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Avanza el juicio a la pareja de espías rusos de élite que vivieron en Argentina y Eslovenia

Artem Dultsev y Anna Dultseva formaban parte del agresivo esfuerzo de Vladimir Putin por sembrar Occidente de agentes de inteligencia “ilegales”. En las próximas semanas se dictará la sentencia y luego podrían ser parte de un canje por prisioneros estadounidenses en Rusia

Una pareja de espías rusos conocida como María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch se habían integrado en la vida suburbana de LiublianaEslovenia, durante años, creando una fachada como expatriados argentinos con negocios en línea. Sin embargo, casi todo sobre ellos era una mentira cuidadosamente elaborada, según testimonios y documentos revelados por The Wall Street Journal yque aportaron nuevos detalles sobre el caso.

Sus verdaderas identidades son Artem Dultsev y Anna Dultseva, oficiales de alto rango del servicio de inteligencia exterior ruso SVR. La pareja fue detenida por las autoridades eslovenas en diciembre de 2022. Ahora se espera que en las próximas semanas se dicte la primera sentencia en un juicio secreto contra la pareja, acusada de espionaje como “ilegales” o agentes de penetración profunda, dos piezas cruciales en la guerra en la sombra de Vladimir Putin contra Occidente.

El pasaporte de "Ludwig Gisch", nombre falso de Artem Viktorovich Dultsev.El pasaporte de “Ludwig Gisch”, nombre falso de Artem Viktorovich Dultsev.

El pasaporte de 'Maria Rosa Mayer MuñosEl pasaporte de ‘Maria Rosa Mayer Muños

La detención se produjo después de que la agencia eslovena SOVA recibiera información de una agencia aliada. “Trabajamos juntos en el mayor secreto”, afirmó Vojko Volk, Secretario de Estado esloveno de Asuntos Internacionales y Seguridad Nacional e Internacional, lo que permitió a las autoridades rastrear sus movimientos y comunicaciones.

“Eran ilegales de larga duración. Tenían una misión a largo plazo tratando de infiltrarse en Eslovenia como punto de entrada a Europa”, dijo Janez Stusek, ex jefe de la agencia de inteligencia eslovena SOVA.

Doble vida en Argentina y Eslovenia

Los espías habían construido una compleja doble vida en Argentina a partir de 2012 antes de mudarse a Eslovenia en 2017 como una familia con dos hijos pequeños. La investigación conjunta de inteligencia reveló documentos falsificados y la usurpación de identidad, incluidos certificados de nacimiento y matrimonio fraudulentos.

En Argentina, Artem Dultsev y Anna Dultseva llegaronprocedentes de Uruguay México respectivamente, obteniendo rápidamente documentos falsos para adquirir la nacionalidad argentina. Durante su estancia, la familia vivía en el barrio de Belgrano de Buenos Aires y mantenía un perfil bajo.

O'Higgins 2191, en el barrio de Belgrano, donde vivieron los espías rusos con pasaportes argentinos antes de ser detenidos en Eslovenia.
O’Higgins 2191, en el barrio de Belgrano, donde vivieron los espías rusos con pasaportes argentinos antes de ser detenidos en Eslovenia.

“Eran muy educados, respetuosos”, dijo al WSJ el dueño de una charcutería donde la pareja compraba jamón crudo y queso. “Siempre pagaban en efectivo”.

En el país sudamericano la pareja se casó -aunque aparentemente ya se habían casado anteriormente en Rusia- y tuvo a sus dos hijos.

Las autoridades argentinas colaboraron con Eslovenia e Interpol para revelar la verdadera identidad de Mayer Muños y Gisch, comparando huellas digitales que coincidieron con los registros de los ilegales rusos.

Posteriormente, en 2017, se trasladaron a Eslovenia, donde su vida aparentemente normal encubría sus actividades de espionaje. Al igual que en Buenos Aires, en su nuevo suburbio de Liubliana la pareja también vivía una vida aparentemente normal, pagando impuestos y enviando a sus hijos a la British International School.

Majda Kvas, una vecina de 93 años, señaló al Journal“Eran muy reservados, ni siquiera saludaban”.

La casa en Ljubljana donde Ludwig Gisch, Maria Mayer y sus dos hijos vivían. Los padres de la familia eran espías rusos con pasaportes argentinos (Infobae)La casa en Ljubljana donde Ludwig Gisch, Maria Mayer y sus dos hijos vivían. Los padres de la familia eran espías rusos con pasaportes argentinos (Infobae)

En la capital eslovena, Artem Dultsev y Anna Dultseva guardaban cientos de miles de euros en un compartimento secreto de su heladera. Además, los registros bancarios mostraron transacciones sospechosas y un flujo de efectivo destinado a mantener su fachada.

En Eslovenia, la pareja también fundó empresas de fachada – una galería de arte en línea y una compañía informática – mientras se dedicaban al espionaje encubierto. La investigación mostró que en realidad eran oficiales del SVR y utilizaban su residencia en Eslovenia para realizar operaciones por toda Europa, viajando a Italia Croacia, entre otros países, comunicándose con Moscú. Los ordenadores de la pareja contenían un hardware para comunicarse de forma segura con los responsables de Moscú que estaba tan encriptado que ni los técnicos eslovenos ni los estadounidenses pudieron descifrarlo.

Una foto publicada por la cuenta de Facebook de Art Gallery 5'14 que, según las autoridades eslovenas, es de Mayer Muños.Una foto publicada por la cuenta de Facebook de Art Gallery 5’14 que, según las autoridades eslovenas, es de Mayer Muños.

Las operaciones de la pareja incluían espionaje en la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER), un organismo de la UE en Liubliana que adquirió relevancia tras la invasión de Ucrania.

“Sabemos que eran agentes importantes y serios. Es como la serie Los americanos, excepto que en Eslovenia”, dijo Volk, el Secretario de Estado esloveno.

La pareja fue arrestada en una redada en diciembre de 2022.

Sus hijos, de 8 y 11 años, según documentos judiciales, habían sido advertidos por sus padres de que podían ser capturados algún día.

Posible canje de prisioneros

El periodista estadounidense del Wall Street Journal Evan Gershkovich podría ser canjeado por los espías. (EFE/EPA)
El periodista estadounidense del Wall Street Journal Evan Gershkovich podría ser canjeado por los espías. (EFE/EPA)

El desmantelamiento de esta red de espionaje se dio en el contexto de un mayor escrutinio sobre los agentes rusos tras la invasión de Ucrania en 2022. Después de la detención de la pareja en Eslovenia, otra pareja de presuntos ilegales rusos abandonó abruptamente sus vidas en Atenas Río de Janeiro tras ser identificados como Maria Tsalla y Ludwig Campos Wittich – también agentes del SVR. La conectada red de agentes rusos operaba bajo identidades falsas creadas con un costo elevado, según expertos en inteligencia occidental.

El caso permite dar un vistazo inédito al funcionamiento de la maquinaria de espionaje encubierto de Rusia, que Putin ha revitalizado después de la expulsión de cientos de agentes rusos tras la invasión de Ucrania. A diferencia de los espías diplomáticos, los “ilegales” crean identidades totalmente falsas, a veces durante años, antes de infiltrarse en países objetivo.

“Los ilegales vuelven a cobrar importancia para Moscú, sobre todo porque la línea que separa el espionaje de la guerra se está volviendo casi inexistente”, dijo al WSJ Andrei Soldatov, experto en seguridad ruso.

La situación ha llevado a una revisión de políticas en Europa, con propuestas para restringir el movimiento de trabajadores de embajadas rusas y endurecer las restricciones al personal de inteligencia. Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, afirmó que se están elaborando planes para restringir los movimientos del personal de inteligencia ruso en el continente.

Los eslovenos también han registrado un incremento inusual de estudiantes rusos en sus universidades, lo que sospechan puede ser otra tapadera para operaciones de espionaje. Ocho estudiantes rusos fueron deportados en marzo por propagar propaganda pro-Kremlin y hacerse pasar por eslovenos en Internet. En el mismo mes, el agregado militar ruso Sergei Lemeshev fue declarado persona non grata por dirigir una operación de desinformación.

Ahora encarcelados con sus hijos bajo custodia estatal, Dultsev y Dultseva se enfrentan a hasta ocho años de prisión. No obstante, podrían ser canjeados por prisioneros estadounidenses como Paul Whelan y Evan Gershkovich, según dijeron funcionarios al Wall Street Journal. El Kremlin ya expresó interés en recuperarlos.

Fuente-Infobae