El expresidente Jair Bolsonaro se hizo presente en la Avenida Paulista, principal avenida de San Paulo, donde pidió un ‘impeachment’ contra el juez Alexandre de Moraes, que lo investiga por presunto intento de golpe de Estado y quien ordenó la suspensión a la red social X. La decisión del magistrado, apoyada por la Corte Suprema, ha desatado la ira entre los simpatizantes de Bolsonaro, que aseguran que el juez atenta contra la democracia.
“Hay que ponerle freno, a través de disposiciones constitucionales, a quienes se salen, a quienes rompen los límites de las cuatro líneas de nuestra Constitución. Y espero que el Senado federal frene a Alexandre de Moraes, a este dictador”.
Esas fueron las palabras del expresidente Jair Bolsonaro durante la manifestación convocada en São Paulo en el Día de la Independencia, con el fin de pedir el ‘impeachment’ del juez de la Corte Suprema que investiga al ultraderechista por intento de golpe de Estado y que, a finales de agosto, suspendió en todo Brasil la activad de la red social X, el antiguo Twitter.
Desde lo alto del camión de sonido, el exmandatario acusó al juez De Moraes de impedir con sus investigaciones que alcanzase un segundo mandato y se mantuviese en el poder.
“Las elecciones de 2022, como poco a poco se van dando cuenta, fueron llevadas a cabo íntegramente y de forma parcial por el (entonces) presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes. No pude hacer nada: no pude hacer conexiones en directo desde mi casa”, afirmó Bolsonaro.
También se quejó de que está siendo perseguido y volvió a pedir la “amnistía” para los detenidos por los ataques antidemocráticos del 8 de enero de 2023, a los que los bolsonaristas califican de “presos políticos”.
Bolsonaro estuvo en el hospital poco antes de la manifestación para cuidar de una gripe que le había dejado afónico. Por esta razón, varios analistas llegaron a afirmar que no hablaría durante el acto, también para evitar fricciones con el juez que le está investigando por intento de golpe, por la venta fraudulenta de las joyas donadas por Arabia Saudita y Bahréin al acervo del Estado y por la supuesta falsificación de su tarjeta sanitaria de vacunación contra el Covid-19. Finalmente, Bolsonaro optó por dirigirse a sus simpatizantes, aunque lo hizo con una voz ronca.
Pedidos de ‘impeachment’ contra De Moraes
Desde el inicio de la tarde, una multitud vestida de verde y amarillo, los colores de la bandera de Brasil, abarrotó la Avenida Paulista, la principal arteria de la capital económica del gigante latinoamericano. El acto fue convocado por el pastor Silas Malafaia, uno de los principales aliados de Bolsonaro, que llegó a afirmar que De Moraes merece ir a la cárcel. También estuvo presente el diputado federal Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente. En línea con las pautas del día, pidió el ‘impeachment de Moraes’ y la amnistía para los “presos políticos”.
Participaron del evento el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, el alcalde de la capital, Ricardo Nunes, y varios senadores de la oposición. Algunos manifestantes exhibían carteles en los que pedían una intervención militar, algo que es inconstitucional. Además, criticaron la suspensión de la plataforma X, adquirida en 2022 por el multimillonario Elon Musk, y exigieron la amnistía para los detenidos tras la invasión de la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia.
En las principales ciudades de Brasil también se celebraron manifestaciones contra el juez Moraes. En Río de Janeiro, la ciudad en la que Bolsonaro fue el diputado federal más votado del país, antes de convertirse en presidente, hubo poquísimas personas. Atrás quedó la época en la que miles de bolsonaristas llenaban la Avenida Atlántica, en el barrio de Copacabana. “Es porque se han ido todos a São Paulo en autobús”, intentaba justificar un simpatizante de mediana edad, envuelto en una bandera de Brasil. A diferencia de São Paulo, tampoco compareció ninguna personalidad conocida de la política. “Lo que ha hecho Alexandre de Moraes es callar a 22 millones de brasileños”, denunció una mujer desde el camión de sonido.
“Hoy vivimos una República Bolivariana. Nuestra Constitución fue rasgada y el deber de cualquier patriota brasileño es estar en las calles pidiendo el ‘impeachment’ de Alexandre de Moraes, la reformulación de la Corte Suprema y que el Senado, a través del presidente Rodrigo Pacheco, ponga en votación el ‘impeachment’ de Moraes”, afirmó a France 24 el administrador Gustavo Neves. “Es importante hacer el ‘impeachment’ de Moraes porque está cometiendo una serie de actos ilícitos constitucionales. Cuando este juez persigue a personas y ordena arrestarlas por crímenes de opinión, está cometiendo un acto ilícito constitucional contra la libertad de expresión. Y eso no se puede perpetuar porque una democracia no convive con una dictadura que restringe el derecho a la libertad de expresión”, añadió el consultor José Ferreira.
Lula cierra filas en torno a De Moraes
Sin embargo, no hubo solo críticas contra Moraes. Por la mañana, el juez del Supremo fue recibido en Brasilia con aplausos por un grupo de simpatizantes durante el tradicional desfile militar que celebra la Independencia de Brasil de Portugal. El magistrado asistió al acto solemne en el palco oficial, junto al presidente de la Corte Suprema, Luís Roberto Barroso, y a otros jueces. La invitación vino del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que le ha declarado públicamente su apoyo tanto por la suspensión de X, como por sus investigaciones sobre los actos vandálicos del 8 de enero.
“Ningún país es verdaderamente independiente cuando tolera amenazas a su soberanía. Siempre seremos intolerantes con cualquier persona, por rica que sea, que desafíe la legislación brasileña. Nuestra soberanía no está en venta”, afirmó Lula esta semana. La red social X fue suspendida por orden de Moraes el pasado 30 de agosto, después de que la plataforma incumpliera órdenes judiciales para nombrar un representante legal en Brasil. La Primera Sala de la Corte Suprema confirmó por unanimidad esta decisión el 2 de septiembre.
En aquella ocasión, Lula también destacó que la democracia se nutre del debate entre actores sociales que defienden opiniones divergentes. “La democracia es diálogo, es convivencia civilizada entre opuestos. No es derecho a mentir, sembrar odio e ir en contra de la voluntad del pueblo”, afirmó. Además, utilizó una expresión repetida con frecuencia por Moraes en sus decisiones y discursos sobre X y en las investigaciones sobre el uso de las redes sociales por parte de los que él denomina movimientos populistas extremistas: “Brasil no es una tierra sin ley”.
Para una parte del país y de la izquierda, Moraes es una especie de héroe que ha salvado la democracia de las embestidas autoritarias del expresidente Bolsonaro y de sus seguidores más radicales. En este sentido, Brasil sigue fuertemente dividido y la polarización hace que se produzca una auténtica guerra de narrativas sobre los principales asuntos de la actualidad.
Mientras tanto, muchos brasileños se preguntan cuándo podrán volver a usar la red X. Esta semana, el partido Novo intentó revertir la suspensión del antiguo Twitter con una demanda ante el Supremo Tribunal Federal. El argumento esgrimido es que la orden judicial viola principios fundamentales como el derecho a la libertad de expresión. La Asociación de Abogados de Brasil también ha pedido al Supremo que se posicione sobre este tema.
Expertos y juristas creen que X podría volver a operar en Brasil si Elon Musk pagase una multa de más 18 millones de reales (3,22 millones de dólares), si accediese a bloquear perfiles denunciados por la Corte Suprema y si designase a un representante de X en Brasil. Pero este escenario es considerado bastante improbable, ya que Elon Musk tendría que ceder y renunciar al argumento de que Brasil vive una dictadura. Todo apunta a que el empresario surafricano haga del bloqueo brasileño su nueva bandera política y su nueva lucha ideológica.
Por: Valeria Saccone-France 24