Se produce tras una ofensiva militar de 24 horas por parte de Azerbaiyán que ha matado al menos a 200 personas y herido a cuatrocientas.
Azerbaiyán afirma haber “restablecido su soberanía” sobre Nagorno Karabaj y difunde imágenes del alto el fuego.
Los armenios étnicos han gobernado la región sin reconocimiento internacional desde principios de 1990.
Miles de residentes de Nargorno Karabaj han acudido en masa a un campamento operado por fuerzas de paz rusas.
El primer ministro de Armenia Nikol Pashinián afirma que las tropas rusas en Nargorno Karabaj son plenamente responsables de la seguridad de 120.000 armenios: “Si las fuerzas de paz han propuesto un acuerdo de paz, significa que aceptan completamente y sin reservas la responsabilidad de garantizar la seguridad de los armenios de Nagorno-Karabaj y proporcionarles las condiciones y los derechos para vivir en sus tierras y en sus hogares de forma segura”.
Mientras tanto, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliév, elogió a las autoridades de la vecina Armenia: “Ayer y hoy los dirigentes de Armenia, sorprendentemente, demostraron una competencia política inesperada. Lo apreciamos y lo consideramos un factor importante”.
Sin embargo, miles de personas exigieron en la capital armenia, Ereván, la dimisión del primer ministro armenio, Nikol Pashinián al que acusan de entreguismo y de no apoyar a los 120.000 armenios étnicos que viven en Nagorno Karabaj.