Carina Méndez tenía 15 años y fue asesinada en octubre del año pasado en Neuquén. Tras asumir su responsabilidad, la única pena posible para el asesino es la prisión perpetua.
“Sí, me voy a hacer responsable y hacer cargo de eso”, afirmó Maicol Tapia en la audiencia de control que se llevó a cabo en las últimas horas por el femicidio de la adolescente de 15 años Carina Barros Méndez, ocurrido el 26 de octubre de 2023. Y agregó: “Sé que no voy a tener el perdón de nadie”.
La carga de la prueba y la confesión del acusado determinaron que la Justicia condenara a Tapia por el delito de femicidio triplemente calificado, por el vínculo, por mediar violencia de género y por alevosía, en carácter de autor. Si bien el monto de la pena será anunciado en los próximos días, la única posible es la prisión perpetua.
El femicidio de Carina Méndez
El joven ahora condenado en Chos Malal había sido novio Carina durante tres años, hasta que ella, cansada de los reiterados episodios de violencia de género, decidió terminar la relación. Sin embargo, él no dejaba de acosarla a pesar de que ya no estaban juntos.
En la audiencia, Tapia reconoció que el 26 de octubre del año pasado llamó al hermano de la víctima y lo alertó de un incendio en la casa de sus abuelos. De esa manera logró que el joven y el padre de la chica salieran en plena madrugada dejándola sola y él aprovechó esa situación para irrumpir en su domicilio y atacarla.
Cuando la familia volvió a la vivienda, el lugar ya era la escena de un crimen. El cuerpo de la adolescente estaba tirado en el patio, con heridas en todo el cuerpo y un corte en la garganta de lado a lado. “Me degollaron a mi hija”, gritó el padre conmocionado. No hubo nada que pudieran hacer para reanimarla. En tanto, jamás se encontró el cuchillo que usó el femicida.
Con el avance de la investigación, la evidencia científica determinó que las manchas de sangre encontradas en la zapatilla de Tapia correspondían a la víctima. También las antenas de telefonía celular lo ubicaron en la casa de Carina.
La declaración de los testigos tampoco lo favoreció. Varios testimonios coincidieron al asegurar que el acusado ya le había advertido a la víctima “que la iba a matar si la veía con otro” y que, incluso, le llegó a romper un celular. Las pericias psicológicas y psiquiátricas terminaron de sellar la suerte de Tapia, al establecer que comprendía la criminalidad de lo que hacía.
Fuente TN