Paula Sánchez Frega quedó embarazada en mayo del año pasado, tres meses después de conocer a Ramiro, su actual pareja. A sus dos operaciones por endometriosis se sumó que él había tenido cáncer de testículos. Cuando todo parecía adverso, se produjo el milagro
Paula Sánchez Frega ganó notoriedad en los medios al convertirse en la primera mujer víctima de pornosextorsión que logró llevar a su ex al banquillo de los acusados y lograr una condena ejemplar: en 2021 Patricio Pioli fue condenado a cinco años de prisión efectiva.
Hoy, lejos de esa exposición mediática, la joven está abocada completamente a su familia y a la crianza de sus hijos tras quedar embarazada de trillizos. Este será su primer Día de la Madre, una fecha que la moviliza de manera especial: “Eva y Lorenzo nacieron prematuros, a las 29 semanas de gestación, y Benicio murió cuando estaba en la panza”.La césarea tuvo lugar el 17 de noviembre de 2023, pero Benicio ya había fallecido dos semanas antes. “Fue justo el primero de noviembre, el Día de los Muertos. Es una fecha que nunca me voy a olvidar”, enfatizó con profunda tristeza.
Benicio fue el primero que se formó en su vientre, y el primero que comenzó con complicaciones. “Los médicos me decían que no estaba recibiendo suficiente oxígeno y que su corazón no resistiría mucho más”, relató Paula, quien por ese entonces atravesaba un embarazo de riesgo por problemas de presión alta.
Paula Sánchez Frega se puso en pareja con Ramiro en marzo de 2023 y a los tres meses ya estaba embarazada
Sin embargo, lo que ocurrió después desafió toda lógica. A medida que Benicio iba perdiendo fuerza, sus hermanos, Eva y Lorenzo, comenzaron a estabilizarse. “Los médicos me explicaron que el espacio limitado en mi vientre, la falta de nutrientes y oxígeno, estaba provocando que los trillizos compitieran entre sí. Benicio, siendo el más débil, cedió su lugar para que Eva y Lorenzo pudieran continuar creciendo”, admitió Paula.
Al sexto mes de embarazo, Paula comenzó a sentir que algo no iba bien: “Era como vivir en dos mundos al mismo tiempo. Estaba perdiendo a uno de mis hijos, pero al mismo tiempo tenía que mantenerme fuerte por los otros dos. Sabía que dependían de mí para salir adelante”.
La decisión de los médicos fue seguir adelante con el embarazo hasta donde fuera posible, para darle a los otros dos bebés una mejor oportunidad de sobrevivir. “Tener a Benicio muerto dentro de mí, mientras mis otros dos hijos seguían vivos, fue algo que no puedo explicar. Sentía que mi cuerpo estaba en guerra consigo mismo”, explicó.
Paula, en uno de los controles, cuando todavía tenía a los trillizos en la panza
“Los doctores me dijeron que cuando Benicio falleció, los otros dos empezaron a mejorar”, remarcó Paula, luchando por contener la emoción. “Es como si Benicio hubiera aguantado hasta que fue necesario dejar el espacio para sus hermanos. No sé cómo explicarlo, pero así lo sentimos. Benicio dio su vida por ellos”, afirmó.
Para Paula, la idea de que su hijo mayor se sacrificó por sus hermanos se convirtió en una forma de encontrar sentido en una tragedia inimaginable. Durante semanas, ella llevó a Benicio en su vientre, aún sabiendo que ya no estaba vivo, mientras trataba de mantenerse fuerte por Eva y Lorenzo, quienes aún luchaban por sobrevivir. “Era una sensación extraña, porque aunque sabía que ya no estaba con vida, lo seguía sintiendo conmigo, y al mismo tiempo me aferraba a la esperanza de que los otros dos lo lograrían”, aseveró.
Paula quedó embarazada de trillizos, pero uno de ellos murió en su panza, a los 6 meses de gestación. Hoy, disfruta de Eva y Lorenzo
Tanto Paula como su pareja, Ramiro, lo recuerdan como “el héroe silencioso de la familia”, y por eso decidieron tener las cenizas en su casa. “Lo cremamos en diciembre, cuando Eva y Lorenzo todavía estaban en neonatología”, contó. “Cuando estoy en casa, lo llevo conmigo a donde voy. No lo dejo en un solo lugar. Si me muevo a la cocina, por ejemplo, lo llevo conmigo, Es un gesto que me permite sentir que Benicio sigue siendo parte activa de nuestras vidas, aunque no físicamente”, se sinceró.
Cómo fue volver a apostar al amor y conocer al hombre de su vida
Aunque Paula ya conocía a Ramiro “de pasada”, por amigos comunes, fue después de su proceso judicial cuando comenzaron a hablar más en serio y salieron por primera vez. “Nos conocimos en marzo, en abril ya estábamos en pareja y en mayo me enteré de que estaba embarazada”, recordó
El embarazo fue un verdadero terremoto en su vida. Después de años de batallas judiciales y emocionales, se encontraba de repente en medio de una relación seria y con un hombre que la hacía sentir segura. “Apenas estábamos acostumbrándonos a la idea de estar juntos cuando el test dio positivo”, admitió.
La noticia de los trillizos fue un shock, no solo por lo inesperado, sino porque ambos tenían sus propias barreras físicas para concebir. Paula había sido operada en dos oportunidades por endometriosis, y Ramiro había pasado por un tratamiento contra el cáncer de testículo, lo que hacía que la posibilidad de tener hijos fuera casi nula. “Nadie lo podía creer, ni los médicos. Era casi imposible que pudiéramos tener hijos”, explicó.
Foto familiar: Paula y Ramiro junto a Eva y Lorenzo, que ya tienen 11 meses
Sin embargo, contra todo pronóstico, la vida los sorprendió. Ramiro se tomó la noticia con una mezcla de asombro y entusiasmo. Desde el principio, se mostró como un compañero presente, comprometido, dispuesto a enfrentar lo que viniera, aún cuando el futuro con tres hijos en camino parecía abrumador.
Para Paula, Ramiro fue mucho más que un nuevo amor. Fue su refugio en medio del caos que había sido su vida hasta ese momento. No solo la apoyó emocionalmente durante el embarazo, sino que le dio una estabilidad que no había sentido en años. “Con él no tengo que explicarle nada, ya sabe lo que necesito. Me entiende con solo mirarme”, confesó. Ramiro se convirtió en un padre presente desde el primer instante, compartiendo las responsabilidades y los miedos típicos de un primerizo.
Hoy, Paula y Ramiro comparten la crianza de sus dos hijos, Eva y Lorenzo, en la casa que comparten en la ciudad de La Rioja. “Con Ramiro me siento segura, siento que puedo ser yo misma sin miedo a ser juzgada. Después de todo lo que viví, es como si hubiera encontrado un nuevo comienzo”, afirmó.
Como Ramiro es tatuador fue el encargado de que Paula lleve el recuerdo de Benicio marcado en su piel. El lugar elegido fue el antebrazo derecho y el diseño es un angelito que miden aproximadamente 15 cm de longitud. Debajo del dibujo figura su nombre. “Es una forma de llevarlo siempre conmigo”, aseguró Paula.
Aunque para este domingo no tiene planes específicos, sabe que este Día de la Madre será diferente. “Quiero disfrutar cada segundo, porque es el primero en el que mis hijos afuera de la panza. Amo pasar tiempo con mi familia, disfrutar de Eva y Lorenzo, y sentir que, a pesar de todo lo que hemos vivido, estamos juntos y sanos, y eso es lo que cuenta”, concluyó.
Por Cinthia Ruth-Infobae