Algunas de las principales empresas alimenticias ya comenzaron a recibir la convocatorias. El objetivo del equipo del ministro Sergio Massa es ir alcanzando consensos.
La semana próxima será muy movida para el mundo alimenticio. Varias de las principales empresas de consumo masivo del país –P&G, Arcor, Quilmes, Coca Cola y Unilver, entre otras- tendrán encuentros tanto con el ala de Gobierno más relacionada a lo industrial, como con la pata estrictamente financiera. Precios, inflación y dólares serán los tópicos claves de estas reuniones.
Divididos en dos etapas, el Gobierno, en principio, tiene previsto realizar una primera reunión el martes 23 próximo. Allí estarían presentes el ministro de Economía, Sergio Massa, que estará acompañado por el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Comercio, Matías Tombolini.
La segunda tanda está prevista para un día después, y en este caso Tombolini recibirá a los principales referentes de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).
DÓLARES E IMPORTACIONES
La primera tendrá un foco fuerte puesto en lo que tiene que ver con las importaciones, una problemática que se repite entre los empresarios.
El Gobierno planteará allí que su política es la de priorizar determinadas compras en el exterior. Esto tiene que ver estrictamente con darle mayor espacio a todo lo que tenga que ver con insumos para la industria local, por sobre los productos terminados.
El Gobierno quiere tener una idea respecto de algunas necesidades que podrían tener las empresas para el año que tiene, sobre todo en la necesidad de dólares, de modo de poder trabajar con alguna previsibilidad
Algunos empresarios, sin embargo, sostienen que hoy incluso hay inconvenientes para traer al país esos insumos, aunque hasta ahora no se dieron frenos en la producción.
Dentro de esto, el objetivo del Gobierno es intentar también poner el foco en el año que viene, es decir planificar lo que tenga que ver con la necesidad de dólares para 2023, intentando que los adelantos de pedidos de divisas se hagan dentro de un tiempo lógico respecto del momento en el que se los precisará, y no de forma muy anticipada.
Aquí también se intentarán poner sobre la mesa otros factores como los planes de inversión de las empresas o el uso de energía. La industria no ve mal que se plantee este esquema porque “siempre es bueno querer planificar”, aunque al mismo tiempo afirman que “hoy tenemos situaciones urgentes que resolver, por lo que antes preferiríamos tener respuestas a estos problemas”.El segundo encuentro tendrá dos ejes centrales: de nuevo importaciones, a lo que se sumarán precios, ya que estará encabezada por Tombolini, quien tiene a su cargo el comercio interior y el exterior.
Si bien no será con ánimos de perseguir al sector empresario, sí se estará atento a que aquellos dólares que consigan al tipo de cambio oficial, no sean luego utilizados para comprar insumos o mercadería que luego será vendida a un precio paralelo o por encima de la inflación.
INFLACIÓN Y PRECIOS CUIDADOS
Una tónica similar se utilizará para manejar la continuidad del programa Precios Cuidados, algo que Tombolini les comentará a los empresarios, y les explicará que posiblemente tendrá ya un formato más reducido en cuanto a cantidad de productos que integran esta canasta.
El secretario de Comercio no es un gran amigo de los controles de precios y entiende que este sistema no es el que permitirá controlar la inflación, aunque sí entiende que este mecanismo sirve, al menos, como referencia, por lo que ya no sería necesario agrandar el listado.
Sí se hará hincapié, sin embargo, en que aquellos productos que queden dentro de esta canasta tengan una buena provisión en todos los comercios.
La versión actual de Precios Cuidados se mantendrá hasta que se actualice el programa, algo que podría ocurrir en unos 60 días.
La idea es mostrarles a las empresas que el objetivo no será comenzar una caza contra aquellos que incrementen sus precios, aunque sí se pondrá el ojo sobre aquellos que comiencen a mostrar movimientos desmedidos.
Por Matías Bonelli-El Cronista