Un Tribunal Oral concedió el arresto domiciliario por la pandemia de coronavirus al ex médico de la Armada, Carlos Capdevila, condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA durante la dictadura militar.
La decisión fue del Tribunal Oral Federal 5, con la firma del juez Daniel Obligado, y basada en que Capdevila fue incluido en el listado de presos de grupos de riesgo, informaron fuentes judiciales.
El represor había pedido la libertad condicional o de manera subsidiaria la prisión domiciliaria.
El juez Obligado rechazó concederle la libertad porque entendió que “no se encuentran dadas las condiciones para la reinserción social del condenado Carlos Capdevila”.
Sin embargo el magistrado otorgó la prisión domiciliaria en un domicilio de Córdoba capital por sus “circunstancias particulares” vinculadas a su edad y estado de salud ante la pandemia.
El ex médico de la Armada está preso condenado en al menos tres causas por delitos de lesa humanidad cometidos en ese centro clandestino de detención y cumple su pena en la cárcel de Ezeiza.
En la resolución que concede el arresto domiciliario, el juez evaluó que el represor está por cumplir 70 años y tiene “hipertensión arterial, cáncer de próstata y dificultades motrices”, explicaron fuentes judiciales.
La solicitud de prisión domiciliaria había sido rechazada por el fiscal Leonardo Filippini.
Capdevila intervenía en los partos de secuestradas en la maternidad clandestina que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Desde la agrupación H.I.J.O.S llamaron a estar “alertas”ante fallos como el que benefició a Capdevila y señalaron,a través de la red social Twitter, que “el informe psicológico dice que el genocida ´no expresó ideas reparatorias ni actitud empática con las víctimas de sus delitos´”.
“¿Qué hacía Capdevila en la ESMA? Como médico, participó en el robo de bebés y se encargaba de ver cuánto más podían seguir torturando a las víctimas”, sostuvieron; al tiempo que enfatizaron que “el único lugar para los genocidas es la cárcel común”.