En una sentencia pionera, la Corte Constitucional del país reconoció que el desplazamiento forzado interno no solo lo produce el conflicto armado; sino que también puede ser por causas ambientales. Instó al Congreso a crear una ley que, de hecho, ya discuten los legisladores desde 2023.
El clima provoca desplazamientos forzados. Aunque es una afirmación que la ciencia ha afirmado, muy pocos países han incorporado estos conceptos en sus políticas nacionales y Colombia intenta hacerlo.
Al menos, ya hay una sentencia judicial que insta al Congreso a crear una ley en ese sentido. El 16 de abril de 2024, la Corte Constitucional reconoció que las víctimas de desplazamiento también podrían ser por causas ambientales, como desastres naturales o hechos provocados por la crisis climática, tal como el aumento del nivel de los mares o la degradación de los suelos.
“El desplazamiento por factores ambientales, al igual que el generado por el conflicto armado, amenaza y compromete de manera compleja el ejercicio de los derechos de las personas, y es una situación que también debe ser enfrentada por el Estado con prontitud”, señaló la Corte en la Sentencia T-123.
El reconocimiento no es menor en el cuarto país del mundo con más desplazados internos, según el más reciente reporte del Consejo Noruego de Refugiados y el Internal Displacement Monitoring Centre.
Históricamente, la mayoría de los desplazados en el país han abandonado sus hogares por culpa del conflicto armado. De hecho, el Registro Único de Víctimas estima este número en 8,6 millones de personas entre 1985 y abril de 2024. Aunque informes como el del Consejo Noruego muestran que cada vez la tendencia varía más, pues en 2023 el cambio climático fue el mayor factor de desplazamiento en ese país.
El problema es que, a diferencia del conflicto armado, cuando una persona se desplaza por causas ambientales, no es fácil señalar exactamente la razón por la que abandona su hogar porque no siempre es por hechos tan evidentes como una inundación. Muchas otras veces es, por ejemplo, porque la sequía afecta tanto un cultivo que las personas no pueden vivir de él y optan por moverse a la ciudad. Pero ahí, las causas climáticas no suelen estar directamente relacionadas, pues ese desplazamiento se enmarca también en una difícil situación económica.
Ante esto, la Corte enfatizó en que era necesario hablar del “carácter multicausal” para poder entender el desplazamiento de los factores ambientales. Y con ese argumento, le dio la razón a José Noé Mendoza y Ana Librada Niño, quienes desde 2021 demandaron a las autoridades locales y nacionales para que los reconocieran como víctimas de desplazamiento forzado interno en la Ley de Víctimas que tiene el país desde 2011. Pero esta vez, no por el conflicto armado sino por factores ambientales. Ellos fueron afectados por el desbordamiento del río Bojabá en Saravena, Arauca. Y aunque los dos tribunales iniciales negaron su petición por cuestiones de forma, la Corte Constitucional los protegió y les dio la razón.
Además, la Corte señaló que hay un vacío institucional para proteger a las víctimas de desplazamiento por el clima, ya que Colombia no tiene un sistema para registrar a esta clase de personas ni tampoco para atenderlas. Por eso, le pidió al Congreso que cree una ley “que permita dar cumplimiento a las obligaciones constitucionales del Estado frente a las personas que han tenido que desplazarse forzadamente por hechos asociados al cambio climático, a desastres o a la degradación ambiental”.
Ley colombiana para proteger a desplazados por clima está a mitad de camino
Desde un año antes de la sentencia de la Corte Constitucional, el Legislativo colombiano comenzó a discutir una norma que definiría exactamente qué es el desplazamiento forzado por causas climáticas dentro del país y detallaría cómo identificar esos casos.
“El proyecto de ley es un proyecto sencillo que establece un reconocimiento a quienes son desplazados por razones del clima. Además de ese reconocimiento, se pide que se declare una política pública del Gobierno de Colombia para establecer las estrategias para prevenir, mitigar, compensar a las personas y lograr que vuelvan a su vida normal”, señaló a France 24 la representante Julia Miranda, una de las ponentes del proyecto. Ella habló con Marina Colorado, nuestra enviada especial a Miami para cubrir la Semana del Clima.
Por ahora, el proyecto tiene el aval de la Cámara de Representantes y todavía faltan los dos debates en el Senado.
¿Qué es el desplazamiento climático y en qué se diferencia de las migraciones?
El debate que se está dando en Colombia no es nada fácil. Los organismos internacionales no reconocen la condición de desplazado climático, aunque los científicos del Panel Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sí han podido establecer que la crisis del clima aumentará el desplazamiento de personas en el mundo. También han dicho en su quinto reporte que los climas extremos son la vía más directa para la migración.
Pudieron probar, por ejemplo, que hubo migraciones por el clima con las inundaciones que vivió Pakistán en 2010, con las sequías que golpean con fuerza en Sudán desde la década de 1990 y que también la migración puede ocurrir por hechos más crónicos como el aumento del nivel del mar. Esto ya provocó que pobladores abandonaron sus casas en zonas costeras de Alaska y en los estados insulares de Vanuatu y Papúa Nueva Guinea, según los expertos.
El IPCC aclara que la diferencia entre migrantes y desplazados por razones del clima es que los primeros dejan sus hogares de forma permanente o temporal, si es por más de un año. Mientras que los desplazados se van de su residencia por más tiempo y no cruzan las fronteras de su país.
Pero insiste en un punto que también mencionó la Corte colombiana: es difícil determinar cuándo una persona se desplaza por razones climáticas. El IPCC dice que las condiciones ambientales “son una entre las muchas razones por las que las personas migran” y que por ello es complejo categorizar este hecho.
En esa misma línea, advirtió que había muy poca credibilidad de las proyecciones sobre cuántas personas se desplazarían por el cambio climático en el mundo. Aun así, hay estimaciones al respecto.
La más repetida es la del profesor Norman Myers quien, en 2005, dijo que al 2050 podría haber 200 millones de desplazados por el clima. Pero la cifra ha sido criticada por falta de sustento científico.
Sin embargo, los números del Banco Mundial son parecidos. En 2021, la entidad actualizó su informe Groundswell sobre la migración interna por razones climáticas y estimó que, en el peor de los escenarios, podría haber hasta 216 millones de desplazados a 2050. Y en el mejor de los casos, esa cifra caería a 44 millones en todo el mundo.
En lo que sí coinciden el Banco Mundial y el IPCC es en señalar que la migración interna por esos motivos es mayor en las regiones más pobres y más vulnerables al cambio climático. Por ejemplo, el reporte Groundswell advierte que en África subsahariana es donde mayor número de desplazados habrá, con un número que puede variar entre 85 y 17 millones de personas, dependiendo del escenario.
En Asia, el más golpeado es Bangladesh, con “19,9 millones de migrantes internos por motivos climáticos hacia 2050”. Lo que significa casi la mitad de dichos migrantes previstos para toda la región de Asia del Sur. Mientras que para América Latina, las estimaciones oscilan entre 17,1 millones y 2,2 millones de desplazados.
Aun así, el Banco Mundial reconoce que las cifras no son estáticas porque pueden cambiar a medida que los climas se vuelven más extremos y por lo difícil que es determinar cuándo se trata de un desplazamiento climático.
Por María Clara Calle Aguirre-France 24