La reconocida ensayista analizó el primer mes de gestión de Javier Milei: “No se sabe si va a realizar un cambio de régimen, definir por decreto y atribuirse el rol del parlamento, es decir, si va ser en un revolucionario de derecha”, expresó
A veces pasa que la percepción del tiempo transcurre de distintas maneras según la época política. Entonces puede suceder que ante una situación convulsiva, el tiempo cobre características vertiginosas. En épocas de cristalización más asentada, el tiempo transcurre más lento.
La Argentina atraviesa un estado similar a la primera opción, y el ritmo de las novedades políticas parece actualizarse momento a momento. Con estas características, ¿se puede hacer un balance del primer mes de gobierno de Javier Milei? Infobae se reunió con la ensayista Beatriz Sarlo para tratar de dilucidar una caracterización desde que La Libertad Avanza subiera al gobierno el 10 de diciembre pasado.
–¿Se puede esbozar un balance concreto a un mes de la asunción de Milei?
–Me resultaría difícil, pero porque las principales medidas anunciadas no muestran el carácter definitivo de Milei, sobre todo porque todavía no quedaron firmes, tanto las que se declaran en el DNU del gobierno como en la Ley Ómnibus. Todavía está el rol que puedan jugar, principalmente, el parlamento y la justicia para darle estabilidad al conjunto de medidas que podrían definir concretamente el rumbo del gobierno. O si Milei va a realizar un cambio de régimen, definir por decreto y atribuyéndose el rol del parlamento, es decir, si se va a poder convertir en un revolucionario de derecha.
–¿Y qué se puede decir de este primer mes?
–Lo que sí se puede decir, en el ámbito económico de la vida social argentina, la política inflacionaria, de aumentos de las tarifas, las jubilaciones, ahí sí ya hay medidas que van a tener consecuencias muy terribles sobre los sectores populares y más aún sobre esa capa gigantesca compuesta por los pobres. Las medidas que toma Milei no tienen en consideración casi nunca, o nunca, lo que puede ser un clima social y económico que no termine de hundir a los sectores populares pobres. Y cuando digo sectores populares, no digo sólo populares, digo sectores populares pobres, todo un sector que está muy sumergido. Vamos a ver eso que se ve en las calles argentinas, esto que vemos hoy profundizado, los cuerpos que se han deformado en las mujeres, porque la pobreza no te pone necesariamente flaca. Y que deforma a los chicos desesperados por cualquier cosa que puedan comer, encuentren a dónde la encuentren por la calle.
–Ese estado de las cosas se puede decir que no empezó con Milei.
–Son procesos a los que lleva la pobreza. Yo los empecé a notar fuertemente con Menem y durante los gobiernos del último periodo y lo noto fuertemente ahora. No digamos: “Pasó siempre” porque si uno dice: “Pasó siempre”, no se puede distinguir. Hay distintas maneras de gestionar a la pobreza. Los Kirchner tuvieron una manera diferente de distribuir algo de manera impositiva o a las exportaciones de los que más tienen que es muy diferente a la concepción de la distribución de este gobierno. Esto no me hace kirchnerista, me parece miserable lo que hizo el kirchnerismo, pero hicieron algo acerca de la distribución del exceso respecto de estos sectores. Esto no va a pasar ahora.
–Está convocado un paro de la CGT con movilización al Congreso para el 24 de enero, a un mes y medio de la asunción de Milei. Algo no muy visto en la historia, por la rapidez de la convocatoria. ¿Qué significa para usted este paro?
–Significa que la dirigencia expresa algo que capta en los sectores populares que es temor y miedo a necesidad de tener que pagar el proceso que esos sectores ya están sufriendo, que empezaron a sufrir. Si saca el DNU eso sufrimiento se puede potenciar.
–¿Esto puede abrir un proceso de movilizaciones?
–No tengo la menor idea, pero sí que los pobres salen a caminar. Yo estoy segura de que los pobres van a salir de nuevo caminando, en primer lugar, porque no tienen nada que hacer en los barrios donde viven. Quiero decir, nadie puede salir y decir hoy cambio la ventana de mi casa y arreglo la puerta y mañana ahorramos para ver si compramos dos sillitas más para la cocina. Nadie tiene nada que hacer.
Todo impulso hacia la acción te saca a los pobres de esos barrios.
–Pero el gobierno de Milei planteó una fuerte política en contra de la movilización.
–No conozco gobierno que no plantee políticas. Pasaba con Menem que llevaba también directivas a los sindicatos. O cómo trataban a Ubaldini cuando Ubaldini salía a proteger de los gobiernos que no querían tener gente protestando en la calle.
–Parece notable que mande intimidaciones de 40 o 70 millones de pesos por los costos de los operativos policiales de las movilizaciones en Tribunales.
–Van a pasar meses y meses y meses hasta que se resuelva ya que tenemos que todavía no han cambiado el sistema de justicia y espero que no lo cambien no porque me parezca maravilloso, sino porque todavía tiene que obedecer a los jueces. Los sindicatos tienen buenos abogados, no van a salir mañana con la billetera abierta de la recaudación. Para pagar eso va a haber tiempo. Milei sabe también que él puede decir: “Bueno ahora los sindicatos tienen que pagar 7 millones de pesos cada vez que digan siete palabras”, puede decir eso porque su discurso va para ese lado permanentemente y su ideología también, pero sabe, porque no es un ignorante, que para eso tiene que ir a la Justicia, salvo que esto se convierta en un régimen autoritario y los sindicatos sean intervenidos todos. Si la hipótesis es que pasemos mañana de un sistema democrático a un sistema autoritario y dictatorial, yo yo digo que todo eso suceda tiene que haber un proceso realmente muy disruptivo de parte de las élites dominantes.
–Este gobierno llegó al poder con el discurso de la motosierra.
–Este gobierno llegó al poder con el discurso de la motosierra, y nadie cree en la motosierra excepto que se la dan a cada uno que quiere liquidar a su enemigo. El discurso de la motosierra uno lo tiene que tomar por lo que: es una metáfora de valor simbólico miren quiere impactar a las personas que dice este gobierno llegó al poder así, ¿pero dónde está la motosierra, cómo la va a usar? ¿Va a haber un ejército que va a apoyar el uso de la motosierra en aquellos lugares donde hay regimientos establecidos? Si alguien me lo explica, yo digo bueno, se viene a la motosierra. Yo creo que se viene gran pobreza, gran necesidad, y represiones puntuales donde eso sea necesario. Motosierra, no, sería la guerra civil. Si vos tenés la hipótesis de la guerra civil, y bueno, está bien: ellos tienen la motosierra y yo tengo la sierra moto.
No es que yo sea optimista, sino que veo cuáles son los límites que tienen los demás, no les tengo tanto miedo como para pensar que son ilimitados.
–De cualquier manera, es un escenario de crisis.
–Ya está, ya estamos en un país en crisis y donde hay crisis hay conflicto. Entonces por qué no pensamos más bien que ha pasado en la Argentina para un país que tenía crisis que se podían resolver puntualmente con los sindicatos con dirigentes políticos etcétera, ha llegado un momento donde ni vos ni yo vemos cómo pueden resolverse esta crisis. Por qué no pensamos qué pasó en Argentina para que esto ya sea la decadencia argentina. No están los instrumentos para su resolución mientras que hace quizás 20 años o 30 años, había sectores políticos, sectores ideológicos, sectores sindicales que cada uno tenía alguna propuesta para su resolución. No tenés dirigentes capaces de enfrentar la situación, de organizar la crisis de manera tal que sean los más pobres y los más perjudicados los que no resulten más pobres y más perjudicados. Argentina ha dejado de parecerse a la Argentina y se parece más a los países latinoamericanos sobre los qué decíamos: “No, che, no puede ser lo que pasa ahí”. Cuando uno miraba Colombia, ahora mira a Colombia y le va razonablemente bien. Cuando yo miraba esos países de América Central pienso que la Argentina se está pareciendo a esos países sin resolución de la crisis, entonces no se puede pasar rápido el cambio de la capacidad nacional para organizarse, mínimamente en política, mínimamente alrededor de ciertas consignas, mínimamente alrededor de ciertos que dirigentes que pueden conducirla.
–¿Cómo ve el papel de la oposición?
–Ahí hay que ver como reventaron los partidos tradicionales en Argentina y todos aquellos que festejaron que reventaran pueden encerrarse en una pieza a festejar la estupidez que pensaron. Los que festejaron las torpezas del radicalismo y las caídas del peronismo, que piensen cómo se equivocaron. Desde el pacto de Gualeguaychú en adelante, hubo gente que dijo: “Bueno, este es el fin de los partidos tradicionales”. Que piensen la estupidez que pensaron porque los regímenes políticos necesitan de partidos. Hoy todavía existen porque están luchando para seguir existiendo, no están luchando por la patria. Están luchando para seguir existiendo, entonces yo más bien, digo nosotros pensemos como pensábamos. Pensemos nuestras equivocaciones.
Yo creo que la pregunta que hay que hacer es: “¿Le alcanza la capacidad política a Milei de ser un dirigente inteligente’”. Siempre pensamos en la historia y las estructuras. ¿Pero una persona con las ideas que tiene puede convertirse en un político inteligente, puede su falsa astucia, desmesurada y falsa, llevarlo a una situación mejor que la que está atravesando y que quizás sea buena? Yo creo que no. Primero porque no se puede luchar contra la realidad, no se puede luchar contra lo material.
–Hay sectores del empresariado, o de la burguesía para decirlo con categorías más concretas, que orbitan alrededor de Milei porque tienen interés directo en sus definiciones económicas. ¿No sería esta una base material?
–¿Y vos creés ciertos sectores económicos directamente apoyando a Milei van a jugar su capacidad económica y su influjo sobre sectores de la sociedad que son sus empleados, sus obreros, etcétera para apoyarlo en la derrota? Yo no creo.
Cuando vean que empieza a fallar lo van a abandonar como abandonaron a Menem.
–Una duda que ronda desde el principio es si Milei no preside un gobierno que quizás dure poco.
–Es probable que dure menos. Hay que analizar qué sectores de poder no solamente los sectores de la burguesía, sino del Ejército, pueden seguir apoyándolos. Si le va mal tiene que verse abandonado por la gente tiene que haber presión, hay muchas cosas tiene que salir. “Si yo empiezo a reprimir, mi gobierno comienza a caer”. Milei no es idiota, es un tipo limitado, reaccionario ultrareaccionario, pero no es tonto. Lo difícil es organizar una fuerza social que vaya en contra o a favor. El nivel de distribución de los pequeños poderes es enorme.
Ahí tenemos otro escenario que examinar: cómo es la cuestión federal.
Estamos en un país federal donde los gobernadores tienen poder en última instancia.
– Se parece a un periodo donde vamos confrontaciones el Estado.
–Estamos en un período donde supongo que si los dirigentes sindicales y los dirigentes políticos logran ciertos objetivos va a haber mucha movilización. Y mucho desorden social en un sentido antigobierno. Cuando en un comedor barrial deja de ver venir una canasta de comida que había conseguido alguien ahí es donde pierden Milei. Las señoras que tienen un comedor barrial dicen no, no nos llega más una canasta que nos venía de los restaurantes, de no sé dónde, ahí es donde Milei empieza a perder, entonces, se puede la cosa poner muy violenta y la lucha comienza.
–Eso quiere decir que hay un escenario en el que también los sectores populares van a jugar un un rol…
–Pero sin duda. Si están perdiendo todos los días. Y están perdiendo, sí, se leen en los diarios, uno se entera es que están perdiendo todos los días cosas que recibían ya fuera por Estado, ya fuera por la organizaciones sociales. Si es verdad que se están perdiendo van a estar luchando por la comida, no por la organización política ni social, están luchando por la comida, por la vida cotidiana.
–Para volver al comienzo de la entrevista, ¿cuál es su caracterización del país hoy, a un mes del gobierno de Milei.
–Yo creo que la Argentina es un país que entró en una profunda decadencia social y política. No tengo que demostrarlo: es decir, la cantidad de pobres, la cantidad de chicos que dejan de ir a la escuela, la cantidad de chicos que abandonar la educación, la cantidad de chicos que no tienen un seguro para mantenerse dentro de ese régimen es enorme, es el 60% de los chicos de 15 años.
Por Diego Rojas-Infobae