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Belgrano y Talleres animaron un entretenido superclásico cordobés

Cuatro goles, polémicas, golazos… de todo tuvo el duelo en el Gigante de Alberdi. Reyna y Meriano marcaron para el ‘Pirata’; Sosa y Martínez para el ‘Matador’. Fue un juego vibrante de inicio a fin que finalizó 2-2 en el Gigante de Alberdi.

¡Qué lindo que es el fútbol cuando hay partidos con estos condimentos! ¡Qué gratificante es ver fútbol cuando hay cuadro y marco! ¡Qué lindos que son los superclásicos cordobeses!

Belgrano y Talleres animaron un superclásico entretenido, que tuvo de todo y se disfrutó desde el primer segundo hasta el último minuto… y más.

Por la Copa de la Liga, en la fecha de los clásicos, los cordobeses pusieron la vara alta. Fue un 2-2 en el Gigante de Alberdi que dejó sensaciones positivas para ambos equipos.

Un partido lleno de vaivenes, cambiante, emocionante. Así fue el primer tiempo. Con juego y orgullo. De esa manera lo disputaron Belgrano y Talleres. Aunque los ‘Piratas’ apelaron desde el inicio a la “ley de la ferocidad”, con Longo como abanderado de tal situación.

Claro, mucho tiene que ver que a los 55 segundos el elenco que conduce Guillermo Farré se adelantó en el marcador. Pero hasta eso tuvo emoción en el inicio del cotejo. Porque el asistente Maximiliano Castelli levantó la bandera luego de que la pelota entrara en arco que defendía Guido Herrera. El peruano Bryan Reyna no pudo festejar como hubiese querido. Se quedó mirando expectante como todos los fanáticos celestes. Tuvieron que esperar ¡dos minutos! para poder festejar la apertura del marcador. El gran pase de Passerini y la definición de Reyna tuvieron su premio. Y los más de 35 mil fanáticos de Belgrano celebraron. Estos festejos de los tiempos modernos, donde todo está en duda.

Esa “ley de la ferocidad” –jugando con el título del libro de Pablo Ramos- lo puso en marcha Longo, Passerini… y hasta Ibacache. Belgrano era feroz y Talleres parecía desconcertado. Imprecisiones por doquier en el conjunto de Walter Ribonetto y muchas dudas en el fondo.

Pero el ‘Albiazul’ tiene un jugador de otro nivel: Ramón Sosa. Y él se las ingenió para provocarle dolores de cabeza a sus marcadores y a los hinchas que sufrían en las tribunas cada vez que la agarraba por izquierda. Y por ahí avisó a los 24 minutos. Armó una genialidad, asistió a Nahuel Bustos, gol; pero anulado por posición adelantada.

Y Sosa estuvo imparable, por momentos. Y Sosa sacó de la galera el empate a los 30 minutos. Recibió en zona de creación, recostado por izquierda, se sacó un hombre de encima en velocidad, y ejecutó a Losada, el balón tuvo un leve desvió y se clavó al ángulo. Golazo: 1-1.

Juego entretenido; cuadro y marco en sintonía.

Belgrano acusó recibo. Y fue otra vez, con Longo capitaneando el orgullo; y a los 36’ logró desnivelar otra vez. Fue a través de un tiro libre de Ulises Sánchez, Meriano ganó de arriba de cabeza y explosión de alegría en el Julio César Villagra.

Como si fuera poco, el primer tiempo tenía más. Talle… perdón… Ramón Sosa fue por la igualdad. Intratable. Belgrano solo se preocupaba por el extremo y a los 48 minutos, tras una jugada del paraguayo, el árbitro cobró penal: Rolón la tocó con la mano. Llegó el duelo entre “Nahueles” (Bustos versus Losada); y lo ganó el del ‘Pirata’, ya que el de la ‘T’ lo ejecutó livianito y el arquero adivinó.

Un primer tiempo que tuvo de todo y que parecía, en el complemento, seguir con la misma tónica. Porque a los 2 minutos, Alejandro Martínez ensayó un zurdazo que se clavó en el arco Celeste. Gol y empate.

Y comenzó otro juego. Más pausado, con menos intensidad, con más equilibrio y menos virtuosismo. Sin embargo, seguía siendo entretenido, porque aparecía Botta -a veces- o porque aparecía Ulises Sánchez -muchas veces-. Sosa ya no era el Sosa del primer tiempo, pero había tensión en el aire de Alberdi. Que se acrecentó cuando a los 35’ entró Matías Suárez. Lo pidió la gente, Farré hizo caso. Suarez entró aplaudido y con ovación, y quedó atrás la supuesta “traición”. Es fútbol.

Polémicas, cantos, fuegos artificiales, fricciones, indicaciones, nervios, ansiedad, aroma a choripán… lo que un clásico cordobés necesitaba. ¿Así finalizó? No, hubo más. Terminó con incidentes entre los jugadores: los típicos empujones de los partidos calientes. No pasó a mayores. Belgrano y Talleres regalaron un partido digno de llamarse superclásico.

Ulises Sánchez
formacion belgrano
alineación Talleres

Por Marcos Villalobo-Perfil