Un grafitero dirigió la demanda contra Robin Gunningham, una de las presunta identidades de Banksy; y contra la firma de Banksy Pest Control Ltd, encargada de vender sus obras. El artista de rostro desconocido fue citado a declarar ante la justicia británica.
Banksy, el grafitero más famoso del mundo, podría tener que develar su identidad y, con ello, deconstruir el mito -décadas de anonimato que se convirtieron en eje vertebral de una obra millonaria, en su momento provocativa y disruptiva- ya que fue citado a declarar ante la Justicia británica, en el marco de una demanda por difamación presentada por el pionero del graffiti Andrew Gallagher, de 56 años.
Gallagher dirigió la demanda contra Robin Gunningham, una de las presunta identidades de Banksy; y contra la firma de Banksy Pest Control Ltd, encargada de vender sus obras, trascendió en la prensa internacional.
Los detalles de la acusación se desconocen aún, el abogado del demandante, Aaron Wood, dijo al diario británico Daily Mail los mismos son “confidenciales y seguirán siéndolo hasta que Banksy o Pest Control presenten su reconocimiento de servicio”.
La presentación fue contra Gunningham, sospechado de ser Banksy, debido a una tecnología utilizada para perseguir “delincuentes callejeros” lo identificó como el presunto autor de unos grafitis aparecidos en el área de Bristol bajo la identidad creativa del artista.
Una de las posibles identidades de Banksy
En 2016, científicos de la Universidad Queen Mary de Londres dijeron que habían estudiado las posiciones de las obras de Banksy en Bristol y Londres para demostrar que Gunningham era el creador del graffiti.
Las investigaciones, sin embargo, no fueron concluyentes y el asunto se archivó. El programa policial se basaba en un perfil geográfico que había detectado a Gunningham en la Escuela de la Catedral de Bristol, ciudad en la que habían aparecido las primeras obras callejeras de Banksy, de fuerte contenido político, reportaron medios británicos.
Los primeros años de trabajo, Bansky permaneció en el anonimato por temor a ser detenido por pintar sin permiso municipal paredes del espacio público. Una de sus primeras obras es “The Mild Mild West”, la cual fue pintada en 1999 durante tres días a plena luz del día en Bristol y muestra a un osito de peluche lanzando un cóctel Molotov a tres policías antidisturbios.
Ahora vende en el mercado de arte a precios millonarios obra que se destruye una vez adquirida. Se trata de una de sus obras más famosas, “Girl with Balloon”, succionada por una trituradora cuando el martillo cayó luego de una oferta millonaria en una subasta en 2018 y más tarde relanzada como una nueva pieza titulada “Love is in the Papelera”.
Se cuenta que en 2003, disfrazado de jubilado instaló una obra propia en un espacio vacío de la Galería Tate Britain de Londres; y que un año más tarde colgó en el Museo del Louvre de París su propia versión de la Mona Lisa.
De esta manera, el grafitero se enfrentará en los próximos días a una batalla legal en Reino Unido que podría tirar por tierra más de 25 años de anonimato y parte del misticismo que rodea su obra; el cual llevó a especulaciones diversas y heterogéneas sobre quien podría ser la o el autor detrás de esos grafitis, desde un estudiante de arte de Bristol hasta el rapero Robert Del Naja, del grupo “Massive Attack”, o Jamie Hewlett, dibujante de cómics y fundador de la banda virtual inglesa “Gorillaz”, que usó la obra de Banksy de un gorila en el video musical “Tomorrow Comes Today”.