Ludwig Gisch y María Rosa Mayer Muños vivieron durante un largo tiempo en un edificio del barrio porteño de Belgrano. Sin embargo, pocos los recuerdan
El caso de la pareja de espías ilegales rusos con pasaporte argentino arrestados por la policía de Eslovenia en diciembre del año pasado sacó de la rutina al barrio porteño de Belgrano, donde vivieron con sus dos hijos pequeños en un departamento de la calle O’Higgins al 2100, esquina Mendoza, en plena Ciudad de Buenos Aires.
María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch tenían pasaportes argentinos y llevaban, en apariencia, una vida común y corriente en el 9° piso alquilado de un edificio con 25 pisos de 6 departamentos cada uno. Sin embargo, la pareja no resultó ser nada de lo que aparentaba. Tras su reciente detención, se supo por intermedio de la ministra eslovena de Relaciones Exteriores, Tanja Fajon, que en realidad los dos eran rusos que integraban el SVR, el Servicio de Inteligencia Exterior de ese país, para quien operaban como cuerpo de élite asignados por el régimen de Vladimir Putin a diversas tareas de espionaje.
El portero de la calle O’Higgins no podía creer que aquellos vecinos estuvieran involucrados en lo que podría ser una serie de espionaje, pero en la vida real. De María Rosa Mayer Muños recuerda su ir y venir constante, casi como si no viviese en el lugar. Siempre con un saludo corto y a distancia “sin llamar la atención”. Una relación de gestos más que de palabras. Él trabaja en la portería del edificio -ubicado a pocas cuadras de la estación de Belgrano del Tren Mitre que conecta a Retiro con Tigre- desde hace ya algunos años. Al esposo de Mayer Muños no lo recuerda. Tampoco a los dos hijos de la pareja -una niña y un niño- nacidos en junio de 2013 y agosto de 2015 en Buenos Aires y por lo tanto ciudadanos argentinos. “Los mandarían al colegio de acá cerquita”, estimó.
O’Higgins 2191, en el barrio de Belgrano, donde vivieron los espías rusos con pasaportes argentinos antes de ser detenidos en Eslovenia.
La que sí tiene presente a Ludwig Gisch es la kiosquera de al lado del edificio, quien pudo rememorar con precisión lo que solían comprar en su local: “Él fumaba unos cigarrillos Parliament; ella unos L&M rojos”. En el “Café Sur” de enfrente del edificio la moza lee la noticia y se ríe casi nerviosamente. No se acuerda de de las caras de ninguno de los dos, pero aclara que: “Este es un barrio donde ves muchos rusos pasar, sólo que ninguno finge no serlo”. Los espías suelen tener que disimular algunas cosas.
Por la calle angosta circulan autos apretados y motos que entre resquicios se cuelan con dirección a Juramento. La ciudad se asoma al inicio del otoño. Por las dos veredas caminan madres y padres que acompañan y escuchan a sus hijos recién salidos de la “Escuela Normal Superior 10 Juan Bautista Alberdi”, a dos cuadras del hogar de quienes fueron detenidos y aún se mantienen sin hacer declaraciones en el viejo continente. Mientras tanto el ruido de las bocinas se mezcla con los golpes de los martillos en el edificio en construcción frente a O’Higgins 2191, donde vivieron los ahora detenidos en Ljubljana, la capital de Eslovenia.
Los vecinos del 9° piso tampoco se acuerdan de la pareja nacionalizada argentina. Según los datos que figuran en los pasaportes –Mayer Muños nació en Grecia y Gisch en Namibia, los dos en en 1984. A uno de ellos le sorprende -y le entusiasma- el giro de la historia hacia el mundo siempre misterioso del espionaje pero “no que haya rusos en el edificio, porque acá ya viven tres o cuatro familias de esa nacionalidad”.
Documentos eslovenos en el que los detenidos acusados de ser espías rusos volcaron su dirección en Argentina y sus números de pasaporte
Al lado del edificio, casi en la esquina de la calle Mendoza, el dueño de la quesería “Del Virrey” confirma que de un tiempo a esta parte “la cantidad de rusos que ves por acá es impresionante”. Ni él ni su empleado varios años más joven pueden creer que fueron vecinos de dos espías rusos detenidos en la lejana Eslovenia. En aquel país remoto Gisch había armado una start up de tecnología llamada DSM&IT que se dedicaba a proveer software para organizar las casillas de correo de sus clientes. En cambio Mayer Muños tenía una galería de arte virtual llamada Art Gallery 5´14. En los documentos oficiales eslovenos de la constitución de la sociedad de la galería de arte a los que accedió Infobae, se leen datos que vinculan a los detenidos con Argentina. Allí figura el domicilio de ambos en O´Higgins 2191 y además el número de pasaporte de ambos. El de la mujer es el AAD423455 y el del hombre es el AAA400440.
Gisch, Mayer Muños y sus dos hijos pequeños se fueron de la Argentina el 5 de marzo de 2022 en un vuelo de la compañía Lufthansa con destino a Alemania, escala previa a su llegada a Eslovenia, donde se cree que arribaron por ser una nación con un entorno de contrainteligencia más débil en comparación con muchas otras naciones europeas. Además ese país forma parte de la zona euro que integra la zona de libre circulación Schengen, situación que la pareja habría aprovechado para viajar por Europa sin ningún tipo de control fronterizo. A miles de kilómetros de distancia de Belgrano el barrio en el que vivieron cuando caminaban sin problemas por las calles de Buenos Aires.
Por Tomás Martino -Infobae