Misiones Para Todos

Derechos Humanos como negocio, otra mancha más del kirchnerismo

El kirchnerismo, desde la retorica, siempre enarboló la defensa de los Derechos Humanos, como un emblema de su proyecto y si bien son ciertos algunos logros, al fin de la era K, las irregularidades, estafas y malversaciones tiñen la gestión que el gobierno en esta materia, evidenciando la manipulación y connivencia con algunos sectores y personalidades ligados históricamente a la lucha por la verdad.

Desde que el 24 de marzo del 2004 en la ESMA, Néstor Kirchner pidió perdón en nombre de la democracia por no haber hecho nada por la justicia ni la memoria, el kirchnerismo sacó rédito político y económico de esos históricos movimientos de lucha, apropiándose de sus dos grandes símbolos: Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto.

A su vez, compró las voces de intelectuales y críticos y silenció cualquier cuestionamiento bajo una retórica políticamente reivindicadora que nadie se animó a poner en tela de juicio hasta que las contradicciones del relato hicieron estallar su lógica interna.

La estafa no fue sólo moral, ni se limitó a usar a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo como escudos “éticos” ante las acusaciones de corrupción durante estos años. Hubo desfalcos concretos como el de los 1296 millones de pesos que manejó Sergio Schoklender en Sueños Compartidos para construir viviendas en un proyecto que terminó de
forma abrupta y escandalosa. Y en el medio, millones de subsidios, tráfico de influencias, acomodos de familiares y amigos en el Estado y un ejército de parásitos que se ampararon en los símbolos para escalar en el gobierno mientras cambiaban de auto y de casa.

A pesar de que cuando su marido era gobernador no las recibió jamás en Santa Cruz, luego Cristina Kirchner se metió a las Madres y a las Abuelas en su bolsillo y se adueñó de la bandera de los derechos humanos, con fines de explotar esa causa, económica y partidariamente, pero cuyo usufructuo llegó a su fin al ponerse en evidencia los
verdaderos fines del oficialismo contrarios a la búsqueda hostórica de la memoria y la justicia.