Las versiones chinas del polémico ChatGPT tendrán que ajustarse a los “valores centrales del socialismo chino”, de acuerdo con una indicación presentada para su promulgación ante las autoridades del Partido Comunista, que convierte al gigante asiático en el primer país con una legislación para tratar de regular la IA.
La información fue publicada el miércoles por ‘The New York Times’, en un artículo que reporta la nueva política china en torno al uso de los agentes conversacionales y explora las formas en las que podría ponerse en práctica esa política.
Se trata de un esfuerzo por evitar deslices que ya se vivieron en el pasado, como los que obligaron al retiro de la versión china del ChatGTP, ChatYuan, luego de que se refiriera a la invasión a Ucrania como “guerra de agresión rusa”, en lugar de “operación militar especial”, la designación oficial de Moscú con la que Beijing ha comulgado.
En esa oportunidad el ChatYuan también afirmó que la economía china estaba “en mal estado”, otra de las razones para el aborto del agente conversacional chino.
Domesticando el aluvión comunicacional
Pero mientras los gigantes de la industria de la tecnología, encabezados por Elon Musk, piden una pausa temporal en el desarrollo de la IA, para sopesar con más cuidado las consecuencias de su uso, China intenta tener el control de ese uso.
“Como en todos los países, los líderes chinos han entendido que esta tecnología podría tener un profundo impacto en la sociedad”, asegura Guangyu Qiao-Franco, especialista en tecnologías emergentes en China de la Universidad de Radboud (Países Bajos), consultado por ‘The New York Times’ en su artículo.
¿Cuáles son los valores del socialismo chino?
La nueva política ordena a los desarrolladores chinos que se aseguren de que los algoritmos de las versiones locales del ChatGPT eviten contenidos discriminatorios, protejan la privacidad de los usuarios y se cuiden de no propagar bulos e información no verificada, todo ello según el diario ‘South China Morning Post’. Nada muy distinto a lo que impondría cualquier Gobierno del mundo a esta novedosa tecnología.
La gran diferencia está en el artículo 4 del nuevo reglamento, según el cual la IA debe respetar “los valores fundamentales del socialismo chino”.
Principios como democracia, prosperidad, igualdad, justicia, patriotismo, sentido del deber y apego al trabajo son lo suficientemente amplios y ambiguos como para convertirse en un “concepto paraguas que le permite al régimen cierta flexibilidad en cuanto a lo que está autorizado o no”, de acuerdo con Xin Sun, especialista en la política económica e industrial de China.
Una camisa de fuerza suficientemente versátil como para ajustarse a cualquier situación sobrevenida en una tecnología que evoluciona rápidamente y de formas insospechadas.