El banco más grande de Estados Unidos se hará cargo del fallido prestamista que tuvo que ser incautado por las autoridades federales. Esta es la tercera entidad financiera que se hunde en el país en menos de dos meses, luego de las quiebras del Silicon Valley Bank y del Signature Bank a inicios de este año.
En las primeras horas de este lunes 1 de mayo, el First Republic Bank fue intervenido por reguladores federales para proteger a sus depositantes y con el ánimo de equilibrar un escenario inestable en el sector bancario estadounidense.
Fue la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), quien informó del embargo, así como del acuerdo de compra que se celebró con JPMorgan Chase, para que este último asuma todos los depósitos y la mayoría de los activos del fallido banco.
El gran líder bancario asumirá 92.000 millones de dólares en depósitos de First Republic y también compró la mayor parte de los activos, incluidos los 173.000 millones de dólares en préstamos y los 30.000 millones de dólares en valores.
Para los directivos del JPMorgan, esta acción de compra es necesaria para dar calma al sector bancario y tranquilizar los mercados, y además aseguraron que tienen la capacidad que se necesita para mediar con la crisis.
Para el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la noticia de la compra es positiva y permite dar paso a un mejor panorama. “El Tesoro se siente alentado por el hecho de que esta institución se resolviera con el menor costo para el Fondo de Seguro de Depósitos, y de forma que se protegiera a todos los depositantes”, publicó la entidad en un comunicado.
¿Cómo llegó el First Republic hasta la quiebra?
El First Republic Bank, con sede en San Francisco, fue una de las entidades que sufrió por el estrés en el sector bancario, que comenzó con el cierre del prestamista suizo Credit Suisse, (más tarde comprado por su rival UBS) y que parecía haber terminado con el colapso de los bancos estadounidenses Silicon Valley Bank y Signature Bank.
A mediados de marzo, el First Republic ya empezaba a dar muestra de su enfermedad económica cuando el Bank of America informó que alrededor del 70% de los depósitos de la entidad no estaban asegurados, lo que significa que eran más grandes que el límite garantizado de los 250.000 dólares de la FDIC.
En aras de rescatar al prestamista, los reguladores financieros estadounidenses metieron su mano y lograron que 11 bancos inyectaran 30.000 mil millones de dólares para su rescate; pese a esto, el First Republic no pudo detener la hemorragia.
El miércoles 26 de abril, la entidad informó que en el primer trimestre de este año había perdido más de 100.000 millones de dólares en sus depósitos, algo que llevó a sus acciones a caer en picada hasta perder casi un 50% ese mismo día y hasta un 97% para el viernes 28 de abril en las últimas operaciones de Wall Street.
El First Republic se desangró tanto que superó el caso del Silicon Valley Bank, pues este último al momento del cierre contaba con 209.000 millones de dólares en activos, mientras el primero acumulaba 229.100 millones de dólares. El cierre consagró al First Republic como la segunda quiebra más grande en la historia del país.
El panorama en este sector se ha medido por corridas bancarias en las que sus depositantes, por temor a perder su dinero, retiran grandes cantidades de sus depósitos de forma simultánea, basados en rumores de que el banco pueda caer en una posible insolvencia financiera.
En la mayoría de ocasiones, este escenario es producto del pánico y la especulación, en lugar de que exista una verdadera insolvencia de la entidad.
Por Juan Pablo Lucumí-France24 con Reuters y medios locales