La solicitud partió del discal Eduardo Taiano a partir de los datos que fueron suministrados por el Ministerio de Defensa. Todos respondieron, en su momento, al ex jefe del Ejército, César Milani.
Por pedido del fiscal Eduardo Taiano, casi un centenar de militares serán citados a declarar por la causa en la que se investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman (la cual, según la Cámara Federal, fue un homicidio). Todos ellos trabajaron en el área de Inteligencia durante el kirchnerismo, momento en que el militar César Milani era jefe del ejército argentino.
La decisión fue tomada luego de que el Ministerio de Defensa suministrara información relacionada al caso y al personal que trabajó bajo las órdenes de Milani. Puntualmente, se buscará indagar en aquellos que se desempeñaron como Personal Civil de Inteligencia (PCI). Según indicaron las autoridades a cargo del caso a La Nación, se investigarán indicios relacionados al jefe militar y espías que “de alguna manera” estuvieron ligados con el gobierno de Cristina Kirchner, los cuales, resta determinar, podrían haber estado relacionados con la muerte de Nisman.
Según los indicios y averiguaciones, hubo acciones previas al fallecimiento del fiscal (el 18 de enero de 2015) que podrían dar indicios y sospechas, junto con eventos que, durante la madrugada del 19 de enero, se “arruinara” la escena del crimen. Esto implica un pisoteo de evidencia y el análisis y levantamiento de rastros de manera irresponsable y con poco cuidado, lo cual potenciaría la hipótesis de una intencionalidad en los hechos.
Para el fiscal Taiano, todo ocurrió en un momento bastante particular en el que se llevaba a cabo una “guerra de espías” de diversos bandos enfrentados. Incluso, las autoridades sostienen que hubo varias llamadas entre celulares de agentes de inteligencia la mañana del domingo 18, momento en que aún se desconocía la muerte de Nisman. Además, precisaron que hubo dos grupos que actuaron en paralelo y se manejaron en torno a dos jefes muy enfrentados entre sí: Antonio “Jaime” Stiuso y Fernando Pocino.
El hecho que genera (y generó) mayor indicios de sospecha, fue que el fiscal murió sólo cuatro días después de denunciar públicamente a la por entonces Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, por haber firmado el pacto con Irán. Según él, la ex mandataria había intentado buscar la impunidad de los acusados del ataque a la AMIA.
Actualmente, la causa que investiga el caso Nisman está bajo la órbita del fiscal federal Eduardo Taiano, a quien se le delegó la investigación por orden del juez Julián Ercolini. A su vez, existe un procesado como partícipe, que fue tapa de todos los diarios, revistas y portales de aquel entonces: el técnico informático Diego Lagomarsino. En su momento, había declarado que Nisman le pidió un arma y él se la llevó, También fueron procesados cuatro policías que eran custodios del fiscal
Los detalles de la escena del crimen
Según el peritaje y posterior informe de Gendarmería Nacional, el fiscal fue asesinado por dos personas, al menos, que lograron reducirlo a partir del uso de ketamina, un anestésico “disociativo”. Sostienen que una persona lo sostenía mientras el otro le disparaba. La hipótesis surge a partir de la posición del cuerpo de Nisman, la ubicación de las gotas de sangre y los rastros de droga que fueron detectados en su organismo. Para los investigadores, el “suicidio simulado” necesita de la presencia de un arma que esté en la escena y a disposición.
Fue por esta cuestión, entre otras, que el expediente en el que se investiga puntualmente sobre si la escena del crimen fue arruinada o no, terminó por reactivarse. Lo que intentan determinar las autoridades es qué rol cumplieron el casi medio centenar de personas que entraron en el departamento del fiscal, incluyendo funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner. También la presencia de trabajadores judiciales, policías y peritos.
Figuran imputados de manera formal el ex secretario de Seguridad Sergio Berni y su colaborador Darío Ruiz, además del exjefe de la Policía Federal, Román Di Santo y el ex titular de la Prefectura Naval, Luis Heiler. A todos ellos se los acusa de no haber conservado la escena del crimen en la que fue encontrado muerto el fiscal.