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Así se convirtieron las pajitas en símbolo de la crisis del plástico

Un vídeo viral de una tortuga desencadenó un movimiento mundial e inspiró a millones de personas a unirse a la lucha contra los residuos plásticos.

En 2015, el movimiento ‘sin plástico’ cobró un gran impulso a raíz de un inquietante vídeo viral de una tortuga marina angustiada con una pajita de plástico de 10 centímetros alojada en la fosa nasal. Este desgarrador momento, visto por millones de personas, provocó una protesta mundial e inspiró a millones de personas a unirse a la lucha contra los residuos plásticos. Pero, ¿cómo se convirtieron las pajitas en un símbolo de la cruzada mundial contra los plásticos de un solo uso y cuál es el futuro de esta importante campaña medioambiental?

Cómo el plástico ha cambiado el mundo

En sólo cien años, el plástico ha pasado de ser celebrado como un logro científico que cambió el mundo a ser ampliamente criticado como una importante amenaza medioambiental. Su origen se remonta a 1907, cuando se creó la baquelita, el primer plástico sintético auténtico. Este invento revolucionario inició una era completamente nueva en la ciencia de los materiales.

Su versatilidad y rentabilidad lo convirtieron en un material indispensable en innumerables industrias. La producción mundial de plástico se ha disparado desde la década de 1950, pero se ha prestado poca atención a la eliminación de este material duradero. Como consecuencia, gran parte acaba en vertederos, ríos y océanos.

Según el Centro Nacional de Oceanografía, cada año se producen más de 300 millones de toneladas de plástico. 10 millones de toneladas de este plástico llegan al océano, lo que hace que los científicos adviertan de consecuencias catastróficas para los ecosistemas y la vida marina y que los preocupados consumidores tomen nota.

Una encuesta mundial realizada en 2022 en 28 países con más de 20.000 participantes reveló un fuerte apoyo a la acción contra la contaminación por plásticos. Más del 75% de los encuestados apoyó la prohibición de los plásticos de un solo uso, mientras que el 88% respaldó un tratado internacional para abordar el problema, lo que pone de manifiesto un claro deseo de opciones más sostenibles.

Las pajitas se han convertido en uno de los principales contribuyentes a la crisis de contaminación plástica y aparecen con frecuencia en las playas.
Las pajitas se han convertido en uno de los principales contribuyentes a la crisis de contaminación plástica y aparecen con frecuencia en las playas.AP

Momentos virales y presión pública

Un momento decisivo se produjo en 2015, cuando la bióloga marina Christine Figgener subió a internet imágenes de una tortuga marina que sufría mientras le retiraban trabajosamente una pajita de plástico de 10 centímetros de su fosa nasal ensangrentada.

El plástico estaba alojado en lo más profundo del conducto nasal de la tortuga, se extendía hasta su garganta y obstruía gravemente su capacidad para respirar y oler, sentidos críticos para una tortuga cuando busca comida. Este objeto extraño probablemente perturbaba el sentido de la orientación y la migración de la tortuga e incluso podría haber mermado su capacidad para encontrar pareja.

“También podría haber tenido dificultades para comer”, dijo Figgener a la Coalición contra la Contaminación por Plásticos. “Es como intentar reír mientras regurgitas un trozo de espagueti duro y acaba atascado en tu nariz”. El carácter perturbador y gráfico del vídeo hizo que se convirtiera en viral. El original tiene ahora más de 110 millones de visualizaciones en YouTube, lo que ha impulsado un movimiento mundial sin plástico y ha sensibilizado sobre el impacto que puede tener una sola pajita de plástico.

Las campañas en las redes sociales y las organizaciones ecologistas también desempeñaron un papel fundamental en la difusión del tema. Provocaron una protesta pública generalizada y exigieron a empresas y gobiernos que tomaran medidas inmediatas. En los años siguientes, muchas empresas, países e instituciones prohibieron o redujeron su consumo de plásticos de un solo uso.

¿Por qué las pajitas? El simbolismo de un residuo pequeño pero innecesario

Las pajitas se han convertido en uno de los principales contribuyentes a la crisis de la contaminación por plásticos, apareciendo con frecuencia en las playas junto a innumerables botellas, bolsas y vasos que los voluntarios trabajan incansablemente para recoger.

Los ecologistas han destacado una estadística asombrosa: Solo los estadounidenses utilizan la asombrosa cifra de 500 millones de pajitas al día. Esta cifra reveladora, facilitada por Be Straw Free, subraya la inmensa magnitud de los residuos de consumo.

Además, las pajitas son el paradigma de la comodidad de un solo uso: a menudo se utilizan solo unos minutos antes de desecharlas. A diferencia de las botellas de plástico, que en teoría pueden reciclarse, las pajitas son demasiado pequeñas y ligeras para ser procesadas eficazmente.

Pueden colarse fácilmente en los sistemas de reciclado y acabar en los océanos, lo que puede ser fatal para la vida marina. Según WWF, una sola pajita de plástico puede tardar hasta 200 años en descomponerse, lo que hace que su impacto ambiental sea mucho más duradero que el fugaz momento en que se usó.

A diferencia de otros residuos plásticos más complejos, como las artes de pesca industriales, deshacerse de las pajitas es un cambio de comportamiento fácil para los consumidores, ya que requiere un sacrificio personal mínimo. Con un objetivo tan claro y factible, el movimiento cobró impulso rápidamente en todo el mundo.

Como respuesta, también se ha creado un mercado de pajitas sostenibles. Las pajitas reutilizables de bambú y metal se hicieron populares a medida que los consumidores cambiaban el plástico por opciones más biodegradables.

La respuesta política y empresarial

La lucha contra los plásticos de un solo uso ha ganado adeptos en todo el mundo, donde los países reconocen el daño que causan a los frágiles ecosistemas. Naciones como el Reino Unido, miembros de la Unión Europea, Tailandia, Kenia y China han introducido legislación para restringir o prohibir los plásticos de un solo uso.

En julio de 2021, todos los Estados miembros de la UE prohibieron los platos, cubiertos, pajitas, palos de globos y bastoncillos de algodón de plástico de un solo uso. Estas nuevas medidas reflejan un esfuerzo colectivo mundial para reducir los residuos plásticos y el creciente reconocimiento de que es necesaria una legislación urgente para combatir la destrucción del medio ambiente.

Las empresas también han tomado nota. Starbucks, McDonald’s y otras multinacionales empezaron rápidamente a eliminar las pajitas de plástico y a sustituirlas por otras de papel. Algunas cadenas de comida rápida también rediseñaron sus tapas para eliminar por completo las pajitas.

Aunque estos cambios supusieron un cambio en la responsabilidad de las empresas, también suscitaron debate. Los críticos argumentaron que centrarse en las pajitas desviaba la atención del problema más importante, a saber, la contaminación industrial por plásticos a gran escala. A pesar de la resistencia de las empresas, las nuevas prohibiciones sientan un precedente en la lucha contra los plásticos de un solo uso innecesarios.

Las corporaciones también tomaron nota. Starbucks, McDonald's y otras multinacionales rápidamente comenzaron a eliminar las pajitas de plástico.
Las corporaciones también tomaron nota. Starbucks, McDonald’s y otras multinacionales rápidamente comenzaron a eliminar las pajitas de plástico.The Humble Co. on Unsplash

¿Cuál es la situación actual del movimiento contra las pajitas de plástico?

El éxito de las prohibiciones de las pajitas de plástico depende de cómo se mida su impacto. Las pajitas representan solo el 0,025% de los residuos plásticos de los océanos, por lo que su eliminación por sí sola no resolverá la crisis.

Pero al centrarse en un producto tan visible y fácil de sustituir, este movimiento ha contribuido a normalizar las alternativas sin plástico. Aunque algunos críticos y grupos de consumidores han tachado el movimiento antipajitas de performativo, no se puede ignorar su influencia en la legislación.

El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una nueva orden ejecutiva para revertir el impulso federal de eliminar las pajitas de plástico. El mandatario declaró que las pajitas de papel “no funcionan” y no duran mucho. Trump también señaló que cree que “está bien” seguir usando pajitas de plástico a pesar de que se les culpa de contaminar los océanos y matar la vida marina.

Al oponerse a las iniciativas mundiales de sostenibilidad, Estados Unidos corre el riesgo de frenar el impulso a favor de la ausencia de plástico que han logrado otros países y de causar más daños medioambientales. Para los ecologistas, esto representa un preocupante paso atrás.

Un informe de la organización ecologista Pacific Environment muestra que es necesaria una reducción del 75% en el uso de plástico para 2050 a fin de cumplir el objetivo de controlar la temperatura en 1,5°C.

La lucha contra los residuos plásticos dista mucho de haber terminado. La producción mundial sigue aumentando y muchos países carecen de la infraestructura necesaria para gestionar los residuos con eficacia. Sin un cambio sistémico a nivel industrial, la contaminación por plásticos seguirá siendo una crisis durante décadas.

Por Portia Jones-Euronews