El joven de 20 años fue arrestado en Pucusana tras un operativo conjunto con información de la Policía Bonaerense. Ya son nueve los detenidos.
La investigación por el triple femicidio narco de Florencio Varela sumó este martes un capítulo clave: fue detenido en Perú Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, señalado como el presunto autor intelectual de los crímenes de Brenda del Castillo (20), Lara Gutiérrez (15) y Morena Verdi (20).

El operativo, realizado en coordinación entre la Policía Bonaerense, la Dirección Antidrogas peruana e Interpol, terminó con la captura del joven de 20 años en la ciudad de Pucusana, a 70 kilómetros de Lima. La detención ocurrió poco más de una hora después de que también cayera su mano derecha, Matías Agustín Ozorio, en otro punto de la capital peruana.

Según fuentes del caso, “Pequeño J” había ingresado ilegalmente desde Bolivia en micro. Durante su viaje intercalaba tres teléfonos y distintos chips para evitar ser rastreado, e incluso logró pasar dos controles policiales. Finalmente se ocultó en un camión de pescado, en la cama detrás del chofer, con destino a Lima. El seguimiento de sus comunicaciones permitió a los investigadores dar con él cuando iba camino a encontrarse con Ozorio en la plaza Parque Lima, en el distrito de Los Olivos.

“Lo seguíamos por las líneas intervenidas y sabíamos que esa noche tenía un encuentro con su lugarteniente. No llegó al punto de encuentro: fue sorprendido por la Policía peruana y quedó detenido”, explicaron voceros de la investigación.
Un clan narco y nueve detenidos
Con la caída de “Pequeño J”, ya son nueve los detenidos por el triple femicidio que conmociona al país. Entre los primeros apresados figuran Magalí Celeste González Guerrero (28), Andrés Maximiliano Parra (18), Iara Daniela Ibarra (19) y Miguel Ángel Villanueva Silva (27), trasladados al penal de Melchor Romero.

En los últimos días también fueron capturados Víctor Sotacuro Lázaro en Bolivia, Ariel Giménez —acusado de cavar la fosa y enterrar los cuerpos— y Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro, que estuvo en el mismo vehículo la noche del crimen. Todos fueron indagados por el fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Adrián Arribas.

El caso tuvo como prólogo una escena engañosa: el viernes 19 de septiembre, las tres jóvenes fueron subidas a una camioneta Chevrolet Tracker blanca en La Tablada con la promesa de ir a una fiesta en el Bajo Flores. En el trayecto, Brenda y Morena, que eran primas, subieron una foto a las redes sociales. En la imagen aparecían dos llaveros de “Baby Yoda” y “Luigi”, con la leyenda “Desastre van a hacer estos dos hoy”. Horas después, según la autopsia, comenzó el calvario: fueron torturadas, asesinadas y enterradas en una casa de Florencio Varela.
El perfil de “Pequeño J”
Identificado como Tony Janzen Valverde Victoriano, “Pequeño J” fue descripto por el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, como “un sádico terriblemente cruel” que buscaba expandirse en la venta de Tusi (cocaína rosa) desde el Bajo Flores hasta Florencio Varela, con conexiones directas en Perú.
“Quería ganar espacio en la venta de drogas con vínculos internacionales y pretendía consolidarse en el conurbano bonaerense”, explicó Alonso. El funcionario reveló que el joven narco tenía un búnker en la villa 21-24 de la Ciudad de Buenos Aires, que fue “tomado a sangre y fuego”.
Además, según testimonios incorporados a la causa, Valverde reclutaba chicas de entre 16 y 17 años con estética reggaetón y hip hop, a quienes utilizaba como fachada para sus movimientos, siempre custodiado por su grupo de “perros”, como denominaba a sus guardaespaldas.
La hipótesis de la fiscalía es que no solo planificó la ejecución de las víctimas, sino también la transmisión en vivo del crimen como forma de dejar un mensaje de terror en el circuito narco.
Un operativo que marca un giro
El arresto de “Pequeño J” se produjo en circunstancias que parecen sacadas de una película. El sospechoso había logrado escapar de controles, viajar oculto en un camión y llegar a la capital peruana con la intención de reorganizarse. El hecho de que su captura coincidiera en tiempo y lugar con la de Ozorio refuerza la hipótesis de que ambos planeaban recomponer la estructura criminal desde el exterior. Ahora, ambos enfrentan el proceso de extradición a la Argentina, donde deberán responder como piezas clave en el femicidio de Brenda, Lara y Morena.
Con la caída de su líder, los investigadores creen que el entramado narco que operaba detrás del crimen empieza a resquebrajarse. Sin embargo, el desafío será probar judicialmente su rol como autor intelectual y desentrañar hasta dónde llegaba la red que se propuso sembrar terror en el conurbano.
Expectativa por la conferencia de prensa
Con la captura de los principales prófugos en Perú y Bolivia, la investigación se encamina hacia una nueva etapa judicial. Para brindar detalles del operativo y de la coordinación internacional que permitió las detenciones, el Ministerio de Seguridad convocó a una conferencia de prensa este miércoles 1° de octubre, a las 14 en San Isidro, Provincia de Buenos Aires.
La ministra Patricia Bullrich estará acompañada por el jefe de la Policía Federal, Luis Alejandro Rollé, y un representante de Interpol. Allí, según confirmaron fuentes oficiales, se informará sobre el avance de las extradiciones y el futuro de la causa que mantiene en vilo a la Justicia y a la sociedad.