Diego de Campos fue denunciado en 2022 por un joven custodio cuya identidad no se difundió. Su cita con la justicia será el 9 de octubre. “Me imponía poder desde el credo y su cargo policial”, dijo el denunciante.
El capellán general de la Policía Federal, Diego de Campos, que fue denunciado en 2022 por abuso sexual agravado por parte de un oficial joven, fue llamado a indagatoria, tras un largo conflicto por la competencia de la denuncia, actualmente en la Justicia federal.
La Corte Suprema aún debe definir si la causa se mantendrá en la dependencia federal, informó Data Clave.
De acuerdo a lo que trascendió, Campos insistía para que el denunciante -que ahora está bajo tratamiento psicológico y cuya identidad no se difundió- fuera su custodio.
“Me contactó tres veces para hacer el pase a la dependencia que él tenía a su cargo. Yo siempre me había negado, hasta que me notificaron sin mi consentimiento que debía estar en la custodia del aquí denunciado”, declaró.
Una vez asignada la tarea de custodiar al hombre de fe con rango policial, al joven le dieron atribuciones que continuaban escapando a su función.
“Me obliga a integrar un supuesto círculo de confianza. Me imponía poder desde el credo y su cargo policial, siempre hablando de su hermano el doctor Manuel de Campos, juez nacional. Y ostentaba que estaba apoyado por el Papa Francisco. A sabiendas de que yo me había confesado con él como cura, igual así delante mío hacía chistes sexuales, contaba sus intimidades, comentarios obscenos”, detalló el denunciante.
En su escrito, el joven relató tres episodios de abuso sexual. El primero fue en una biblioteca: “Me hace subir una escalera en su despacho. Ahí hace que se trastabilla y me toca un glúteo. En ese momento le digo: ‘¿Qué hacés?’ Y me dice: ‘¿No viste que casi me caigo?’”.
La segunda vez fue apenas días después: “Una de las guardias me dice de ir a su despacho, me dijo de ir a tomar un café. Cuando llego, el pasillo era muy angosto y ahí siento que me toca. En ese momento no había ninguna excusa posible y le contesto: ‘¿Qué hacés? Te dije que no me cabe’”.
En su rol como chofer, el denunciante continuó describiendo que “la tercera vez lo tenía que buscar al capellán en su domicilio en Recoleta y llevarlo al Departamento Central. Cuando estoy estacionando el auto se acerca y me toca el pene diciéndome: ‘Tengo algo chiquito que cuando lo tocás se vuelve grande’. Ahí detengo el auto y le grito: ‘¿Qué hacés, hijo de puta?’”. Según informó el mencionado medio, el denunciante comenzó a sufrir “persecución laboral, cambios de turno, quejas”.
El joven fue trasladado al Clero de Caballeriza de la calle Cavia de la Ciudad de Buenos Aires y, según la denuncia, Campos estableció que eso había sido su definición, porque “ese lugar era para negros de mierda que solo saben pintar”.
Allí habría continuado el hostigamiento y la demanda de tareas por fuera de sus funciones, además de tres nuevos traslados. El denunciante presentó dos testigos, custodios como él, y también señaló con preocupación en su denuncia que el presunto abusador convive con niños en Recoleta.
Quién es Diego de Campos, llamado a indagatoria
Según divulgó Data Clave, es hijo de Manuel Belloq Campos, un inmigrante portugués ya fallecido, y de Mercedes Paz, bisnieta del expresidente de la Corte Suprema de Justicia Benjamín Paz Terán. La familia, vinculada a la actividad agropecuaria y de identidad ultracatólica y antiperonista, también se integra por el hermano del sacerdote: Manuel Arturo De Campos, titular del Juzgado Nacional en lo Correccional y Criminal Nº 5.
En 2022, Diego de Campos fue denunciado por abuso sexual agravado en el Juzgado Federal N°10 del juez Julián Ercolini, quiene el viernes pasado hizo efectiva la convocatoria a indagatoria, a realizarse el 9 de octubre a las 11.30, por videoconferencia. También en 2022, Campos brindó una entrevista a ACI Prensa, en la que declaró: “El personal policial siempre está atento a escuchar la palabra de los capellanes para estimular y acompañar en momentos difíciles que tiene todo personal de una fuerza de seguridad”.
El capellán general también destacó que “es importante” que los policías argentinos “tengan el espíritu en alto, sereno y en paz”. “Es misión de los capellanes ayudar en este ámbito y acompañar”, añadió. “Evidentemente los tiempos que vivimos en nuestro país y en el mundo hacen que el personal de las fuerzas viva con mucha tensión el servicio y la relación con la sociedad”, explicó.