Tras el velatorio de 67 naufragos en Crotone, el Parlamento italiano interpelará al ministro de Interior sobre por qué la Guardia Costera no actuó para salvar a los migrantes.
Mientras el presidente de Italia, Sergio Mattarella, visitó este jueves el edificio deportivo Palamilone de Crotone, donde se está haciendo el velorio de los 67 cuerpos recuperados luego del naufragio ocurrido el sábado en el Mediterráneo cerca de Calabria, cientos de personas, no sólo familiares de las víctimas, pedían justicia afuera del edificio.
En la amplia sala interna del edificio deportivo Palamilone fueron colocados los 67 féretros, algunos de color madera, otros blancos y de tamaño más pequeño dedicados a los varios niños que murieron. Sobre cada cajón había flores y en torno a los de los niños, algunos peluches.
Matarella
Mattarella, una persona muy sensible al tema migrantes, quiso rendirles su homenaje. Se mostró muy conmovido pero no evitó encontrarse con los sobrevivientes, como lo hizo también antes, en el hospital San Giovanni di Dio de Crotone, donde están internados 15 de los sobrevivientes. Los saludó y les llevó algunos regalos, especialmente a los niños. Mattarella fue aplaudido por todos ellos y prometió ayudarlos.
Fuera del hospital numerosos grupos insistían también en pedir “justicia y verdad” además de ayuda para llevar a los muertos a sus países. “Presidente ayúdenos”, “Presidente no nos abandone”, “Presidente se podía evitar”, gritaban.
Advertencias ignoradas
Es que el naufragio, no previsto por la autoridades italianas pese a algunas advertencias de Frontex – la guardia marítima europea -, ha desencadenado rabias, odios y furiosas críticas al gobierno de la derechista primera ministra Giorgia Meloni, y en particular contra algunos de sus ministros que teóricamente deberían haberse ocupado. Se trata en primer lugar del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, pero también del ministro de Infraestructuras y Transporte, Mateo Salvini, líder de la derechista Liga, y famoso por su larga trayectoria antiinmigrante.
Meloni se declaró muy triste por lo sucedido en Calabria e insistió sobre un punto que viene diciendo desde hace tiempo: “La Unión Europea debe intervenir. Los migrantes deben entrar solo legalmente”. Todo esto antes de partir a la India, donde viajó para promover acuerdos económicos.
Interpelación
Piantedosi, que será interpelado por las dos cámaras del Parlamento el 7 y 8 de marzo sobre todo lo ocurrido, dijo estar “muy dolido” por lo sucedido y aseguró que se asumirá su responsabilidad. Varios parlamentarios, entre ellos la diputada y flamante secretaria del Partido Democrático (partido líder de la centroizquierda), Elly Schlein, pidieron su renuncia. Pero el peligro es que la renuncia de Piantedosi abra el camino a Salvini para ocupar el ministerio del Interior, dado que ya ocupó este ministerio en años precedentes y que entonces tomó una serie de medidas antiinmigrantes muy agresivas.
Por su parte Salvini salió en defensa de la Guardia Costera, una de las dos fuerzas militares junto a la Guardia di Finanzas que protegen las costas italianas. El comportamiento de ambas Guardias ha sido puesto en duda respecto al naufragio de la nave en Calabria, ya que no intervinieron antes de que ocurriera la desgracia.
Salvini rechazó en la rueda de prensa todas las sospechas sobre la Guardia Costera (que precisamente depende del ministerio que él dirige) diciéndole a los periodistas que se debían informar antes de preguntar. “Si se insulta el sacrificio y la generosidad de los 10.200 hombres y mujeres de la Guardia Costera, yo no estoy de acuerdo. Si escriben que la Guardia Costera ha dejado morir a los migrantes es vergonzoso”, dijo.
Lo que los periodistas tratan de saber, entre otras cosas, es si los ministros dieron algunas órdenes en este sentido, antes o después del accidente.
Existe un reglamento sobre el socorro en el mar, que está vigente desde 2021, y que fue impulsado por la entonces ministra de Infraestructuras y Transportes, Paola De Micheli, para contrarrestar las ambigüedades introducidas por su predecesor Matteo Salvini. Y este reglamento dice claramente que las operaciones de salvataje deben comenzar inmediatamente ante la más mínima señal de peligro.
El camino de la justicia
Al menos dos de los presuntos traficantes de seres humanos que venían en la barca fueron arrestados por el Tribunal de Justicia de Crotone. Se trata de un turco de 50 años y de un pakistaní de 25 años. Hay otras dos personas que están sospechadas de tráfico humano en relación al naufragio pero la justicia aún no ha tomado una decisión.
Sobre el poco accionar de las fuerzas de seguridad italianas se ha disparado una polémica en los medios italianos. Pero por ahora no hay informaciones precisas. Una descripción más detallada de los hechos se tendrá seguramente cuando el ministro Piantedosi informe al Parlamento sobre el caso.
No obstante se sabe que durante la noche del sábado pasado, cuando ocurrió el naufragio, el mar estaba a nivel de Fuerza 4 y la nave de las fuerzas italianas podrían haber intervenido hasta el mar Fuerza 8, dicen los expertos.
La Capitanía del Puerto de Crotone se defiende diciendo que operaron según sus reglas. Pero para algunas publicaciones italianas existirían contradicciones entre el informe de la Guardia Costera y el de la Guardia de Finanzas. Según el diario Il Fatto Quotidiano, hubo una llamada telefónica entre las dos fuerzas pero la Guardia Costera decidió no salir a asistir a la gente de la barcaza.
Según el capitán Vittorio Aloi de la Guardia Costera de Crotone, la Guardia Costera habría tenido todas las posibilidades de intervenir pero no lo hizo porque no había habido ningún pedido de auxilio de parte de la nave o de las personas que allí viajaban.
Fue Frontex quien advirtió a las autoridades italianas sobre la presencia de la nave cerca de Calabria y mandó fotos en las que se veía sólo una persona en la superficie de la nave. Advirtió sin embargo que dada la temperatura que ellos podían calcular con sus aparatos, lo más probable es que en el piso debajo de la cubierta hubiera mucha gente.
Para el ministro Piantedosi, Frontex no había señalado una situación peligrosa a bordo y en cambio habló de una buena la flotabilidad de la nave. En su comunicado del martes, la Guardia Costera remarcó que nunca había llegado ningún pedido de auxilio. Pero en otros casos, como aclaró Il Fatto Quotidiano, la Guardia Costera había indicado que “cada barca llena de gente es un caso de salvataje y una posible situación de peligro”.
Por Elena Llorente – Página/12