuestiones de género”, dice a DW Diana Luna, asesora para América Latina de la Fundación Friedrich Naumann, cercana al partido liberal alemán. “Su mayor logro fue visibilizar y normalizar el poder político de las mujeres. Su gestión se caracterizó por decisiones estratégicas, pragmáticas y racionales, aunque a veces emocionales”, añade.
Sin embargo, resalta Diana Luna, su Gobierno “quedó en deuda en cuanto al empoderamiento femenino en la esfera económica y política, como su postura frente a las cuotas en el sector privado”. Y señala que “hoy, es un orgullo ver que en las elecciones parlamentarias, la mayoría de los partidos importantes en Alemania, con dos excepciones, han elegido a mujeres fuertes como candidatas principales”.
Liderazgo de mujeres: “Más consenso que confrontación”
Claro que el liderazgo de una mujer puede ser tan bueno o tan malo como el de un hombre, dice Osorio Michel, “pero parecería que, al no haber muchas mujeres que sean referentes políticas, la presión que se ejerce sobre las que ocupan puestos de gobierno es mayor, porque se refuerzan los estereotipos negativos de género, como el de que las mujeres no pueden o no están lo suficientemente preparadas para hacer política”, sostiene.
En general, el ejercicio político de las mujeres “tiende más al consenso que a la confrontación”, porque tradicionalmente se enfocan en tareas de cuidado y se las educa con valores solidarios centrados en la comunidad, afirma Adriana Báez Carlos, quien, por otro lado, critica una cierta “falta de sororidad en la carrera electoral actual entre Sheinbaum y Gálvez”.
Así las cosas, el avance de las mujeres hacia puestos de poder en América Latina -y en el mundo- sigue siendo lento, pero constante. Sin embargo, la paridad de género en política todavía está lejos de ser una realidad. Un obstáculo vigente y preocupante es la violencia política ejercida contra las mujeres en la política, subraya Daniela Osorio Michel: “Hay diferentes tipos de violencia, desde las graves presiones en los partidos para que las mujeres renuncien a sus cargos, hasta los asesinatos de candidatas, por ejemplo, en México”.
Por Cristina Papaleo-DW