El presidente, Daniel Noboa, presenta una controvertida reforma constitucional para autorizar bases militares extranjeras.
¿Volverán los estadounidenses a la Base Aérea “Eloy Alfaro”, a orillas del océano Pacifico, en la ciudad de Manta? Desde 1999 hasta 2009, ese lugar ya acogió una base militar de Estados Unidos. La base se cerró en septiembre de 2009 y se devolvió al Gobierno ecuatoriano, ya que el contrato de arrendamiento expiraba a finales de año y Ecuador no lo prorrogó.
La Constitución de Ecuador, reformada el año anterior bajo la presidencia de Rafael Correa, prohíbe el estacionamiento permanente de tropas extranjeras en el país.
El lunes (16.9.2024), el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció en un video, grabado en la antigua base estadounidense de Manta, una reforma constitucional para permitir de nuevo el establecimiento de bases militares extranjeras. “En un conflicto transnacional (contra el crimen organizado), necesitamos respuestas nacional e internacional”, dijo Noboa.
Los evidentes motivos políticos de Noboa
“Noboa busca la reelección en las próximas elecciones presidenciales (en febrero de 2025). Y claro, el tema de la base de Manta es un discurso que busca aglutinar a personas que podrían, de alguna u otra forma, no estar completamente de acuerdo con el Gobierno, las personas indecisas”, explica a DW Daniel Pontón, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), de Ecuador.
En su opinión, Noboa ha tratado de ganar puntos con el tema de las bases militares y la lucha contra la delincuencia, pero sus esfuerzos se han visto opacados por otra crisis actual del país, la energética, con una serie de apagones sucesivos. “Eso ha ocupado la agenda mediática más negativa frente al Gobierno”, según Daniel Pontón.
Con esa valoración coincide también Constantin Groll, director de la oficina de la Fundación Friedrich Ebert (FES), cercana a la socialdemocracia alemana, en Ecuador: “Considero que este anuncio es una acción motivada por el inicio de la campaña electoral. Al mismo tiempo, es un intento del presidente y del Gobierno de establecer sus propias prioridades y mensajes en el actual discurso político. Actualmente estamos sufriendo graves problemas con el suministro eléctrico en el país, con anuncios caóticos por parte del Gobierno y propuestas de solución poco claras”, afirma Groll, en entrevista con DW.
Ganar apoyo internacional
¿Se trata entonces de una maniobra política de distracción el anuncio de reforma constitucional para permitir las bases extranjeras? No del todo, según Johannes Hügel, de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) de Ecuador, cercana a los conservadores alemanes.
“Los ecuatorianos anhelan nada más que una cierta normalización de su vida cotidiana, es decir, una contención perceptible de la violencia y una mejora de la situación de seguridad, a menudo fatal, que lamentablemente se caracteriza en muchas partes del país por secuestros, robos y asesinatos, la mayoría de los cuales están relacionados con el narcotráfico y otras actividades económicas delictivas. En este sentido, también debe considerarse como uno de sus objetivos ganarse el apoyo internacional y, por tanto, también de EE.UU., en la lucha desigual del Estado contra las fuerzas financieras y materialmente mejor equipadas del crimen organizado”, enfatiza Johannes Hügel, en entrevista con DW.
La delincuencia y la violencia de las bandas se extienden cada vez más en el país. Ecuador es el primer país de Latinoamérica en homicidios per capita, con una tasa de 47,2 por cada 100.000 habitantes en 2023, ocho veces mayor que en 2016. Esta negra cifra es producto del auge de la violencia de los grupos criminales, principalmente dedicados al narcotráfico, aunque también están incursionando en la minería ilegal.
Duras críticas de la oposición
El anuncio del presidente provocó de inmediato duras críticas por parte de la oposición, como, por ejemplo, Andrés Arauz, secretario general del partido Revolución Ciudadana, cercana al expresidente Rafael Correa: “La base que quiere EE. UU. no es en Manta, es en San Cristóbal, Galápagos. Ya están ahí, pero ahora necesitan desplegar todo tipo de armas de guerra: aviones, buques y submarinos nucleares. Pero no es para combatir el narcotráfico ni para ayudarnos a luchar contra el crimen organizado. Necesitan esa base para la Tercera Guerra Mundial contra China, como parte de su estrategia del control del Pacífico. EE.UU. ya tuvo su base militar en Baltra, Galápagos, durante la Segunda Guerra Mundial, precisamente por las mismas razones”, escribe el excandidato a la presidencia de Ecuador en la plataforma X.
Efectivamente, durante la Segunda Guerra Mundial, Ecuador permitió a Estados Unidos establecer una base militar en la isla Baltra (parte del archipiélago de Galápagos). Esta base fue utilizada principalmente para proteger el Canal de Panamá, un punto estratégico para la defensa de la región y de los intereses estadounidenses en el Pacífico. Después de la guerra, la base fue cerrada en 1946 y las instalaciones fueron devueltas a Ecuador.
Actualmente, este país permite el uso de la infraestructura ya existente, como aeropuertos de las Islas Galápagos por parte de EE.UU. para operaciones de vigilancia marítima. Sin embargo, los expertos consultados por DW no ven por el momento planes concretos sobre bases militares estadounidenses en terreno ecuatoriano, ni en Manta, ni en las Islas Galápagos.
¿Sirven las bases militares en la lucha contra los narcos?
Los expertos consultados tienen opiniones divergentes sobre la utilidad de las bases militares en la lucha contra el narcotráfico. Daniel Pontón no se hace ilusiones: “No son una solución al narcotráfico. Eso sí es definitivo. Simplemente, es un mecanismo más disuasivo, que le permite al Ecuador tener mejor control de sus rutas, pero el narcotráfico siempre buscará formas y métodos para salir adelante”.
Johannes Hügel, de la KAS, difiere: “El narcotráfico ha podido extenderse sin perturbaciones desde la ausencia de los estadounidenses en Manta. Las antiguas pistas militares estadounidenses han sido tomadas por delincuentes y utilizadas indebidamente para sus negocios, es decir, el transporte ilegal de drogas y armas.”
Sea como fuere, son más bien escasas las posibilidades de éxito de una enmienda constitucional. Noboa no tiene la mayoría necesaria en la Asamblea Nacional y probablemente no la consiga durante la campaña electoral, debido al poco tiempo que queda hasta las elecciones.
Por Gabriel González Zorrilla-DW