Desde los abrazos hasta el diálogo y la gobernanza dirigida por los alumnos, las escuelas danesas están adoptando un enfoque múltiple para hacer frente a la lacra del acoso escolar. Hablamos con profesores, alumnos y padres que intentan cambiar las cosas.
La Sluseholmen Skole de Copenhague es una de las muchas escuelas danesas donde se enseña a los niños desde pequeños a evitar el acoso escolar, que aquí causa menos daño que en el resto de Europa.
La meditación y los mimos forman parte de la rutina matinal de los alumnos de primaria de la Sluseholmen Skole. Para la profesora Maja Hindsgaul, el bienestar es clave para el aprendizaje.
“Soy la persona con la que pueden hablar si algo les resulta difícil. Y en realidad hablo mucho de quién soy y de lo que me gusta, y de que no pasa nada si les gusta abrazarse. A mí también me gusta”, explica a Euronews.
“Por supuesto, tienen que aprender a leer y escribir y cosas así, pero pueden hacerlo si se sienten seguros. Mi misión es que se sientan seguros para que puedan desarrollar habilidades sociales en la escuela”.
Aprender a convivir forma parte de la enseñanza.
“Siempre intentamos que los niños trabajen juntos en distintos tipos de grupos, entre sexos y no siempre con los mejores amigos”, explica la profesora Louise Ibsen. “También están practicando habilidades sociales para saber cómo comunicarse y también cómo comprometerse con ideas diferentes”.
Estos métodos son sólo algunos ejemplos de los programas que se utilizan en muchas escuelas danesas para prevenir el acoso, ya desde la escuela primaria. Y los niños son muy receptivos.
“Todos se respetan”, dice la alumna Polly Schlüter Bingestam. “Los amigos te ayudan si te acosan, porque los amigos les detienen y llaman a un profesor”.
Fatemeh Shahmarvand es madre y forma parte del consejo escolar. Esto permite a los padres participar en las decisiones relativas a los programas escolares, lo que desempeña un papel clave en la prevención del acoso, dice Fatemeh.
“Creo que lo más importante es que si sientes que tus hijos se sienten mal, te lo tomes en serio e intentes averiguar qué puede estar mal, que los padres hablemos con nuestros hijos y encontremos la manera de hacerles un poco más fuertes para que aprendan a enfrentarse a la adversidad”, explica a Euronews.
“Es más difícil ser adolescente”: el impacto de Internet y los encierros de COVID
Dinamarca, junto con Suecia y Finlandia, tiene uno de los índices más bajos de acoso escolar de Europa. Sin embargo, un centro de llamadas gestionado por la ONG danesa de defensa de los derechos del niño Børns Vilkår ha visto aumentar el número de llamadas relacionadas con el acoso, así como las ideas suicidas, en particular entre los adolescentes.
“Todos los grupos de edad llaman por el acoso, pero parece ser un problema especial, digamos, entre los 10 y los 15 años”, revela Rasmus Kjeldahl, director general de Børns Vilkår. “Y es ahí donde es extremadamente importante para un niño pertenecer a un grupo. El acto de acoso es la expulsión del grupo”.
“La dimensión digital lo ha empeorado, porque el acoso no cesa al salir del colegio”, añadió.
Helle Hansen es investigadora sobre educación y acoso escolar. Es una de las expertas que diseñó los programas antiacoso introducidos en las escuelas de Dinamarca hace 15 años.
Esos programas han tenido éxito, pero deben reinventarse, dice, a la luz de las nuevas realidades.
“Es más difícil ser adolescente. Teníamos el encierro. Teníamos la COVID. Estás más solo. En general, el bienestar está en entredicho. Los jóvenes, o los niños que sufren acoso, necesitan algo. Necesitan entender el significado de estar aquí y formar parte de ello”.
“Si no les entendemos, se encuentran con el sinsentido. Y la falta de sentido es una de las razones por las que empiezan a acosarse unos a otros”.
La importancia de la comunicación y la gobernanza dirigida por los alumnos
Entender a los adolescentes es, por supuesto, una cuestión que incumbe al director del instituto Greve Gymnasium, cerca de Copenhague. Como en muchos centros daneses, en su página web hay una carta contra el acoso escolar.
Más que las sanciones, lo que más importa es la dinámica de grupo y el diálogo con los alumnos. Éstos tienen voz y voto en la estrategia antiacoso, como en todas las normas que rigen la vida escolar.
“Intentamos acercarnos a los alumnos de muchas maneras y debatir sobre la enseñanza, los principios pedagógicos, lo que hacen en los recreos, lo que hacen en su tiempo libre y, por supuesto, cómo interactúan en las redes sociales. También damos clases sobre eso”, explica Mette Trangbæk, directora de la escuela Greve Gymnasium.
“Es muy importante que nos atrevamos a acercarnos a ellos y nos atrevamos a facilitarles la vida, no sólo la vida en el aula, sino también la vida en su tiempo libre”.
De esa confianza pudimos ser testigos en una clase de matemáticas de último curso. Un grupo de alumnos decidió salir del aula para hablarnos del acoso escolar, con la aprobación de su profesor.
“Soy una autoridad en mi campo en matemáticas e historia. Pero no soy una autoridad sobre lo que debéis hacer o pensar. Eso es responsabilidad”, dijo a sus alumnos la profesora de Matemáticas e Historia Sanne Yde Schmidt.
“Creo que gran parte del acoso proviene de jerarquías que no funcionan. Y entonces la gente intenta hacerse con el poder intimidando a otra persona. Y si no necesitas tomar el poder porque tienes el poder de tu propia vida desde el principio, entonces esa es otra situación”.
“Aprendemos desde pequeños a tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Eso está muy arraigado en la forma en que nos enseñan”, afirma la estudiante Lucija Mikic.
Su compañera Xenia Marie Biehl Wilkens está de acuerdo: “Dinamarca es un buen país para dar la sensación de que somos personas, individuos, que se nos escucha y se nos ve”.
“Eres tu propia persona, pero como parte de una comunidad. Estamos separados pero juntos”, concluyó la profesora de Matemáticas e Historia Sanne Yde Schmidt.
Por Valérie Gauriat-EN