La embarcación, atribuida al Clan del Golfo, cuenta con una capacidad para transportar hasta 1,5 toneladas de cocaína. Se cree que estaba en fase de prueba.
La Armada de Colombia anunció la captura de un submarino no tripulado en aguas del mar Caribe, cerca de la ciudad de Santa Marta. El artefacto, de fabricación artesanal, estaba equipado con una antena satelital Starlink, el servicio de internet de alta velocidad desarrollado por la empresa SpaceX, propiedad de Elon Musk, y tenía capacidad para transportar hasta 1,5 toneladas de cocaína.
Aunque no se hallaron estupefacientes en su interior, las autoridades creen que el vehículo estaba siendo sometido a pruebas antes de ser utilizado por el Clan del Golfo, la mayor organización narcotraficante del país.
El hallazgo fue presentado por la Armada como una señal clara de que las redes criminales están migrando hacia sistemas no tripulados cada vez más sofisticados y difíciles de detectar.

Tecnología al servicio del narcotráfico
La aparición de una antena Starlink en el narcosubmarino capturado no es un dato menor. Esta tecnología permite comunicaciones satelitales de alta velocidad en zonas remotas, lo que facilita el control y monitoreo del vehículo sin necesidad de tripulación a bordo.
El Clan del Golfo, con vínculos con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, estaría a la cabeza de estas innovaciones. El uso creciente de la tecnología es una clara evidencia de su globalización de las sociedades delictivas. Y no son los únicos: grupos armados como disidencias de las FARC también adoptaron el uso de drones explosivos y redes sociales para el reclutamiento de menores, por ejemplo.
Narcosubmarinos 2.0
El uso de semisumergibles por parte del narcotráfico en Colombia no es nuevo. Desde hace al menos dos décadas, estos vehículos son usados para transportar droga hacia Estados Unidos y Europa. Estas embarcaciones, fabricadas en su mayoría en Colombia, son rústicas, livianas y navegan casi al ras del agua, lo que las hace difíciles de detectar.
En los últimos años, los grupos delictivos comenzaron a contratar ingenieros y expertos en tecnología para construir submarinos no tripulados. Con la incorporación de estas tecnologías, los narcotraficantes se evitan costos y logran un traslado más seguro de la droga.