Este viernes 10 de mayo, las intensas lluvias retornaron al estado brasileño de Río Grande do Sul, ya devastado por el temporal que dejan bajo agua a decenas de ciudades. La situación para los habitantes se agrava, mientras las autoridades reportan que la cifra de víctimas mortales por las históricas inundaciones en el sur del país aumentó a 127. Además, 141 personas se encuentran desaparecidas y el número de afectados asciende a dos millones, según las últimas cifras de Defensa Civil. Entretanto, el gobernador del estado anunció un refuerzo de la seguridad en los albergues para los damnificados, debido a casos de robos y violaciones.
En el albergue de Canoas, en una de las ciudades más afectadas por las inundaciones en el sur de Brasil, Aparecida de Fatima Fagundes aseguró a la agencia de noticias Reuters que le cuesta dormir, pues no para de pensar en “el peor día” de su vida.
Fagundes es una de las más de 6.000 personas que tuvieron que abandonar su hogar en Canoas y refugiarse de las inundaciones en el gimnasio de un colegio, transformado en albergue.
Al menos 127 personas han muerto por las inundaciones en el sur del país, 126 de ellas en el estado de Río Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay y hogar de 10,9 millones de habitantes, según los datos actualizados al 10 de mayo por la mañana. El equipo de Defensa Civil reportó 141 personas desaparecidas y 337.000 desplazadas.
Según la Defensa Civil, la tragedia se ha extendido a 441 de los 497 municipios de Río Grande do Sul, donde ha afectado a 1,95 millones de personas, que corresponden al 17,3 % de la población de este próspero estado.
Las fuertes lluvias han provocado múltiples desbordamientos de ríos y lagos en la región, que alcanzaron los niveles más altos en su historia. Las inundaciones bloquearon las calles y ocasionaron escasez de bienes de primera necesidad en algunas áreas.
El servicio de meteorología MetSul anunció en un comunicado que las lluvias persistirán hasta el lunes y que Río Grande do Sul enfrentará “un alto riesgo de tormentas” este viernes.
El Estado federal dijo que más de 385.000 personas habían perdido el acceso al agua, mientras las telecomunicaciones colapsaron en 20 ciudades. El jueves, el Gobierno anunció un paquete de 10.000 millones de dólares de ayuda para los damnificados.
Algunas familias, que regresaron tras haber sido evacuadas, comenzaron a limpiar sus viviendas, pero sin saber si ese trabajo será útil ante las nuevas lluvias esperadas y las remociones anunciadas por las alcaldías.
“Estuvimos cinco días en casa de familiares de mi esposa en Guaíba y ahora regresamos para ver lo que quedó. Pero lo perdimos todo”, afirmó a EFE un hombre que se identificó como Leonardo y que intentaba limpiar su vivienda de una única planta convertida en depósito de lama con la misma agua fangosa que cubre la ciudad.
Autoridades reportan violencia sexual y robos en algunos albergues
El gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite, confirmó en una rueda de prensa este viernes que se convocarán policías de reserva para reforzar la seguridad en los centros de acogida de personas damnificadas.
En medio de la crisis que viven los afectados por el desastre natural sin precedentes, algunos han tenido que, además, enfrentar actos de violencia.
El 9 de mayo, la Policía detuvo a seis sospechosos de haber cometido violaciones en tres albergues distintos, uno de ellos en la capital del estado, Porto Alegre.
“La prioridad es la seguridad”, enfatizó Leite, agregando que no se le dará espacio a los “criminales” que aumentan el daño a los más vulnerables.
La seguridad ya se había reforzado en los últimos días, después de que varias municipalidades del estado reportaran saqueos a las tiendas y hogares que quedaron vacíos por causa de las inundaciones.
Pero ahora, remarcan las autoridades, serán necesarios más oficiales para velar por la protección de los damnificados.
Hasta el momento, la Policía ha arrestado 54 personas por hurtos y saqueos.
Leite insistió en que la situación es “compleja”, por lo que se trabajará en coordinación con las Alcaldías municipales y recordó la urgencia de atender las necesidades de los refugiados.
Solo en Porto Alegre, los brasileños desplazados por el fuerte temporal se han refugiado en 500 albergues.
Por France24 con Reuters y EFE