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Condenaron a 12 años de prisión a dos de los acusados por el homicidio de Napy Ferreyra y absolvieron a los otros dos

Esta mañana se dictó la sentencia para los cuatro jóvenes imputados por el crimen de David “Napy” Ferreyra ocurrido hace 2 años en Campo Viera. Dos de los acusados recibieron 12 años de prisión, mientras los otros dos fueron absueltos por el beneficio de la duda.

Pablo Daniel Espíndola (21) y Darío Alejandro Pío (23) fueron considerados coautores del delito de homicidio de Napy Ferreyra y recibieron 12 años de prisión, mientras que para Laura Batista (24) y su pareja, Mario Alejandro Becker (20), se dictó la absolución e inmediata libertad por el beneficio de la duda. Los ahora absueltos estaban acusados de ser partícipes secundarios del asesinato.

La trama de la muerte de Napy es compleja; los acusados son una joven de 23 años apodada como “Chuky”, quien era pareja de otro conocido con el alias de “Pinky”, de 20, además de otros dos jóvenes de 21 y 23 años. Napy tenía 20 y murió camino al Hospital de Oberá, producto de una puñalada que le perforó el hígado y el pulmón.

Los acusados estaban imputados por los delitos de “homicidio simple”, “homicidio simple en calidad de partícipe primario” y “homicidio simple en calidad de partícipe secundario”.

El viernes, en su alegato, la Fiscalía pidió condenar a 15 años de prisión a Pablo Espíndola, quien reconoció que había apuñalado a Napy; 13 años para Darío Pio, cuñado de la víctima; y 6 años para Laura Batista y Alexandro Becker, dueños de la casa donde se originó la pelea, manteniendo así la imputación para todos, por la que llevaban dos años en prisión.

Por su parte, los defensores particulares de Becker y Batista, los abogados José Padolski y Beatriz Beltrame, y el abogado Uriel Olivera, defensor oficial de Pio, solicitaron la absolución, en el caso del último por el beneficio de la duda.

“O me matan o me muero”

En tanto, el abogado José Bridier, defensor de Pablo Espíndola, el joven que reconoció ser el autor de la puñalada, calificó al alegato de la fiscal como “relato fantasioso”. Argumentó y cuestionó la actitud de la víctima haciendo referencias a cuestiones sociológicas y culturales. “Hay que estar en esos lugares, y observar cuales son los códigos», y añadió que “Ferreyra quería matar o morir; atacó con un cuchillo y en ese momento fue atacado él. Napy comenzó todo, él era violento y siempre estaba en problemas, era una persona difícil”.

Bridier sostuvo que su cliente actuó en legítima defensa y pidió una pena mínima por exceso en su acción. Los restantes defensores insistieron en la absolución. En el caso de Becker y Batista, expusieron que no atacaron, no estuvieron en la escena del crimen y mucho menos lo generaron