Misiones Para Todos

Crece la bronca popular, cruje el Gobierno de Milei

Con la economía como un iceberg y el oficialismo celebrando a bordo del Titanic

Otra vez se oye hablar de grandeza

(Ana, no llores)
El tendero nos fiará.
Otra vez se oye hablar del honor
(Ana, no llores)
No podremos comer ya.
Otra vez se oye hablar de victorias
(Ana, no llores)
A mí no me tendrán.
Ya desfila el ejército que marcha
(Ana, no llores)
Ya desertarán.

General, tu tanque es más fuerte que un coche.
Arrasa un bosque y aplasta a cien hombres.
Pero tiene un defecto:
necesita un conductor.

General, tu bombardero es poderoso.
Vuela más rápido que la tormenta y carga más que un elefante.
Pero tiene un defecto:
necesita un piloto.
 

General, el hombre es muy útil.
Puede volar y puede matar.
Pero tiene un defecto:
puede pensar
.

Bertolt Brecht

La era está pariendo un corazón

Los seres humanos que vivimos este momento de la Historia estamos asistiendo a cambios radicales, ya no solo en el campo de una innovación tecnológica que – con mayor impacto en el Norte Global – ha creado las condiciones para una nueva longevidad o para la colonización de Marte, sino fundamentalmente en el de la gobernanza mundial. Durante buena parte del siglo pasado hubiera resultado impensable que la Ruta de la Seda (*) prevaleciera sobre el Consenso de Washington (**), o el crepúsculo del dólar frente al alba de otras monedas. Sin embargo, estamos siendo testigos cotidianos de hechos semejantes. En los últimos días, el economista argentino Jorge Elbaum justamente señalaba: “La desesperación por la pérdida de un sitial privilegiado y los peligros de una potencial alianza del Sur Global junto con los BRICS+ – que prescinda o se desacople de Washington – quizás explique el nerviosismo y la improvisación que llevó a los funcionarios estadounidenses a arancelar con un diez por ciento los productos de las Islas Heard y McDonald, un territorio cercano a la Antártida, solo habitado por pingüinos. Algo puede fallar”.

Pero al desafuero de los de arriba, que llegan a este presente detentando una concentración económica sin precedentes, también le corresponde la furia cada vez más desatada y creativa de los de abajo.

Sin ir más lejos, el fondo de defensa de Luigi Mangione, acusado en EEUU por haber eliminado con un arma impresa en 3D a Brian Thompson, directivo de una empresa de salud, ha roto el récord de recaudaciones con más de 500.000 dólares, superando expectativas, con contribuciones provenientes de diversas partes del Gran País del Norte, mientras su caso judicial sigue generando debate público y político en torno a la pena de muerte.

A propósito de ello, a fines del pasado año la influyente periodista norteamericana Caitlin Johnstone publicó en su portal la siguiente opinión: “Nuestras leyes y fuerzas policiales existen, ante todo, para proteger estos sistemas abusivos. No están ahí para protegernos a nosotros, sino para proteger a nuestros abusadores. Están ahí para asegurarse de que lo que le pasó a Brian Thompson ocurra con la menor frecuencia posible y que personas como él puedan abusar de personas como tú y como yo con total impunidad”. 

Y, a su turno, el multimillonario Peter Thiel hace poco tuvo un momento fascinante en televisión cuando Piers Morgan le preguntó qué opinaba sobre que mucha gente esté convirtiendo en héroe a aquel hombre sospechoso de asesinar al CEO Thompson. La forma en que titubeó y tartamudeó al intentar responder a la pregunta da mucha información sobre lo aterrados que están los verdaderos villanos de la Historia ante la posibilidad de que buena parte de la sociedad más temprano que tarde se les vuelva en contra.

Como si no bastara con el ejemplo anterior, la resistencia contra Elon Musk ha abandonado el mundo virtual y ganado las calles. Activistas han bloqueado concesionarias de Tesla, intervenido con grafitis y organizado movilizaciones donde autos de Tesla en llamas se han vuelto parte del paisaje viral. Ese movimiento, bautizado como Tesla Takedown, refleja el creciente descontento hacia la influencia de Musk en la política y su asociación con la administración del presidente Donald Trump.

Si hay alguien que sabe estar en boca de todos es justamente el hombre más rico del planeta. El magnate sudafricano, actual CEO de Tesla, SpaceX y propietario de la plataforma X (antes Twitter) ha construido un imperio tecnológico que se extiende desde la industria automotriz hasta la aeroespacial. Pero no solo es eso, el empresario también tiene gran incidencia en el ámbito ideológico. Construcciones discursivas como el llamado “virus del wokismo”, término que se ha puesto de moda últimamente entre la derecha internacional, demuestran que su posicionamiento posee además un valor simbólico, influyendo en lo que se discute, se legitima o se cancela en el debate público contemporáneo. 

Así, su figura ya no solo se asocia con la innovación, sino también con la política y el control de la información. Su creciente involucramiento en el espacio público, como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental bajo el gobierno de Trump, ha generado preocupación y reacciones adversas entre algunos sectores de la sociedad. La indignación se centra en que el DOGE es una entidad creada con el objetivo de reducir gastos federales y rastrear casos de fraude, por lo que muchos consideran que esta concentración de poder en manos de un empresario multimillonario es preocupante y puede socavar la lógica democrática.

Hace solo unos días, en el marco de una manifestación bajo la consigna de Tesla Takedown, pancartas con frases como “Trump is a nice vicepresident” (Trump es un buen vicepresidente) o “Burn a Tesla, save democracy” (Quema un Tesla, salva la democracia) demuestran que el dueño de X ya no es solo un empresario, sino un actor clave en la política mundial. 

Y, como oportunamente lo aventurara el Che en su discurso del 12 de diciembre de 1964 ante la ONU, “esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado (…), esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos, los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a que los sometieron”.

Argentina en modo crisálida

En la política de cabotaje, La Libertad Avanza como un pac man contra el PRO.

Por su parte, Karina Milei se cobró su venganza por el escarnio público que los trolls de Santiago Caputo – tercera pata del llamado Triángulo de Hierro, junto al Primer Mandatario y su hermana – ejercieron sobre el economista Demian Reidel, por su desafortunada frase “el problema de Argentina son los argentinos”.

El directorio de Nucleoeléctrica Argentina (NASA) reunido en asamblea designó a Reidel como nuevo presidente. Con esto, el jefe de asesores de Javier Milei, se queda con el control total del área nuclear argentina, un importante espacio de poder que logró sustraer al manejo del hasta ahora todopoderoso Caputo. 

En la vereda de enfrente, tras el decreto del gobernador Axel Kicillof que desdobla la elección bonaerense de la pulseada nacional, el peronismo intenta a contra reloj preservar la unidad en Unión por la Patria. En el último tramo de su anuncio, el mandatario buscó hacer un llamado a la concordia en el movimiento, pese a que la decisión adoptada tensa al máximo su relación con Cristina Kirchner

Por el momento, la medida deKicillof generó gran crispación dentro del peronismo, especialmente en el seno del kirchnerismo, que sostiene que el gobernador rompió el espacio con su jugada. En el medio, sobrevuela una posible candidatura dela Presidenta del PJa diputada provincial por la Tercera Sección Electoral, lo cual agrava la disyuntiva en curso en torno a la unidad o división en las listas, circunstancia que escala en un momento en que el Presidente de la Nación, ve jaqueada su gestión por múltiples flancos. De hecho, acaba de aprobarse la creación de una Comisión Investigadora del Affaire de la Criptomoneda Libra. Cabe destacar que, en las últimas horas, el equipo legal de Argentina Humana – que encabeza Juan Grabois – logró levantar el secreto fiscal de Milei y su hermana Karina. 

Pero a pesar de la debilidad oficialista, el daño perpetrado está yendo demasiado lejos: En La Pampa, la docente Ana Contreras fue multada con casi un millón de pesos y sancionada penalmente por abordar en el aula saberes sobre Derechos Humanos y Terrorismo de Estado en Argentina, que derivaron en una discusión sobre la ocupación israelí trabajada desde el marco del derecho internacional humanitario. Y, en otro orden de cosas, en las próximas 2 semanas llamarán a concurso para vender (no concesionar) las grandes centrales hidroeléctricas de Neuquén (Alicurá, Chocón, Cerros Colorados, y Piedra del Águila)

Por otra parte, mientras aguardan un primer desembolso de alrededor de 12.000 millones de dólares en concepto de asistencia del FMI, el Banco Central – al filo del colapso – renovó los 5.000 millones de dólares activados del swap con China, fondos que estarán disponibles hasta mediados de 2026. El INDEC acaba de anunciar una inflación del 3.7%, ahora seguida de una devaluación que bien puede significar un avance de Sturzenegger sobre Luis “Toto” Caputo, quien, tras anunciar el fin del cepo cambiario en base a un esquema de dólar flotante entre 1000 y 1400$, manifestó que, a diferencia de la convertibilidad, estamos en una situación de “extrema robustez”, “somos uno de los países en mejores condiciones para afrontar cualquier shock externo”, y avanzamos resueltamente hacia una situación que nos permitirá “crecer a tasas chinas”. Todo lo cual luego fue reforzado por el Primer Mandatario con optimismo digno de mejor causa. No obstante, los analistas aventuran un importante impacto sobre los precios.

Sujetos a semejantes vaivenes económicos, los libertarianos volvieron a ser testigos de cómo sigue creciendo la solidaridad popular con el sector pasivo, y acusaron recibo del tercer paro nacional contra su gestión, cuyo cumplimiento procuraron minimizar merced a la defección de los colectiveros, que – desconociendo la afligente situación de la mayor parte de la sociedad – se acogieron a un supuesto respeto a la conciliación obligatoria del sector. A propósito de ello, en las redes sociales circuló profusamente la foto del hijo de Roberto Fernández, Secretario General de la Unión Tranviarios Automotor (quien trabaja en el gobierno porteño), abrazado con la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, cuya campaña milita. No obstante, sí se hizo sentir la ausencia del transporte ferroviario, subterráneo y aéreo, además de la atención bancaria, la gastronomía, la educación, la recolección de residuos, el correo postal, la administración pública, la actividad portuaria, y el transporte de cargas. La respuesta del gobierno anarco – capitalista, con su implacable protocolo anti piquete observado por la Justicia, ha sido difundir mensajes alarmistas a través de las pantallas de las estaciones ferroviarias, tales como “Los sindicalistas no te dejan trabajar” o “Atentado a la República”, más propios de un patriarca totalitario cercado por la adversidad (y digno de Gabriel García Márquez) que de una gestión exitosa. Es más, según estimación del Observatorio de la UADE, el impacto en la economía de este cese de actividades sería de unos 208.497 millones de pesos, lo que equivale a unos 194 millones de dólares. Pese al alto acatamiento de la medida de fuerza, muchos dirigentes gremiales se manifestaron partidarios de que el gesto implique la reactivación de un plan de lucha capaz de poner freno al genocidio social llevado a cabo por el gobierno. Con los sectores dialoguistas, en minoría, la idea que – por fin – se impone en la central obrera es la de que “a este Gobierno no hay que darle respiro”. En tal tesitura,su dirigencia se apresta a debatir sobre la organización de la marcha por el Día del Trabajador y, sobre todo, una propuesta del líder de la CATT, Juan Carlos Schmid, para concretar nuevas medidas de fuerza después del 1° de mayo. 

A ojo de buen cubero, podría convenirse que en Argentina la última política de poder del campo popular ocurrió hacia el año 1973 y se sintetizó en la consigna Luche y Vuelve. Un sobreentendido que por entonces suponía la garantía de mayor bienestar para las grandes mayorías nacionales. Que las expectativas que ello despertó no hayan durado ni 50 días no desmerece aquel empeño, sino que habla – en todo caso – de la virulencia que en la ocasión adquirió la lucha de clases cuando los intereses populares amenazaron con afectar en forma efectiva a los dueños del poder. Tan es así que dicha disputa se trasladó incluso al interior del movimiento nacional.

La sangrienta reingeniería socioeconómica del país perpetrada a partir del 24 de Marzo de 1976 fue el mayor resguardo de sus intereses que los grupos económicos más concentrados fueron capaces de gestar (al menos hasta Milei) 

Todo lo hecho desde aquel momento bajo la vigencia del orden constitucional, en la medida en que nunca desmontó una matriz económica dependiente del Norte Global, se trató de meros parches, ora más conservadores, ora más progresivos. A ese respecto, vale la pena señalar que la consigna “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” – de reaparición cada vez más frecuente en estadios deportivos y movilizaciones -, expresa más un hartazgo que una alternativa. 

Así, el panorama político que ofrece nuestro país – signado por una tremebunda crisis de representación y una insatisfacción democrática que pone en tela de juicio lo deliberativo y favorece a las decisiones autoritarias – exhibe el ocaso de las fuerzas de distinto signo que a partir del Argentinazo de 2001 emergieron para recomponer la gobernabilidad: El kirchnerismo y Juntos por el Cambio.

La supresión de las elecciones primarias, también llamadas PASO – creadas en  2009, tras la aprobación de la Ley N.º 26.571 – ha determinado que las internas de los partidos se resuelvan “por la externa”, ofreciendo en cada distrito (y con particular dramatismo en AMBA) una enorme multiplicidad de opciones, lo cual refleja la inédita fragmentación de la sociedad argentina y la ausencia palmaria de un norte colectivo, lo que también habla sin cortapisas de la calidad de la dirigencia que rige nuestro destino. 

Quienes vivimos una ofensiva estratégica del campo popular – esa instancia en la que, hablando en criollo, el pobrerío “tira toda la carne al asador”, (como ocurrió entre 1955 y 1973) – y sobrevivimos a la consecuente contraofensiva oligárquica de magnitud semejante (1975 – 1983) comprobamos en carne propia que los cuadros de mayor calidad del campo popular germinan cuando los de abajo van para adelante, sin nada que perder y todo por ganar.

Sin embargo, el desencuentro en las filas del movimiento que alguna vez garantizara la Justicia Social, o al menos se acercara bastante a ello,  y la endeblez de otras opciones en danza, determina que no exista en este momento un centro de gravedad donde acumular fuerzas, a lo que se suma un significativo desarme ideológico colectivo que ata a gran parte de nuestra gente a la falsa panacea de que los partidos tradicionales, aún diezmados como se los ve, continúen rehabilitando instancias – por cierto, cada vez más efímeras – de asistencialismo estatal.

Recapitulando, a nuestro pueblo le sobra experiencia y voluntad de lucha, pero carece de un norte que reemplace al último que alguna vez le dio respuesta.

Titánico desafío pues, pero también oportunidad histórica, para que la militancia refunde un horizonte alternativo, recogiendo nuestras mejores tradiciones y programas: Nadie en su sano juicio debería desconocer que la primera medida de cualquier propuesta patriótica debería consistir en desconocer la deuda externa ilegítima y producir un shock distributivo capaz de devolver la humanidad a millones de compatriotas. El resto es puntería fina.

Ante el escenario analizado, nunca han sonado tan vigentes como oportunas las estrofas de nuestro poeta Pedro B. Palacios (“Almafuerte”): “Si te postran diez veces, te levantas, otras diez, otras cien, otras quinientas. No han de ser tus caídas tan violentas ni tampoco, por ley, han de ser tantas”. –

(*): La Ruta de la Seda en la actualidad es un proyecto de infraestructura que busca conectar a China con Europa, Medio Oriente, África y América Latina. El proyecto fue lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping. 

(**): El Consenso de Washington es un conjunto de diez prescripciones de política económica consideradas en las décadas de 1980 y 1990 como el paquete de reformas “estándar” promovido para los países en desarrollo afectados por la crisis por las instituciones con sede en Washington, DC: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

Por Jorge Falcone-La Gomera de David