Darío Sebastián Codina Bandes fue visto por última vez en la Feria del Usado de Rodeo de la Cruz, donde vivía en condiciones precarias. La hipótesis de un ajuste de cuentas, testimonios que no son ratificados ante la Justicia y una familia que lo busca.
Darío Sebastián Codina Bandes, de 27 años, desapareció el 17 de enero pasado en Guaymallén, provincia de Mendoza. La última localización que se tiene de su paradero es, en horas del mediodía, en la Feria del Usado de Rodeo de la Cruz, donde vivía y trabajaba desde hacía seis meses.
En el caso hay una sola certeza: Darío fue visto por última vez con vida en el predio de la feria y fue allí donde se perdió su rastro. Pero, hasta el momento y a más de siete meses sin noticias suyas, no hay una línea concreta de investigación.
Los abogados que representan a su familia, Renzo Valente y Paula Bazán, consideran posible que detrás de su desaparición haya un ajuste de cuentas o un problema de dinero, pero aclaran que hay elementos que faltan. Esta posibilidad no es descartada por la fiscalía a cargo de la investigación: si bien la causa está caratulada como averiguación de paradero, se maneja la hipótesis de que podría haber sido víctima de algún tipo de delito y lo argumentan así por un contexto de hechos delictivos que lo rodeaba.
Horas antes de su desaparición, la noche del lunes 16 de enero, Darío se reunió con amigos en la Plaza Unimev, en el barrio donde vivió con su mamá hasta agosto de 2022 antes de mudarse. Habían acordado volver a juntarse el día siguiente para ir a una pileta.
Esa madrugada, alrededor de la 1:00, le avisó a una amiga que ya había llegado a la Feria del Usado. El martes 17 a las 12 del mediodía, Darío envió un mensaje pero cuando le respondieron –a las 12:40– nunca lo recibió.
“Nadie estaba enterado ni vio nada”: sospechas y testimonios sobre presuntos delitos que no se declaran ante la Justicia
Darío Codina trabajaba desde agosto de 2022 en el predio ubicado en calle Agustín Alvarez al 421 de Rodeo de la Cruz, una localidad de Guaymallén situada a cerca de 13 kilómetros de la capital mendocina. Los propietarios del lugar alquilan por día los locales a los comerciantes, y la feria abre los domingos, cuando suele reunirse una multitud. Darío desapareció un día martes: durante la semana, la concurrencia es menor y en el predio transitan sólo quienes viven y trabajan en el lugar.
Renzo Valente, abogado de la querella, dice en diálogo con PERFIL que está probado que el joven desapareció de ese predio. “La medida probatoria que se pidió fue una geolocalización y la última señal que tenemos del teléfono de él es en ese lugar, desaparece de ahí. No hay dudas con respecto a eso. El resto son deducciones que podemos llegar a hacer, pero nada concreto”, afirma.
Inés Bandes, la madre de Darío, se entera de la desaparición días después porque una amiga de él se contacta con la hermana y le cuenta, con preocupación, que no puede localizarlo hace días.
Cuenta que Sebastián –su segundo nombre y como lo llamaban muchos de sus amigos– tenía en la Feria del Usado distintas actividades: cobraba los tickets en la playa de estacionamiento, hacía trabajos de cuidador, trabajos de pintura en departamentos de un barrio cercano ligados al predio y una vez por semana las compras para un negocio que funciona allí adentro.
“Pasaron días y nadie estaba enterado de nada ni vio nada”, dice su mamá en comunicación con este medio. Cuestiona que ni su empleador ni la persona con la que compartía desde octubre de 2022 una habitación precaria en el predio – a quienes veía diariamente– tenían noticias suyas, y que incluso ese joven le dijo que en la noche no lo vio porque durmió en otra parte.
Bandes hizo la denuncia y en el caso intervino la Oficina Fiscal N°18 y la seccional 44 de Guaymallén. La policía realizó un rastrillaje en el lugar, pero el allanamiento con drones, un perro y el equipo de la División de Homicidios se lleva a cabo tres meses después, el 4 de abril.
Cuando Inés Bandes entró al cuarto en el que vivía su hijo, encontró –excepto su celular– todas sus cosas. Entre ellas su riñonera, razón por la que supo que era imposible que se hubiese ido por decisión propia: “Adentro estaba su documentación y su ‘paf’ de broncodilatador porque él es asmático. Dije no puede ser. Él jamás salía sin eso, hasta iba a comprar y lo llevaba porque en cualquier momento le faltaba el aire. Ahí pensé que le había pasado algo ahí adentro”.
Allí, dice, con sus abogados pudieron constatar las condiciones “deplorables” en las que vivía el joven, al igual que otras personas en el mismo predio. “Estuve presente en el allanamiento y no están las condiciones dadas para que ese lugar esté habilitado municipalmente”, dice el letrado, que además apunta a “cierta coordinación y protección policial y política”, en el funcionamiento del establecimiento.
Desde entonces, Inés Bandes cuenta que comenzó a recibir llamados y mensajes con información de todo tipo: personas que le decían que en el lugar hay venta de estupefacientes y de armas usadas, y también que ocurrían otros hechos delictivos. En marzo pasado, a raíz de denuncias de quienes frecuentan la Feria del Usado, se detectó en un operativo en el lugar la tenencia y comercio ilegal de fauna silvestre protegida.
En el marco de la causa declararon cerca de 15 personas, entre ellos sus empleadores: dieron información de las tareas de Darío Sebastián en la Feria del Usado, pero dijeron que ese 17 de enero no lo habían visto, según pudo saber PERFIL.
Los testimonios de gente de la zona sobre otros presuntos hechos delictivos que pudieron recopilar de manera particular los abogados de Codina Bandes y su familia no se ratificaron luego de manera oficial ante la Justicia.
“Podría haber sido víctima de algún tipo de delito”: la hipótesis del fiscal
La causa está caratulada como “averiguación de paradero” y quedó a cargo del fiscal Gustavo Pirrello en la Fiscalía de Instrucción N° 17 de la Unidad Fiscal de Homicidios, quien también tiene a cargo el caso de Nataniel Guzmán, el abogado desaparecido en Mendoza en el mismo mes.
El tiempo transcurrido desde su desaparición y algunos indicadores del entorno en el que trabajaba parecen direccionar el caso hacia el peor de los escenarios posibles. “El curso de la investigación hace presumir que podría haber sido víctima de algún tipo de delito, teniendo en cuenta el paso del tiempo y que no hay ninguna novedad respecto de donde se encuentra”, dice el fiscal ante la consulta de PERFIL.
Pirrello menciona además “un contexto” de actividades “vinculadas al robo de motovehículos, desarme, consumo y comercialización de drogas” alrededor del joven de 27 años. “El contexto en el que se movía era bastante complicado, pero estamos en pleno proceso investigativo con un montón de medidas tendientes a tener una punta que nos permita avanzar sobre el paradero”, suma.
En ese punto, el titular de la Fiscalía de Instrucción N° 17 de Mendoza dice que tanto el empleador de Codina Bandes como el entorno de la Feria del Usado están bajo investigación: “Entendemos que si pasó algo, fue en el contexto de la feria donde él vivía”.
Los testimonios sobre presuntos ilícitos o información de lo que puede haber sucedido con Darío, dice el fiscal, no se ratificaron como tales cuando se citó a esas personas a declarar. “Manifiestan desconocer qué pasó con Sebastián, o esas circunstancias. A cada testigo se le ofrece declarar bajo la figura de identidad reservada, pero no hemos tenido testigos que accedan a declarar con esa figura ni información que pueda ser corroborada por la recompensa”, explica Pirrello.
Inés Bandes trata de canalizar cada información que recibe hacia los investigadores y, en cada una de las publicaciones en sus redes sociales, pide que quienes sepan algo de su hijo se animen a hablar ante la fiscalía. Cuenta que en estos meses, en varias oportunidades, le pidieron dinero a cambio de liberar a Darío de un presunto secuestro, con amenazas de asesinarlo si no lo hacía: “Hice transferencias bancarias, llevé plata a un lugar…hemos sufrido todo ese tipo de estafas”, dice.
“Llevamos siete meses donde no se puede saber nada”, resume Bandes que, ante la consulta de qué cree que ocurrió con su hijo, dice que mantiene la ilusión de volver a verlo: “No sé si a esta altura pueda encontrarlo con vida, pero es la ilusión que yo tengo. Mi objetivo es poder encontrarlo, saber realmente qué le pasó, quiénes son los actores de esto y que se haga justicia”.
El Ministerio de Seguridad de la provincia de Mendoza ofrece $ 1.350.000 de recompensa para quien pueda aportar datos que conduzcan a esclarecer la desaparición de Darío Sebastián Codina Bandes. Pueden contactarse al 0800 222 6111/ 358 71759 y 911.
Los abogados querellantes solicitaron ante las autoridades el aumento de ese monto y un ofrecimiento de recompensa también a nivel nacional, que aún se encuentra en proceso.
AG-Perfil