El candidato liberal de la oposición ha obtenido más del 49% de los votos en unas elecciones que han registrado una de las mayores tasas de participación del país, con aproximadamente el 80% de los 44 millones de votantes con derecho a voto acudiendo a las urnas.
Lee Jae Myung fue elegido presidente anticipadamente el miércoles, en una victoria que pondría fin a meses de agitación política desencadenada por la sorprendente pero breve imposición de la ley marcial por el ahora destituido presidente conservador Yoon Suk Yeol.
Con más del 99% de los votos escrutados, el candidato liberal de la oposición surcoreana, Jae Myung, obtuvo el 49,3% de los sufragios emitidos en las elecciones anticipadas del martes, mientras que el principal contendiente conservador, Kim Moon Soo, quedó por detrás con el 41,3%.
Según el recuento provisional, casi el 80% de los 44,4 millones de votantes con derecho a voto acudieron a las urnas. Se trata de una de las mayores participaciones en unas elecciones presidenciales en Corea del Sur, lo que refleja el deseo de la población de dejar atrás la agitación política.
Los sondeos preelectorales llevaban tiempo sugiriendo que Lee parecía encaminado a una victoria fácil, aprovechando la profunda frustración de la opinión pública respecto a los conservadores tras la debacle de la ley marcial de Yoon.
Incluso antes de que se declarara formalmente la victoria de Lee, Kim reconoció su derrota, dijo a los periodistas que "aceptaba humildemente la elección del pueblo" y felicitó a Lee.
Lee Jae Myung pronunció un discurso ante sus partidarios en la capital, Seúl, después de que los sondeos a pie de urna pronosticaran su victoria: "El primer deber que me habéis encomendado, superaré la rebelión (en referencia al expresidente Yoon declarando la ley marcial) y me aseguraré de que no haya más golpes de Estadomilitares, en los que el poder confiado por el pueblo nunca se utilice para intimidar a la gente", dijo Jae Myung.
Lee, de 60 años, asumirá el cargo para un mandato de cinco años. El presidente electo salió de la pobreza infantil para convertirse en el político liberal más importante de Corea del Sur. En su campaña se comprometió a luchar contra la pobreza y la corrupción.
No está claro qué significará la elección de Jae Myung para la política exterior de Seúl. El nuevo líder ha sido acusado por sus críticos de inclinarse hacia China y Corea del Norte, y distanciarse de Estados Unidos y Japón. Sin embargo, el presidente electo ha subrayado que la alianza de Corea del Sur con EE.UU. seguirá siendo la base de la política exterior.
Los retos exteriores más formidables a los que se enfrenta Jae Myung son la política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump y el avance del programa nuclear de Piongyang. Sin embargo, los expertos han indicado anteriormente que, independientemente de quién asuma la presidencia, sigue siendo poco probable conseguir grandes avances a favor de Seúl en estos asuntos.
Ha prometido aplicar una diplomacia pragmática en su política exterior, desarrollar el pacto con Estados Unidos y consolidar una alianza trilateral Seúl-Washington-Tokio, una postura que no difiere mucho de la mantenida por los conservadores surcoreanos.
Jae Myung también dijo que trabajará para mejorar los lazos con Corea del Norte, pero reconoció que sería "muy difícil" celebrar una cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un en un futuro próximo, lo que indica que probablemente no se tomarán medidas drásticas para mejorar los lazos con sus vecinos de la península coreana.
Lee Jae Myung, que ocupó los cargos de gobernador de la provincia de Gyeonggi y fue alcalde de la ciudad de Seongnam, ha sido una figura polémica en la arena política durante muchos años.
Antiguo niño trabajador, conocido por su inspiradora historia de "pobreza y riqueza", se dio a conocer criticando duramente a la clase dirigente conservadora del país y abogando por una Corea del Sur más proactiva en su política exterior.
Esta retórica ha forjado su reputación de reformador capaz de introducir cambios significativos para abordar las arraigadas desigualdades económicas y la corrupción del país. Sus críticos lo ven como un populista peligroso que se apoya en la división política y se retracta de sus promesas con demasiada facilidad.
Por Malek Fouda-Euronews