La actriz recordó los inicios de su relación con el padre de sus hijos y explicó por qué, finalmente, y tras cancelar la ceremonia por la pandemia, dedicieron no casarse
Esta semana, eltrece estrena Buenos chicos, la segunda ficción de factoría local que emitirá la televisión abierta en lo que va del año. Una de sus protagonistas es Brenda Gandini, que este sábado brindó una entrevista para hablar de este nuevo proyecto, pero terminó abriendo su corazón y refiriéndose a temas muy personales.
“Por mi personaje, Majo, tuve que teñirme el pelo de castaño oscuro, y ahora tengo que teñirme cada 15 días, porque al ser rubia no me daba cuenta de las canas, pero ahora no puedo hacerme la distraída”, comenzó contando, risueña. “Pero no me quejo. En la serie soy la mamá de Angie (Agustina Tremari), que es morocha, por eso se decidió que tengamos las dos el mismo color. La verdad es que me gusta, porque me ayuda a buscar el personaje. Lo físico ayuda mucho a la hora de crear”, explicó, sin quejas.
Alfonsina y Eloy, hijos de Gonzalo Heredia y Brenda Gandini, en una foto familiar de 2018Captura
La actriz se refirió luego al difícil momento que atraviesa la televisión. “Soy feliz por poder participar de esta ficción, pero me pone triste que sea la única que va a estar al aire. Pero creo que es una crisis generalizada en todos los ámbitos”, le contó la actriz a Catalina Dlugi, en el ciclo radial Agarrate Catalina.
Luego, se refirió al estreno de Cómo provocar un incendio, la primera obra escrita por su pareja, el actor Gonzalo Heredia. “Lo vengo acompañando ya desde el momento en el que sacó su primera novela. Él tiene una pasión muy grande y muy hermosa que es la de escribir, es su refugio. Tengo el privilegio de ser la única testigo que ve el trabajo que ha hecho: levantarse todos los días a las 6 de la mañana, ponerse a escribir en su escritorio, con chicos que le saltan encima… Admiro todo lo que ha hecho. Es un gran trabajo, muy difícil de verdad. Y fui testigo del cumplimiento de un sueño”, expresó.
Una conquista ‘esforzada’
Los actores coincidieron en el set de la telenovela Malparida, en 2010, y allí comenzaron su relación. En aquel momento, Heredia experimentaba el momento de ebullición máximo de su carrera como galán, y venía de protagonizar sonados romances con algunas de sus colegas. Por eso, en alguna oportunidad, Gandini confesó que tuvo que esforzarse para conquistarla, porque, además, ella no tenía la menor intención de relacionarse con un actor. “Siempre traté de no salir con actores. De hecho, la mayoría de mis romances pasados no fueron conocidos por eso. Pero bueno, por eso una no debe decir nunca”, reconoció la actriz. Y agregó: “Nosotros ya nos conocíamos de antes, de haber trabajado en La jaula de las locas y en Chiquititas. Siempre me había parecido bellísimo y cada vez que hablaba con él me resultaba interesante. Pero cuando coincidimos en Malparida estábamos en distintos momentos y la verdad es que yo nunca pensé que se iba a oficializar nuestro romance. Nosotros empezamos a salir como dos chicos que eran libres y terminamos siendo novios. Y, a los dos meses, quedé embarazada, así que dije: ‘Vamos a tener que tomarnos esto en serio, porque viene Eloy’”.
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“¡Claro que me asusté! Pero estábamos en la etapa del comienzo del romance, que es siempre tan intensa, que pasaron unos días hasta que caí y dije: ¡Vamos a ser padres y recién nos conocemos!’. Pero después de esa experiencia entendí que no hay una fórmula para el amor; todo depende de la personalidad de los miembros de la pareja. Cada uno tiene que vivir su propia experiencia, siempre que sea respetuosa, que haya diálogo. Es un acuerdo entre las personas involucradas”, continuó.
“A pesar de que en ese momento la carrera de Gonzalo estaba en su punto de ebullición y las fanáticas lo seguían, nunca sentí celos. Todo se dio en el marco del respeto, y yo entendía lo que generaban las novelas en ese momento… Antes, la televisión generaba esas cosas. ¡Pasaron solo 13 años y parece otra era! Sí entiendo que por ahí Gonzalo haya tenido la exigencia de estar físicamente de determinada forma para cumplir con el rol de galán. Eso, en algún punto y como él lo dijo en más de una oportunidad, tiene una fecha límite. Uno no se debe quedar atado solamente a ser una persona ‘linda’, de acuerdo a los parámetros hegemónicos que por suerte cada vez tienen menos peso”, reflexionó la actriz.
Brenda Gandini y Gonzalo Heredia, en una escena hogareña junto con sus dos hijos, Eloy y AlfonsinaInstagram @brendagandiniok
La conductora del programa le recordó también las declaraciones de Pablo Echarri, que reconoció que ver en pantalla a su esposa, Nancy Dupláa, junto a Heredia, le generó celos, porque era un galán joven con el que no podía competir. “¡Por favor! ¡Es Pablo Echarri!”, se sorprendió Gandini. Y, sobre su propia experiencia, indicó: “Yo trato de no compararme con otras personas, aunque es inevitable hacerlo… Lógicamente que ha trabajado con mujeres bellas y hermosas, pero no sé si sentí celos… Entiendo el amor como una elección; pero algunas cosas elegí no mirarlas y otras las miré. Me dedico a lo mismo y sé que nos va a tocar trabajar con gente muy bella, pero trato de no caer ahí, porque el lugar de los celos y las inseguridades es medio denso. Por ahí me pasó más cuando comenzamos a salir, eso de decir: ‘¡Uh! ¡Va a trabajar con esta actriz, que es hermosa!’. Pero siempre traté de ver eso: no siempre alcanza con ser eternamente bella. Y si algo nos caracteriza con Gonzalo es que vivimos nuestra relación como un día a día, no estamos proyectando estar juntos 20 años, estamos ahora juntos y nos elegimos”.
“Las cosas se fueron dando solas. Tampoco pensamos en formar la familia hermosa que tenemos. No idealizar cosas hace que uno se trabe un poco menos. Las relaciones tienen miles de idas y vueltas; nosotros las tuvimos, pero lo importante es volver a elegirse y sobre todo respetar al otro, su individualidad, su libertad”, agregó.
Sobre los planes de casamiento, la actriz se sinceró: “La pandemia nos lo canceló, así que por ahora, no. El casamiento, en nuestro caso, era más que nada una celebración del amor con gente nuestra; la excusa para dar una fiesta. El ritual de lo que fue esa propuesta, sus palabras y toda la situación de estar nosotros cuatro vale más que cualquier casamiento y va a quedar siempre en nuestros corazones”.