Cuando últimamente se la escucha a Cristina Kirchner aparecen varias ideas sobre su persona y su impronta, la primera, la más visible y quizás alevosa, es que por momentos parece la jefa de campaña de Mauricio Macri y la segunda es que de a ratos hace evidente su bronca y desprecio hacia Daniel Scioli.
Los dichos y gestos de Cristina Kirchner, le juegan en contra a Daniel Scioli, y desde la opinión pública se la señala con ironía y suspicacia como la jefa de campaña de Macri.
Cristina Kirchner no para de irrumpir en la campaña para perjuicio del candidato de su propio espacio, Daniel Scioli. A cada intento del gobernador bonaerense por diferenciarse, le correspondió por parte de la presidenta una cadena nacional, un anuncio público o un tuit, que lo dejó mal parado.
Pareciera certificarse de ese modo su desapego por el propio Scioli, y su deseo de que Mauricio Macri gane el balotaje; para poder así volver triunfante, en un escenario irreal, en 2019 ante un país en llamas que clamaría por su regreso.
Muchos sostienen esto y que los "desaciertos" de Cristina no son tal y son para perjudicar a Scioli. Cristina pareciera estar convencida de que millones de argentinos la consideran una líder fundamental y por ende, ante un escenario de caos social que pueda hacer caer al próximo gobierno, la irán a buscar para volver a conducir los destinos del país.
De ese modo también, se ven reforzadas las sospechas que pesan sobre las especulaciones que habría elucubrado con el fin de perpetuarse en el poder, pues más allá de quién gane, ambos candidatos resultarían funcionales a sus planes, estando ella dirigiendo desde bambalinas a uno, o agazapada al frente, esperando para saltarle a escena al otro, cuando así las circunstancias “lo demanden”.
Los gobernadores peronistas están asombrados y a su vez enojados porque Cristina Kirchner le esta boicoteando sistemáticamente la campaña a Scioli, pero también recuerdan que el mismo gobernador bonaerense los tranquilizaba meses atrás diciendo que la presidenta finalmente iba terminar apoyándolo y colaborando para que "el proyecto nacional y popular", como ellos lo llaman, trascienda al próximo presidente que sería él mismo.
"Se equivocó y mucho, Cristina cree que el peronismo le va perdonar esto y que si Macri llega a presidente ella va ser jefa de la oposición y van a poder disimular el desastre político y económico hecho los ultimo tiempos" dice un hombre cercano a un mandatario provincial peronista .
Cristina también se equivoca en pensar, por más acuerdos que existan, que va a poder frenar sus problemas judiciales, porque sea quien sea el próximo presidente, los argentinos quieren una Justicia en marcha y eso significa que Cristina y su vicepresidente y ex niño mimado Amado Boudou, desfilen por los tribunales.
El final sigue abierto, desde el sciolismo esperan el debate del 15 de noviembre con mucha ansiedad, creen que hay de 10 a 15 puntos en juego en esa parada y que Scioli es mejor comunicador que Macri, creen que ahí cortaran la distancia y convertirá al ex motonauta en el elegido, eso se vera. Lo irreversible es que Cristina, para oficialistas "temporarios" como para opositores, se convirtió en piantavotos, ya hasta el común de la gente nota sus verdaderas intenciones.
Juan Domingo Perón decía que “Los peronistas somos como los gatos: cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos reproduciendo” y quizás sea así, de hecho un gobernador del interior, en la última cumbre del Chaco dijo "muchachos tarde o temprano nos vamos a unir todos los peronistas porque al diferencia entre nosotros y el kirchnerismo es que el kirchnerismo se disuelve, gane Daniel o no y le guste o no le guste a la presidenta".
Sin duda la preponderancia política a la hora de que la presidenta intente volver a la escena política la tendrá el peronismo, que gane quien gane va a organizarse, pero ya sabe a quien "pasarle factura" de su magro presente, a Cristina, la piantavotos.