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Ejército israelí asesina a cuatro palestinos en Cisjordania, en medio de una escalada de violencia

Cuatro palestinos murieron este jueves 3 de noviembre en enfrentamientos con las fuerzas israelíes en Jerusalén y Cisjordania ocupada. La violencia se produjo cuando el asedio a la ciudad palestina de Nablus, en Cisjordania, fue levantado. La ciudad llevaba tres semanas asediada por el ejército mientras las tropas israelíes multiplicaban las incursiones. 

Cuatro palestinos murieron el jueves 3 de noviembre a manos de las fuerzas israelíes en Jerusalén y en Cisjordania ocupada, en medio de un aumento de la violencia relacionada con el conflicto palestino-israelí.

El ejército de Israel anunció el lanzamiento de una operación en Yenín, bastión de los grupos armados en el norte de Cisjordania.  

“Hay dos mártires muertos por disparos de las fuerzas de ocupación y cuatro personas heridas (…)”, dijo el Ministerio de Salud palestino en un comunicado. 

Según nuestros corresponsales en Jerusalén, Janira Gómez y Federico Cue, una de las dos personas asesinadas era Mohammed Khalouf, de 14 años, asesinado sin motivo aparente. La segunda era Farouk Salameh, de 28 años y comandante de las Brigadas Al-Quds, el brazo armado de la Yihad Islámica Palestina (JIP). 

Anteriormente, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, un palestino de 20 años fue matado tras herir con cuchillos a tres policías israelíes que lo habían parado para inspeccionarlo. 

Antes del amanecer, las fuerzas israelíes mataron a un palestino en enfrentamientos en Beit Duqu, un pueblo al norte de Jerusalén. Daoud Mahmoud Khalil Rayan, de 42 años, recibió un disparo en el corazón mientras caminaba en homenaje a un palestino muerto el día anterior por las fuerzas israelíes. 

Levantamiento del asedio a Nablus 

Tras una serie de ataques en marzo y abril, el ejército israelí llevó a cabo más de 2.000 incursiones en Cisjordania, especialmente en las zonas de Yenín y Nablus. Más de 120 palestinos murieron en los enfrentamientos consiguientes.

Según la ONU, se trata del mayor número de muertos en siete años y el segundo más alto desde el final de la segunda intifada; el levantamiento palestino a principios de la década de 2000. 

La violencia dio un giro a principios de octubre tras el asesinato de un soldado israelí por un grupo de combatientes locales llamado Areen Al-Oussoud, la “Guarida de los Leones”. Desde entonces, el ejército asedió la ciudad de Nablus y multiplicó sus redadas, que causaron la muerte de decenas de personas, entre ellas el líder del grupo de combatientes, Wadih Al-Houh.  

Pero este jueves, el ejército dijo en un comunicado que, tras evaluar la situación, “se decidió levantar el cierre general impuesto en las entradas y salidas de Nablus”. 

Nablus y Yenín en el punto de mira del ejército israelí 

El joven movimiento Areen Al-Oussoud, muy popular en Cisjordania, cuenta con unas decenas de hombres armados y se declara nacionalista. Está formado por militantes de la Yihad Islámica, rebeldes del movimiento Al Fatah y Hamás; todos ellos unidos en la lucha contra el ocupante.  

El 23 de octubre, uno de sus miembros murió en Nablus en la explosión de una motocicleta. Un asesinato selectivo; método que el ejército no ha utilizado en Cisjordania desde la segunda Intifada. Pero, de hecho, según varios observadores, Nablus está viviendo desde octubre un levantamiento similar a una Intifada. 

El ministro de Defensa, Benny Gantz, declaró que todos los miembros de la “Guarida del León” acabarían en la cárcel o serían asesinados.

El grupo, formado por jóvenes activistas, la mayoría de ellos de entre 17 y 22 años y muy activos en las redes sociales, está en el punto de mira de las fuerzas israelíes desde al menos el otoño de 2021. Israel también sabe que este grupo está estrechamente vinculado a los activistas del campo de refugiados de Yenín, que está también en estado de insurrección desde mayo de 2021.  

Esta violencia se produce dos días después de las elecciones legislativas israelíes que deberían permitir a Benjamin Netanyahu recuperar el poder gracias a sus aliados; los partidos religiosos y los de extrema derecha. 

Pese a las crecientes tensiones en Jerusalén y Cisjordania, las elecciones legislativas, que eran las quintas organizadas por el Estado hebreo en menos de tres años, se caracterizaron por la ausencia de debate sobre la cuestión palestina.  

Según los observadores, el conflicto de baja intensidad ya no parece ser una prioridad para los israelíes, mientras que, en el lado palestino, la solución de dos Estados prometida durante treinta años parece haberse estancado.