Perla Giliberti (52) fue asesinada en el parque del complejo donde vivía. Tenía problemas económicos y testigos denunciaron amenazas de una expareja. Los investigadores creen que la mujer conocía al asesino y buscan pruebas en su teléfono y redes sociales.
En medio del manojo de incógnitas que rodean el caso, los investigadores del crimen de Perla Giliberti en Ciudad Evita tienen una certeza: la productora de TV y teatro conocía a su asesino.
La mujer, de 52 años, salió del departamento que alquilabay cruzó el parque interno con intenciones de abrirle la puerta a alguien. En ese momento sufrió el ataque a tiros que le provocó la muerte en el acto.
El cuerpo quedó tendido del lado de adentro, a un metro de la reja que marca el límite con la vereda. El atacante nunca entró y, luego de disparar varias veces, escapó en un Chevrolet Corsa gris donde lo esperaban más personas. Una cámara de seguridad registró la huida.
Los forenses constataron siete orificios compatibles con heridas de bala -la mayoría en la zona del cuello y del pecho- aunque también se visualizaron otras que podrían ser de arma blanca. Todo quedó a la espera de la confirmación a través de la autopsia.
Giliberti se había desempeñado como productora televisiva y teatral. En sus redes sociales promocionaba trabajos con el empresario Guillermo Marín y el productor Jorge Parodi. Según señalan los investigadores, en la actualidad tenía una serie de problemas personales y económicos que podrían estar vinculados al móvil del asesinato.
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Ajuste de cuentas o femicidio, las dos hipótesis principales del crimen de Perla Giliberti
En medio del hermetismo que rodea la causa por estas horas, fuentes judiciales indicaron a TN que hay dos hipótesis principales: un ajuste de cuentas motivado por deudas que podría tener la mujer, o un crimen en contexto de violencia de género.
Junto al cuerpo de la productora se encontró un celular marca iPhone y un sobre que guardaba una servilleta de papel con un detalle que llamó la atención de los investigadores: tenía dibujado un corazón roto.
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Las declaraciones de los testigos serán clave para el esclarecimiento del caso. Por ejemplo, una vecina mencionó que una pareja solía pasar a buscar a Giliberti en un auto de color gris. Y otra dijo haber escuchado una discusión y una amenaza de muerte de parte de una presunta expareja de la víctima.
Además, según pudo saber saber TN, la mujer tenía problemas familiares: su madre la había desalojado de su domicilio anterior a través de una orden del Juzgado de Familia N°6 de La Matanza. Y al ser entrevistado por los detectives, un hermano dijo desconocer a qué se dedicada Giliberti en la actualidad.
La víctima había mantenido también un conflicto con una inmobiliaria de la zona a la que había denunciado por la retención de un vehículo. El comercio, a su vez, la acusó a ella por falsa demanda.
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Por el momento, el hecho es investigado como un homicidio agravado por el uso de arma de fuego, de acuerdo con la calificación dispuesta por la fiscalía de Homicidios de La Matanza, a cargo de Federico Medone.
Voceros del caso confirmaron que en el departamento de Giliberti se secuestraron otros tres celulares y una tablet con el propósito de obtener pistas a través de las comunicaciones de las mujer. Las pericias sobre las cámaras de seguridad constituyen otro factor determinante en la investigación.