La pareja, una de las más queridas de Hollywood, festejó un nuevo aniversario con románticos mensajes en sus redes sociales
Cuando en 1998 el romance entre Catherine Z-Jones y Michael Douglas trascendió, muchos creyeron que la relación iba a durar poco: la diferencia de edad era importante -ella tenía 28, él 53- y los escándalos que el actor había enfrentado hacían dudar sobre un futuro estable. Sin embargo, la pareja demostró que el amor todo lo puede: dos años después dieron el “sí, quiero”, formaron una familia, superaron algunas turbulencias y enfermedades y ahora, 23 años después, festejaron con mensajes cruzados un nuevo aniversario de casados. “Te espera el Premio Nobel de la Paz”, escribió ella, con humor, junto a una foto de ellos bailando durante su boda. “No puedo esperar por los 24″, compartió él, enamorado.
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“Celebramos 23 años de matrimonio, querido Michael. Te espera el Premio Nobel de la Paz. Te amo… de parte de tu querida esposa, ganadora de la Medalla de Honor con estrella dorada”, escribió la actriz el 18 de noviembre en su cuenta de Instagram. Al texto lo acompañó con varios emoticones de corazones, besos y risas. Además la protagonista de Sin reservas eligió cinco fotos: una donde se los ve besándose abrazados en el día de su casamiento, otra saliendo de la mano de la iglesia, y tres retratos más del álbum personal de la pareja en donde se ve el paso del tiempo.
“¡Felices 23 años, mi querida Catherine Zeta-Jones! ¡No puedo esperar a los 24! Feliz aniversario”, escribió por su parte Michael Douglas en la red social y la foto que eligió para su saludo fue una de la pareja bailando el día de su casamiento. “Te amo cariño, que nuestro baile nunca termine”, respondió ella.
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Un amor a prueba de todo
Zeta-Jones y Douglas se conocieron gracias a la intervención de otra megaestrella de Hollywood: Antonio Banderas. El español, compañero de la actriz en La máscara del Zorro, aprovechó un viaje a Francia en el marco del festival de Deauville para coordinar una cena privada. También participó del convite Melanie Griffith, su esposa de entonces. La reacción de Zeta-Jones fue de incertidumbre: no entendía qué esperaba el célebre intérprete de ella. “Después de aproximadamente media hora juntos, le dije: “¿Sabes?, voy a ser el padre de tus hijos”, reveló Douglas en 2016 durante una entrevista que le ofreció al conductor Jonathan Ross.
La reacción de la intérprete galesa no fue la que Douglas esperaba. Aturdida ante aquella frase, terminó de inmediato la conversación alegando que al día siguiente tenía que viajar a Escocia para participar en el rodaje de La trampa. Así lo contó ella misma en una charla con un periodista de The New Yorker: “Le contesté: ‘muy bien. Leí mucho sobre vos. Vi mucho sobre vos. Oí hablar mucho de vos. Buenas noches’. Me fui a la cama y me levanté a las cinco de la mañana. Volé hasta Londres, cambié de avión, fui a Aberdeen y me subí a un ferry para cruzar a la isla de Mull. Una vez allí, había un gran ramo de flores que decía: ‘Lo siento si te asusté. Con cariño, Michael Douglas’. Él siempre dice que el florista que llevó esas flores a la isla de Mull le salvó la vida. Si alguien dice que va a ser el padre de tus hijos cuando recién lo conocés, da un poco de miedo. Pero, desgraciadamente, tenía razón”, confesó.
Desde ese momento, la relación de Zeta-Jones y Douglas comenzó a crecer: meses de infinitas charlas telefónicas primero y encuentros secretos después siempre que sus rodajes lo permitían. Luego llegó la confirmación, la estabilidad y el pedido de matrimonio. El 31 de diciembre de 1999, mientras disfrutaban de unas vacaciones en Aspen, Colorado, Douglas le pidió matrimonio con un anillo de diamantes de 10 quilates de Fred Leighton valorado en un millón de dólares. “Ambos estábamos enfermos porque teníamos gripe”, apuntó el protagonista de Un día de furia a Ross King sobre su estado durante su pedido de mano.
Los hijos, las tormentas y un final feliz
En agosto de 2000, la pareja le dio la bienvenida a su primer hijo, Dylan Michael. Tres meses después, celebraron su amor en el Hotel Plaza de Nueva York. La ceremonia, a la que acudieron varias estrellas de Hollywood, costó 1,5 millones de dólares. Lejos de embarcarse en una lujosa luna de miel, se refugiaron en su apartamento neoyorquino con el bebé. Los siguientes años fueron fructíferos. En 2002 la familia se mudó a una de las propiedades que Douglas posee en Bahamas. El 2003 estuvo repleto de buenas noticias: Zeta-Jones, por su papel en el musical Chicago, se alzó en marzo con el Oscar a mejor actriz de reparto y un mes después nacía Carys Zeta Douglas, su segunda hija. Eran tiempos felices.
Sin embargo, los problemas aparecieron unos años después, cuando en 2009 decidieron volver a vivir en Nueva York. En agosto de 2010, Douglas fue diagnosticado con un cáncer de garganta avanzado. “Intentamos mantenerlo lo más privado posible, pero debido a lo que hacemos es muy difícil. No hablé lo suficiente con otras personas sobre el tema. Que nuestros hijos nos preguntaran si papá iba a morir fue muy duro”, expresó Zeta-Jones en la publicación Good Housekeeping en 2016.
Dos años después, el actor fue declarado libre de cáncer. Pero tras lidiar con el estrés de aquellos duros meses, a principios de abril, Zeta-Jones ingresó en un hospital de Los Ángeles para tratar su hasta entonces secreto trastorno bipolar. “Espero poder ayudar a eliminar cualquier estigma relacionado con ello”, dijo en InStyle. Dos años más tarde, en abril de 2013, la actriz volvió a buscar ayuda profesional. Desde entonces, no volvió a tener ninguna recaída, al menos pública.
En 2013, el matrimonio tomó caminos separados, pero se reconciliaron a finales de ese mismo año. “Estoy loco por ella. Creo que todas las parejas tienen sus momentos difíciles. El único problema es que nosotros estamos en el ojo público y tiende a exponerse un poco más que la mayoría. Pero estamos de vuelta, más fuertes que nunca”, dijo Douglas en The Ellen DeGeneres Show en 2015. Y desde ese momento, nunca más se separaron.