La película está dirigida por Sebastián Borensztein y producida por Ricardo Darín. También está protagonizada por Joaquín Furriel y Gabriel Goity
Las decisiones mas importantes de las personas surgen, en algunos casos, en instantes en los que se está al límite. Cuando alguien está “jugado” puede sacar lo mejor o lo peor.
En Descansar en paz, que se estrena este jueves en cines, el protagonista intenta llevar adelante un plan de escape sobre la marcha de sus días infernales para evitar llevarle una pena más grande a su familia. Prefiere convivir con su propia angustia y rescatar del fondo de todo a los suyos.
De qué se trata “Descansar en paz”
Dirigida por Sebastián Borensztein, Descansar en paz es un film dramático con toques de thriller psicológico en el que eventos que verdaderamente pasaron en la historia de la Argentina son el telón de fondo para la ficción que se muestra.
La película producida por Ricardo Darín se estrena esta semana en las salas y desde el 27 de marzo en streaming. Además, tanto Joaquín Furriel como Gabriel Goity se llevaron dos galardones por sus roles en el Festival de Málaga, mientras que Griselda Siciliani, la otra figura del elenco, se luce como la esposa del personaje principal.
Basada en la novela de Martín Baintrub, Descansar en paz es la historia de un empresario PYME que, acorralado con las deudas en plena etapa menemista de liberación de las importaciones, no sabe qué hacer para que su negocio se sostenga.
Luego de pedirle un préstamo a un financista sin escrúpulos, Sergio Dayán entra en desesperación cuando un matón lo amenaza con matar a su familia en la fiesta del bat mitzvah de su hija. El día en el que va a intentar lidiar con la deuda, un hecho terrorista desencaja todo.
La bomba que estalló en la AMIA el 18 de julio de 1994 desubica por completo a Dayán, que sobrevive al atentado y decide hacer una jugada que le traerá consecuencias: desaparecer para que su familia cobre el seguro.
A partir de ese momento su vida pasó a ser una sombra de lo que era. El hombre se convirtió en un paria, en otro país, lejos de sus dos hijos y su esposa, sin destino más que el de sobrevivir. ¿Hasta cuándo puede resistir?
Las influencias cinematográficas de “Descansar en paz”
Es la primera vez que Sebastián Borensztein se mete con un argumento tan oscuro para la pantalla grande y con giros que no dejan lugar al humor sarcástico que tanto le gusta como desplegó en La odisea de los giles, Un cuento chino o La suerte está echada.
Para el streaming, el director ya tenía relación con historias pesadas, ya que fue uno de los principales guionistas y realizadores de la magnífica Iosi, el espía arrepentido.
En este caso, el cineasta se nutre de elementos de thrillers recordados como Doble Riesgo o una de las tres historias de Amores perros, en donde los protagonistas muestran un profundo cambio físico y espiritual por el traumático proceso que padecieron gracias a un hecho puntual de sus vidas.
En Descansar en paz, la transformación física de Joaquín Furriel es un gran rasgo del film: al pasar 15 años, el personaje modifica su estado atlético para convertirse en un hombre desgastado, excedido de peso y dolorido.
Al igual que lo que pasa con Christian Bale en El maquinista o con Robert De Niro en Toro salvaje, el film dirigido por Borensztein se apoya -por momentos demasiado- en los cambios rotundos de Furriel.
El realizador, además, toma elementos hitchcockianos clásicos en su estilo de secuencias: observar todo desde lejos (La ventana indiscreta), hacer que el protagonista persiga a sus familiares como si fueran una presa (Vértigo) o castigar, de alguna manera, las decisiones tomadas por personajes centrales (Psicosis).
Lo mejor y lo peor de “Descansar en paz”
Entre lo mejor de Descansar en paz está la irrupción de la bomba que estalló en la AMIA como el eje en el que gira la trama. Es un acierto. La reconstrucción de parte de lo que se vivió ese fatídico día tiene muchos detalles que, los que fueron testigos de ese momento, no se olvidan más: la forma en la que quedaron los autos, la manera en la que caminaban los heridos, el polvillo del ambiente.
Esa mirada fatalista y tremendista del destino de los argentinos que se expone en la película, además, está mezclada con uno de los peores rasgos de aquella era política: la falta de actividad industrial.
El plan de convertibilidad llevó, en ese momento, a una paridad uno a uno entre el peso y el dólar a costa de que infinidad de empresas chicas y medianas se vieran imposibilitadas de competir con las importaciones: justamente, lo que le pasa al protagonista del film.
En ese contexto, el auge de las “mesas de dinero” o los financistas inescrupulosos que prestaban plata a tasas imposibles se multiplicaron, como también los casos policiales relacionados. El rol de Gabriel Goity como el prestamista Hugo Renner entra en esta línea.
Su actuación tiene un comienzo algo pintoresco, que resulta un poco extraño de asimilar, aunque más adelante forja una personalidad muy marcada en la que luce su villanía.
Entre los mejores roles que se ven en la pantalla están el de la hija de los Dayán en su etapa de adulta; a la solvente Lali González, como la mujer que acobija al protagonista en Paraguay; y una brillante Griselda Siciliani que demuestra que puede plasmar de manera excelente su trabajo en el género que se proponga.
Por Martin Pazos-TN