El otrora peluquero de los famosos en la década de los 90 habría creado empresas paralelas, a las que les transfería bienes aunque, en los papeles, no tenía ningún tipo de responsabilidad sobre ellas.
En un juicio abreviado, y luego de aceptar su culpabilidad, la Justicia condenó este miércoles a tres años de prisión al peluquero Roberto Giordano por “insolvencia fiscal fraudulenta”, es decir, por esconder bienes para que no queden sujetos a embargos.
La sentencia fue dictada por el juez en lo Penal Económico Jorge Zabala, en una causa que se inició hace una década tras una investigación de la entonces Dirección General Impositiva (DGI), en la actualidad Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), según detalló el periodista Diego Esteves, del canal América.
“Giordano creó cinco empresas (falsas) y empezó a transferir cada uno de los inmuebles. Comenzó a facturar a través de esas sociedades pantalla una cifra millonaria. Diecisiete propiedades, por lo menos, de USD 2 o USD 3 millones cada una”, contó el periodista.
Según el expediente, al verse acorralado por la AFIP, que investigaba a su peluquería, inscripta bajo la sociedad ASPIL S.A., Giordano habría utilizado testaferros para crear empresas paralelas en las cuales él no tenía ningún tipo de responsabilidad en los papeles, pero que seguía dirigiendo en los hechos. A esas compañías, llamadas Nilamar S.A., Big Brands S.A., Arimis S.R.L. y Unidor S.R.L., entre otras, trasladó personal y, sobre todo, bienes.
El otrora peluquero de los famosos en la década de los 90 vivía “una vida cinco estrellas“, aunque sus negocios estaban “quebrados“, amplió Esteves, lo que por entonces llamó la atención de la Justicia.
En diciembre del 2010 la Justicia Comercial ordenó su quiebra y en 2014 debió afrontar una primera causa por evasión previsional de más de $6.000.000, aunque el peluquero fue sobreseído cuatro años después.
El empresario, de 73 años, está radicado en Uruguay y tiene algunos problemas de salud, que no han sido especificados.